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Los Reyes Magos aprenden de los niños su inocencia

Cada año Melchor, Gaspar y Baltasar atienden los buenos deseos que los pequeños les piden

PUEBLA, PUEBLA (05/ENE/2014).- Cada año Melchor, Gaspar y Baltasar aprenden de los niños los buenos deseos que piden para su familia y al mundo, aprenden de su inocencia, el espíritu navideño que ellos en sí representan.

"Los niños son el motor del mundo y cada día nos enseñan que los adultos no debemos perder la inocencia ni dejarse atrapar por las preocupaciones del día a día", relató Melchor montado en su elefante que descansa en el quiosco que se localiza al interior del centro comercial La Victoria, en el primer cuadro de esta ciudad.

Desde el pasado 1 de diciembre y hasta el próximo 6 de enero los tres Reyes Magos se ubican en este espacio, de 12:00 a 20:00 horas cada día para posar con la foto imperdible que se toman los niños en víspera de la Epifanía.

Melchor (Jorge Dorantes de 40 años de edad y actor de profesión) en entrevista explicó que a los niños que los visitan les recomiendan que deben comer sus verduras, estudiar mucho y obtener buenas calificaciones en las escuelas, así como portarse bien con sus papás.

A los adultos les pide que desde su trinchera trabajen porque haya una verdadera democracia, "yo creo que con eso todo se arreglaría, se reduciría la pobreza, las desigualdades sociales disminuirían", dijo.

Reconoció que las peticiones de los niños en cuanto a los juguetes han cambiado, pues antes pedían pelotas, canicas, yo-yo, y otros juguetes, pero ahora la tecnología cambia al mundo y lo mismo ocurre con los niños. Hoy en día los infantes piden como obsequios celulares, computadoras y tabletas.

"Si no fomentamos valores en los niños no tendremos adultos con sentido humano, por eso cuando los niños nos visitan les tratamos de fomentar valores como respeto, honestidad, verdad y cooperación. También les decimos que se la pasen bien y que tengan un poco de desahogo de sus problemas como es la escuela o conflictos familiares", relató Melchor con su enorme barba rubia.

"Hay niños que viven el estrés de sus hogares. Nos piden que hagamos magia para que sus papás no se separen, que sus hermanitos enfermos se curen y otros problemas que traen cargando. Se les escucha, se les apoya y les decimos que no se dejen vencer porque la vida es difícil pero es solo por etapas. A los niños con discapacidad y enfermos por un momento les regalamos una ilusión", comentó.

Cuando no es temporada decembrina Melchor se dedica a su negocio propio, y como cada año, desde hace 5, espera la temporada para subirse al elefante y darle gusto a los niños, a los papás de los niños "con el único propósito de rescatar las tradiciones de México y ganar unos pesos extras", dijo.

Baltasar (Carlos Dulce Maximiliano, estudiante de bachillerato), es la primera vez que tiene contacto directo con los niños, quienes llegan ilusionados a este sitio para tomarse la foto con los tres Reyes Magos.

"Es divertido trabajar con los niños, pero lo es más con los viejitos, sobre todo con los señores ya que hacen más guasa que las mujeres, será porque no se dejan llevar tanto por sus preocupaciones del día a día, y son más extrovertidos y más relajados, incluso hasta piden subirse al camello o al elefante", relató.

Al principio entró a trabajar para obtener un dinero extra ahora que son vacaciones de verano, y tuvo suerte de ser invitado por el dueño de esta pequeña empresa, ya que él por 8 horas de trabajo recibe una paga de 200 pesos diarios, le proporcionan el vestuario y solo tiene que cambiarse para la caracterización. Él paga su comida, misma que realiza de 15:00 a 16:00 horas.

No le resulta cansado, ya que en ocasiones está de pie, pero a veces se rola su puesto con los otros dos reyes magos y le toca sentarse en el camello o en el elefante de utilería que forma parte de la escenografía.

"La inocencia de los niños es increíble, no hay en ellos malicia. Me han preguntando dónde guardamos tantos regalos, de dónde conocemos a Santa Claus...; una vez una niña me preguntó que dónde vivía Dios y yo le contesté que era nuestro vecino. Es divertido ver la inocencia de los niños", mencionó Baltasar.

(Paulo Rojas Marín, de 30 años de edad y técnico en Hardware) es Gaspar, él al igual que Baltasar comenzó a trabajar hace solo 8 días supliendo a un amigo, y en poco tiempo le ha sorprendido el contacto directo con los niños.

"Antes de tomarnos la foto platicamos con los niños y les decimos que deben comer bien, que ya no coman tanta comida chatarra", expresó orgulloso por ser a quien más buscan los niños por su color de piel oscura, principalmente los menores de 3 a 8 años de edad.

Los Reyes Magos coincidieron en que volverán a repetir esta experiencia ya que les deja mucho aprendizaje de parte de los niños que, una vez que ven a los Reyes Magos sus caritas se iluminan y los ojos se hacen más grandes porque no caben de ese asombro.

Desde hace 14 años los Reyes Magos se encuentran en el quiosco del centro comercial La Victoria donde dos jóvenes vestidas de duendes organizan la fila para que los niños pasen de manera ordenada a tomarse la foto.

Una joven más lleva el registro del número de fotos que se venden al día, en un escenario que incluye a un caballo, un camello y un elefante en tamaño real y al fondo la fachada de lo que parece ser un palacio de estilo árabe.

Melchor Gaspar y Baltazar se ubican delante de un fotógrafo que en cuestión de segundo toma la placa y minutos más tarde entrega la imagen a la familia o a las parejas que se han retratado.

En un día toman unas 100 fotos diarias, un día bueno toman 300 fotos, con un costo de 50 pesos cada una. El costo por foto les da derecho a posar desde una persona hasta la familia completa, "pero por lo regular los papás solo dejan que sean los niños que se retraten con los Reyes Magos, y en cuestión de minutos se les entrega las fotos y algunos dulces obsequio de los Reyes Magos.
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