Jalisco

Tercera parte de adultos en Jalisco, con hipertensión

Especialistas recomiendan a la población practicarse exámenes médicos continuos para identificar problemas de salud   

Durante la pandemia por el COVID-19, Andrea Martínez subió de 55 a 72 kilogramos. Padecía de dolores de cabeza y de oídos. Tiene 31 años de edad. 

Tras unos análisis médicos le detectaron presión alta o hipertensión, un problema que es hereditario. Sin embargo, mejoró su alimentación e incrementó la actividad física, por lo que cambiaron sus condiciones de salud.

En Jalisco, 1.6 millones de personas mayores de 20 años tienen hipertensión arterial. En la Entidad hay 5.4 millones de habitantes en ese sector poblacional, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Por eso representa “una tercera parte de los adultos”. Aunque esa prevalencia es similar a la reportada a nivel nacional, “es superior al promedio mundial”.

Christian González, jefe de los Servicios de Cardiología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara, explica que la hipertensión es la elevación de la presión arterial de forma continua causada por distintos factores, como tener antecedentes hereditarios o descuidar la alimentación y no hacer ejercicio. “Le llamamos muerte silenciosa porque no da síntomas hasta que pasa algo grave”.

Para evitar este padecimiento, recomienda tener una dieta equilibrada, sin muchos carbohidratos y preferir las carnes blancas, como el pescado. También consumir alimentos ricos en potasio. Y es fundamental hacer ejercicio. 

“El consumo de alcohol excesivo sube la presión, pero un consumo moderado disminuye la presión arterial”.

La alerta es que, cuando la hipertensión no se trata, puede derivar en padecimientos más severos, como cardiopatía hipertensiva e insuficiencia cardíaca. Con la prevención se puede retrasar el inicio de la enfermedad o que se desarrollen complicaciones.

Víctor Castañeda Barragán, cardiólogo del Hospital General de Zapopan, subraya que el estrés es un detonante de esta enfermedad.

El sedentarismo y el sobrepeso son algunos de los factores que predisponen a la hipertensión. EL INFORMADOR/A. Navarro

Mayoría de pacientes hipertensos tienen sobrepeso o padecen estrés

Christian González Padilla, jefe de servicios de Cardiología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara, informa que de los pacientes que llegan al hospital, alrededor de 20% acude por hipertensión arterial, lo que representa mil pacientes al año.

“Los factores predisponentes son sobrepeso u obesidad, estrés laboral, sedentarismo, consumo excesivo de sal, fumar o consumir mucho café. Todos los alimentos procesados tienen exceso de sodio y conservadores. Sabemos que no es lo único, pero cada kilo de peso extra nos suma un milímetro de mercurio, aproximadamente”.

Debido a que mucha gente desconoce que tiene hipertensión, recomienda que los hombres sanos arriba de los 45 años acudan a hacerse un chequeo cada año. Y en el caso de las mujeres, cuando tengan arriba de 55 años.

“Si ya son hipertensos, deben acudir cada tres o seis meses. Afortunadamente hay muchos fármacos para el control de la hipertensión que van de la mano en el cambio de los hábitos. La dieta mediterránea ayuda mucho al control de la hipertensión”.

Indica que también existe la presión reactiva, que es la que ocurre en situaciones esporádicas, como cuando una persona tiene una preocupación excesiva, y eso no significa que se padece hipertensión de forma crónica.

“Puedes traer alguna preocupación por enfermedad, pero el resto del tiempo está normal. Incluso hay una que le llamamos hipertensión de bata blanca que es cuando le sube la presión a la persona por ir a consulta, se pone nerviosa por estar frente al doctor”.

Dice que aunque los síntomas son silenciosos, hay algunos característicos como dolor de cabeza, zumbido de oídos, o que los pacientes vean como lucecitas en los ojos, como si te encandilaron.

De acuerdo con las estadísticas de mortalidad del Inegi, en 2019 y 2020 las enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte en los jaliscienses. Y en 2021 la segunda causa, después del COVID-19, aunque registró mayor cantidad de decesos.

CLAVES

¿Cómo tratar la hipertensión resistente?

Control. La presión arterial alta es un padecimiento que puede ser controlado con un tratamiento no farmacológico (modificaciones del estilo de vida) y farmacológico hasta con tres agentes antihipertensivos de grupos diferentes a la máxima dosis tolerada.

Medicamento. Las combinaciones más habituales se conforman con un antagonista del calcio, un inhibidor de la enzima de conversión de angiotensina (IECA) o un antagonista de los receptores de angiotensina (ARA II), y un medicamento del grupo de las tiazidas.

