Ideas

Alan Watts

Uno de los temas que más ha moldeado mi entendimiento sobre la vida estos últimos años son las filosofías orientales y su aplicación en occidente. Considerando que se basan en la introspección y el desprendimiento material, un alto porcentaje de las prácticas y filosofías orientales resultan complicadas de aplicar en una sociedad tan inmersa en el consumismo y la dependencia tecnológica como la nuestra. 

Conforme investigué sobre el tema, me propuse recopilar algunos de los trabajos y pensadores más eficientes para la aplicación de la filosofía oriental en occidente. Fue aquí cuando empecé a leer más a Alan Watts. Watts (1915-1973) fue un filósofo británico que dedicó gran parte de su vida a interpretar y difundir pensamientos orientales. Dentro de los veinticinco libros que escribió discute temas de gran importancia tales como la elevación de la conciencia humana y cómo uno puede encarrilar hacia la verdadera felicidad. 

Lo interesante de Watts, desde mi punto de vista, es que puedes tardar segundos leyendo una de sus frases y meses tratando de entenderla. Exactamente esto me ocurrió con la siguiente frase: “Una persona que piensa todo el tiempo, no tiene más en qué pensar que en los pensamientos mismos, de esta manera pierde el contacto con la realidad y está destinado a vivir en un mundo de ilusiones”. Si bien nuestros pensamientos pueden ser una gran herramienta, en muchas ocasiones se convierten en nuestros enemigos si no sabemos controlarlos. 

Nuestros pensamientos son, sin duda alguna, nuestra herramienta más poderosa para el cambio y la creación. En el momento que entendemos a nuestra mente como un músculo, resulta vital reafirmar que no somos nuestros pensamientos. Al entenderlo de esta forma, somos nosotros los que terminamos decidiendo si somos dueños o esclavos de lo que decidimos procesar en nuestras mentes.  Estamos en un punto histórico dentro del cual los niveles de enajenación entre humanos ha incrementado drásticamente debido a las redes sociales y avances tecnológicos. Es por esto que no podemos perdernos en nuestras ideas, en una dependencia tecnológica y dejar de observar la realidad de lo que significa estar vivo. 

Con su elevado intelecto, Watts entendía la vida de una manera simple, libre de vicios sociales. El primer paso para poder llegar a este nivel de entendimiento humano, es olvidarnos de las ideas convencionales con las que crecimos sobre el funcionamiento social. 

En el momento que borremos pensamientos innecesarios de nuestro software, seremos libres para configurarnos de una manera más sana. Watts se atrevió a cuestionarse desde una temprana edad y aplicó pensamientos poco convencionales a su vida. Terminan siendo este tipo de personajes los que generan una chispa en nuestros pensamientos convencionales. Todos debemos hacer esto en algún punto en beneficio de nuestro crecimiento.

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