Médicos en Reino Unido infectan de Covid-19 a voluntarios para investigar el virus
Este estudio ofrece una de las cronologías más completas hasta la fecha sobre cómo responde el cuerpo humano ante la exposición inicial al SARS-CoV-2, o cualquier otro agente infeccioso
El virus responsable de la enfermedad COVID-19 fue identificado a principios de 2020. Desde entonces, ha afectado a nivel global, con estimaciones que sugieren que la cifra real de muertes supera los 28 millones de personas desde el inicio de la pandemia.
No obstante, hay individuos que nunca contrajeron el virus y aún se investigan los factores que les protegieron. Investigadores del Reino Unido, Países Bajos y Tailandia llevaron a cabo un estudio llamado "exposición controlada" a patógenos en el que administraron el virus a voluntarios sanos que consintieron participar en 2021.
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Los resultados de este estudio arrojaron luz sobre los mecanismos de defensa que impiden la infección sostenida por el virus del coronavirus SARS-CoV-2 en ciertas personas. Según la publicación en la revista Nature, se descubrió que estas personas poseen respuestas inmunitarias únicas, especialmente localizadas en el revestimiento nasal, que identifican y bloquean la invasión viral antes de que cause infección.
El estudio fue liderado por el Instituto Wellcome Sanger, el University College de Londres (UCL), el Imperial College de Londres y el Instituto Oncológico de los Países Bajos, entre otras instituciones. Utilizando tecnología de secuenciación unicelular, los científicos analizaron muestras de los participantes antes y después de la exposición al virus, proporcionando una visión detallada de los tipos celulares involucrados y revelando respuestas inmunitarias previamente desconocidas que podrían ser clave para entender la resistencia a la infección viral.
Según los investigadores, este estudio ofrece una de las cronologías más completas hasta la fecha sobre cómo responde el cuerpo humano ante la exposición inicial al SARS-CoV-2, o cualquier otro agente infeccioso.
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Paso a paso en el estudio
El virus fue administrado por vía nasal a 36 adultos voluntarios sanos sin historial de infección previa ni vacunación. El entorno fue meticulosamente controlado para permitir a los investigadores seguir el curso de la infección desde la exposición inicial al virus, a través de la infección y más allá del período de eliminación del virus.
Posteriormente, los investigadores realizaron un seguimiento detallado de la sangre y el revestimiento nasal de 16 voluntarios, antes y después de la infección, para observar la actividad de las células inmunitarias.
Los equipos del Instituto Wellcome Sanger y la UCL utilizaron la tecnología de secuenciación unicelular para generar un extenso conjunto de datos que incluía más de 600 mil células individuales. Este trabajo es parte de la iniciativa Human Cell Atlas, que busca mapear todos los tipos celulares del cuerpo humano.
En todos los participantes, los investigadores descubrieron respuestas inmunitarias novedosas que intervienen en la detección inmediata del virus. Esto incluyó la activación de células inmunitarias especializadas en la mucosa nasal y cambios en los glóbulos blancos inflamatorios que normalmente fagocitan y destruyen patógenos.
Los individuos que eliminaron rápidamente el virus no mostraron una respuesta inmunitaria generalizada convencional, sino respuestas inmunitarias innatas sutiles y previamente desconocidas en la nariz. Se encontró que niveles elevados de un gen llamado "HLA-DQA2" antes de la exposición también ayudaron a prevenir la infección sostenida.
En contraste, los seis individuos que experimentaron una infección sostenida por el coronavirus mostraron una respuesta inmunitaria rápida en la sangre pero más lenta en la nariz, lo que permitió al virus establecerse allí.
Además, los investigadores identificaron patrones comunes entre los receptores de células T activadas, que reconocen y eliminan las células infectadas por el virus. Esto proporciona una mejor comprensión de la comunicación entre las células inmunitarias y abre la puerta al desarrollo de terapias dirigidas con células T no solo para COVID-19, sino también para otras enfermedades.
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Con información de la revista Nature
BB