Salud. No obstante, si usar tratamientos farmacológicos con medicamentos combinados y llevar un estilo de vida saludable no es suficiente para bajar los niveles de presión en la sangre, se trata de un paciente con hipertensión resistente.

Afecta. El titular de la Clínica de Hipertensión en el Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, Salvador Fonseca Reyes, explicó que esta patología es común en pacientes con otras afectaciones secundarias como alteraciones a nivel endocrino y trastornos a nivel hormonal que no permiten que los medicamentos recetados sean aprovechados correctamente por el cuerpo del paciente.

Estudio. Apuntó que acorde a los estudios médicos más recientes para el tratamiento de la hipertensión resistente, lo óptimo es continuar con los fármacos ya prescritos y agregar uno nuevo denominado espironolactona.

Realidad. Enfatizó que no existen tratamientos especiales, ni productos “milagro” que curen ni mejoren la calidad de vida de un paciente que padece de hipertensión, sino una combinación de fármacos que pueden ayudar a controlar la presión en la sangre aunado a una base de buenos hábitos alimenticios y de cuidado de la salud.

ENFERMEDAD

La complejidad de la alta presión arterial

La alta presión arterial es un padecimiento o condición que se encuentra extendida entre la población, es -como indica en entrevista el cardiólogo del Hospital General de Zapopan Víctor Castañeda Barragán-, algo “muy complejo”. Por ello, es digna de la mayor atención si se piensa en la necesidad de observar conductas más saludables en beneficio propio y de los demás.

Tener hipertensión es algo muy complejo. El problema real de un paciente con presión alta es el aumento de la probabilidad de tener un evento cardiovascular mayor, como un infarto a nivel cerebral o cardiaco; y la gran mayoría de estos infartos se producen por una enfermedad arterioesclerótica, que es cuando las arterias se empiezan a endurecer y a cerrar de forma acelerada. 

La presión alta es un factor que acelera el riesgo, porque al pasar la sangre por los vasos sanguíneos aumenta el estrés de rozamiento y los inflama, lo que produce que las moléculas de colesterol endurezcan y tapen la arteria. A la vez, la presión es evidencia de qué tan duras están ya esas arterias.

La alta presión -por lo general- no se percibe. Si alguien se siente mal por la presión, es porque está ya sumamente elevada o existe daño irreversible en algún órgano. 

Lo mejor es, después de cierta edad, monitorear la presión. ¿Y cuándo empezar? Depende de las características de cada quien y los antecedentes familiares. Si los padres la padecieron o es alguien que fuma y toma seguido, o sufre de diabetes o problemas renales, pues a pesar de ser joven habrá que checarse, hasta con dispositivos automáticos (disponibles en cualquier farmacia).

TESTIMONIOS

“Zumbaban los oídos”

Aunque apenas tiene 31 años, Andrea Martínez cuenta que empezó a sentir que le “zumbaban los oídos”, principalmente al despertar. “Fue cuando estaba la pandemia en su apogeo (2021) y no podíamos salir a hacer actividades, me pasó que subí como unos ocho kilos”. La mujer explica que siempre ha sido delgada, con un peso promedio entre 55 y 65 kilos, cuando mucho, ya que mide 1.65 centímetros de estatura. “Con todo y miedo de la pandemia, fui al IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) a revisarme lo del oído, y tras unos estudios vieron que traía la presión alta porque sus triglicéridos estaban por arriba de lo normal. Pesaba 72 kilos, lo que nunca en mi vida, cuando lo vi en la báscula no lo creía”.

Además, explica que dos de sus abuelos padecían de presión arterial alta, por lo que considera que puede ser hereditario. Andrea dice que le recomendaron evitar los carbohidratos, los refrescos y hacer ejercicio, por lo que comenzó a hacer ejercicio desde su hogar. “Cuando bajé de peso dejé de escuchar el zumbido. Fui como tres meses después a otra revisión y ya estaba mi presión normal. También me di cuenta que después de hacer ejercicio mi presión bajaba”.

Por otra parte, a Irma Quezada le detectaron hipertensión arterial hace dos años. Explica que descubrieron que tenía el padecimiento luego de varios episodios de crisis de mareos y malestares. “Me daba asco y me mareaba mucho. Todo me daba vueltas. Cuando me pasaba iba a urgencias, me tomaban la presión y estaba demasiado alta. Al principio me decían que se me subía la presión por estrés, pero cuando me daban las crisis descubrieron que no”.

Dice que le recomendaron un medicamento en una dosis muy baja, pero el vértigo seguía, hasta que le cambiaron a Losartán de 50 miligramos. “Al principio me daba miedo cuando me dijeron que era hipertensa y no era regular al tomarme mi medicamento, entonces volvían las crisis. Ya con ese medicamento me siento muy bien, me controla y no me han vuelto a dar los mareos ni el vértigo”. 

