Tecnología
''Pepito'', el primer dinosaurio de una nueva especie
El ejemplar estudiado consiste en un esqueleto de seis metros articulado
Liderado por Francisco Ortega, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, este equipo publica ahora en la revista Nature los datos científicos que corroboran el hallazgo de este dinosaurio de seis metros, que a partir de mañana se podrá ver en el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha (Cuenca).
Los científicos describen en este trabajo un ejemplar de un terópodo de hace unos 125 millones de años (Cretácico Inferior) llamado científicamente "Concavenator corcovatus", que significa "el cazador jorobado de Cuenca" y que es definido como uno de los grandes depredadores -el mayor- del ecosistema de Las Hoyas.
"En este artículo le ponemos nombre y describimos una especie nueva", subraya Ortega.
El científico explica que el nombre de "cazador jorobado" se debe a que se ha encontrado en este dinosaurio una especie de joroba similar a la de un cebú, aunque provocada por la elevación de dos de las espinas de sus vértebras, y cuya función aún se desconoce.
El ejemplar estudiado, denominado coloquialmente "Pepito" por los paleontólogos, consiste en un esqueleto de seis metros articulado, es decir, con todos los huesos colocados en la posición en la que se encontraban en el animal en vida y "muy bien conservado", lo que también es, según los investigadores, novedoso.
En este sentido, Ortega detalla que su equipo tardó dos años en preparar el ejemplar para su estudio, pues hubo que eliminar toda la roca que lo envolvía hasta liberar sus huesos.
Entre las principales conclusiones, además de la de la especie de joroba en su espalda, este equipo del yacimiento de La Hoya ha constatado que este grupo de dinosaurios presenta unos pequeños bultos en los huesos del brazo.
Ortega relata que en muchas aves actuales, el borde posterior de uno de los huesos del antebrazo, la ulna, tiene una serie de pequeños bultos que sirven para la inserción de las plumas de mayor tamaño en las alas.
Esta característica se había reconocido también en algunos dinosaurios de pequeño tamaño y emparentados muy de cerca con las aves, como el "Velociraptor".
Lo sorprendente, según este estudio, es que el "Concavenator", cuatro veces más grande que el "Velociraptor" y supuestamente demasiado primitivo para tener plumas, presenta también estos pequeños bultos.
Su presencia en la ulna de "Concavenator" indica que este dinosaurio conquense ya tenía estructuras en la piel que comparten caracteres con las plumas de las aves y podrían suponer una etapa remota de éstas.
"El reconocimiento de estas estructuras en el Concavenator permite ampliar el número de grupos de dinosaurios en los que, además de escamas, deberíamos considerar la presencia de estructuras antecesoras a las plumas de las aves", remarca Ortega.
En relación a las escamas, este investigador declara que la buena conservación del animal permite identificar algunas impresiones de su piel, como las escamas de las patas o de la cola.
Además, añade, en este ejemplar han encontrado restos de su estómago y de lo último que se comió "Pepito", otro dinosaurio carnívoro, si bien esto no se detalla en el artículo de Nature.
Ortega manifiesta asimismo que los datos de este estudio apuntan a que un grupo de dinosaurios -los carcharodontosaurios (también terópodos)-, que se creían endémicos de los continentes del sur (América del Sur y África), tiene su origen en otros carnívoros más pequeños -como el "Concavenator"- encontrados también en Europa.
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