FGR-Lozoya, el daño está hecho
La irritación social que causó ver hace casi un mes a Emilio Lozoya Austin cenando pato a todo lujo en el restaurante Hunan de Las Lomas en la Ciudad de México provocó que el gobierno de la autollamada cuarta transformación ya no pudiera sostener más el pacto de impunidad que mantuvo desde julio del año pasado, cuando se fraguó la extradición pactada del ex director de Pemex de España, y por ello ayer la Fiscalía General de la República (FGR) no tuvo otra alternativa que pedir prisión preventiva contra este testigo protegido por el caso Odebrecht, por considerar que incumplió con los criterios de oportunidad que prometió y que le permitieron llevar su proceso penal en libertad y a todo lujo.
Esto quiere decir que en casi 16 meses este ex funcionario priista nunca pudo acreditar los señalamientos que hizo contra decenas de personas entre los que destacan 17 funcionarios públicos, legisladores y hasta la periodista Lourdes Mendoza, quien fue quien le tomó las fotos en el Hunan la noche del sábado 9 de octubre pasado. De esa lista destacan desde luego quienes fueron sus superiores jerárquicos, el ex Presidente Enrique Peña Nieto, y el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, a quienes Lozoya señala de ordenarle repartir los casi 11 millones de dólares que recibió como soborno de la empresa brasileña Odebrecht a cambio de obras en Pemex. Una parte, dijo en su declaración a la Fiscalía, habría sido para la campaña de Peña Nieto y otra, para sobornar a diputados opositores para hacer el Pacto por México y aprobar la reforma energética. Ahí incluso señala al ex candidato panista a la presidencia, Ricardo Anaya y al ex presidente Felipe Calderón.
Muy tarde la FGR y su titular Alejandro Gertz Manero se dieron cuenta que Lozoya solo usó la petición del criterio de oportunidad para “dilatar y obstaculizar el proceso en su contra” como lo reconocieron ayer ante el juez Artemio Zúñiga, quien dictó la prisión preventiva por los delitos de cohecho, lavado de dinero y asociación delictuosa.
El caso se les ha revertido y dañado severamente la imagen de Gertz y de la Fiscalía por la justicia selectiva y desigual desplegada
Como se veía venir, el caso Lozoya olía mal desde el inicio por toda la serie de contradicciones y titubeos que se dieron en el primer círculo de poder del gobierno de la 4T tras la extradición de Lozoya. Por eso, el caso se les ha revertido y dañado severamente la imagen de Gertz y de la Fiscalía por la justicia selectiva y desigual desplegada, y el uso político-electoral que hacen de las instituciones de justicia.
Por eso el daño está hecho no sólo para la FGR sino para la 4T y para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al poner en entredicho con el caso Lozoya su principal bandera política de combate a la corrupción que cada día aparece mas deshilachada.
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