Indica que también le recomendaron hacer ejercicio como mínimo 30 minutos diarios, por lo que se inscribió a un grupo de activaciones para personas mayores, al cual va todos los días en el parque de su colonia.

“Me dijeron que ir al mandado o actividades así no servían porque tenía que hacer ciertos ejercicios. Ahora tengo más movilidad en mis músculos y me siento menos cansada. Mientras menos me mueva, más rígida estoy. Me ha ayudado mucho”.

GUÍA

¿En qué consiste la enfermedad arteriosclerótica?

Víctor Castañeda Barragán, cardiólogo del Hospital General de Zapopan, comenta que es el proceso inevitable de envejecimiento de las arterias, sencillamente. Así como el pelo se hace blanco, las arterias se van endureciendo y cerrando. Si alguien vive lo suficiente, puede desarrollar arteriosclerosis; si hablamos de enfermedad es cuando este proceso ocurre de manera prematura. 

¿Qué lo genera? 

Puede ser la “programación” que traemos de nacimiento, lo que depende de los genes, que se activan de acuerdo con las sustancias químicas dentro de las células; y los cinco factores principales de los que dependen estas sustancias son: la alimentación, el ejercicio que se haga, la exposición a sustancias nocivas (tabaco, alcohol y drogas), calidad de sueño y estrés emocional.

¿Cuáles son los factores más importantes?

Sobre los factores más importantes, Víctor Castañeda Barragán agrega: “Para mí es el estrés, porque el cerebro no distingue entre el ataque de un animal salvaje o un embotellamiento, capta una amenaza y hace secretar sustancias que ayudan a huir o enfrentar el hecho. Eso acelera el corazón, eleva la presión y el azúcar, en fin, es una respuesta fisiológica (donde cortisol, adrenalina o norepinefrina afectan el cuerpo). Ahora, una persona con estrés también comerá por ansiedad (harinas, azúcar, grasas), por estar en estado de alerta y requerir energía, aunque sea muy sedentario. También produce un consumo mayor de drogas (legales o no), y la calidad del sueño puede ser peor cuando se le da la vuelta a los asuntos. El estrés daña de forma directa y gobierna las otras conductas que dañan, y junto a la genética, puede producir un endurecimiento prematuro de arterias. Es algo muy complejo”.

El Seguro Social considera enfermedades del corazón para una pensión por invalidez. EL INFORMADOR/Archivo

Pensión por invalidez no contempla la hipertensión 

Aunque la hipertensión no está contemplada en la lista de enfermedades por las que se puede tramitar la pensión por invalidez, algunas de las complicaciones que genera esta enfermedad, como la insuficiencia renal o enfermedades cerebrovasculares, sí son motivo para acceder al retiro anticipado por causas de salud. 

En 2021 se registraron 301 mil 494 pensiones en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de las cuales, 23 mil 174 fueron por invalidez. Mientras que en 2020, se documentaron  286 mil 470, de las cuales, 23 mil 543 fueron por invalidez. Esto representa un incremento en este tipo de pensiones, algunas de ellas ocasionadas por la hipertensión. 

La Ley del Seguro Social establece que en caso de que un derechohabiente no pueda trabajar y requiera la pensión por invalidez referida en el proceso de Pensión IMSS 2023, deberá padecer alguna enfermedad de la lista que le impida realizar labores normales que le permitan mantenerse por su trabajo.

Para iniciar el trámite se requiere contar con el dictamen de invalidez ST-4, expedido por los Servicios Médicos Institucionales, que acredite el estado de invalidez del asegurado. Este documento será proporcionado directamente por los servicios de Salud en el Trabajo correspondientes. La información sobre las características y requisitos se pueden consultar en el portal  del Instituto.

DIAGNÓSTICO

¿Qué es la pensión por invalidez? 

  • La pensión de invalidez en el régimen de la Ley del Seguro Social de 1973 y la de 1997 se otorga cuando el asegurado esté imposibilitado para procurarse un salario superior al 50% del recibido por el último año de trabajo, siempre que la imposibilidad derive de una enfermedad o accidente no laboral. 
  • Las enfermedades que detonan las pensiones por invalidez son: la diabetes mellitus seguida de tumores malignos y cancerígenos, dorsopatías, artropatías, enfermedades cerebrovasculares, insuficiencia renal, osteopatías y condropatías. 
  • También figuran las enfermedades isquémicas del corazón, otras enfermedades del corazón, trastornos de coroides y de la retina, enfermedades del hígado, entre otras.
     
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