México
“Juanito”, el fenómeno mediático
Este controvertido personaje político tiene de cabeza a la delegación con más habitantes en la capital del país
CIUDAD DE MÉXICO.-Rafael Acosta Ángeles, mejor conocido como “Juanito”, se presenta como un luchador social. Dijo apoyar el movimiento de Andrés Manuel López Obrador y aceptó que en caso de ganar las elecciones el 5 de julio dejaría el puesto de delegado de Iztapalapa a Clara Brugada, la candidata perredista a la que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le quitó el cargo por supuesto fraude.
El cuento terminó cuando “se la creyó”, a pesar de que López Obrador le había advertido que no lo hiciera. Las fricciones comenzaron y llegaron a tal grado de que rompió con López Obrador, de quien dijo: “Ya no es el presidente legítimo”.
Francisco Aceves, profesor investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, explica por qué “Juanito” se convirtió en una atracción mediático.
—¿Cómo logró “Juanito” convertirse en un fenómeno televisivo?
—Yo creo que desde el mismo momento en que “Juanito” emerge en la vida pública, se convirtió en un personaje de alta rentabilidad para los medios de comunicación y en particular, para las televisoras.
Esa imagen en donde (Andrés Manuel) López Obrador le hace jurar que en caso de que gane le dejará el cargo a Clara Brugada, se convirtió en oro molido para las empresas, porque cubre con una serie de requisitos que las televisoras utilizan, como la originalidad, el conflicto y el entretenimiento.
—¿Qué cree que lo hace tan rentable?
—Yo diría que es como “Pepe El Toro”. Es un personaje extraído del barrio, de los más populares, hay que reconocer que hay un grupo —y no menor— que se identifica con este tipo de personajes.
Ahora bien, “Juanito” representa una serie de cuestiones de nuestro sistema político electoral, expresa la decadencia y la descomposición de los partidos, el fenómeno “Juanito” es el fruto de la incapacidad y la incompetencia de nuestros actores políticos para procesar y resolver de una manera adecuada las demandas ciudadanas, en este caso puntual (de Iztapalapa) con respecto a quién va a tomar el cargo de elección popular de la delegación con más habitantes del Distrito Federal.
—Él asegura que es muy famoso, ¿diría usted que tiene futuro?
—No, es claro que “Juanito” era un perfecto desconocido hasta esa tarde en la que López Obrador lo presentó en la plaza pública de Iztapalapa.
Hay que ver por qué las televisoras tienen tanto interés de explotar su imagen; creo que más allá del entretenimiento que significa, también hay un elemento que tiene que ver con intereses políticos, ya que ha sido una vía excelente para golpear al movimiento lopezobradporista.
“Juanito” es un instrumento, una pieza que utilizan varios actores para disputarse un espacio político. No soy psicólogo, pero creo que tiene delirios de grandeza y presenta una pérdida absoluta de su realidad, está siendo utilizado de una manera desvergonzada.
Yo no le veo ningún futuro, no creo que haya la posibilidad de que se mantenga como delegado. Lo lamentable de todo esto es que es un artículo desechable y él no se da cuenta de eso. (Sergio Cázares)
Francisco Aceves,
profesor investigador de la UdeG.
El cuento terminó cuando “se la creyó”, a pesar de que López Obrador le había advertido que no lo hiciera. Las fricciones comenzaron y llegaron a tal grado de que rompió con López Obrador, de quien dijo: “Ya no es el presidente legítimo”.
Francisco Aceves, profesor investigador del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara, explica por qué “Juanito” se convirtió en una atracción mediático.
—¿Cómo logró “Juanito” convertirse en un fenómeno televisivo?
—Yo creo que desde el mismo momento en que “Juanito” emerge en la vida pública, se convirtió en un personaje de alta rentabilidad para los medios de comunicación y en particular, para las televisoras.
Esa imagen en donde (Andrés Manuel) López Obrador le hace jurar que en caso de que gane le dejará el cargo a Clara Brugada, se convirtió en oro molido para las empresas, porque cubre con una serie de requisitos que las televisoras utilizan, como la originalidad, el conflicto y el entretenimiento.
—¿Qué cree que lo hace tan rentable?
—Yo diría que es como “Pepe El Toro”. Es un personaje extraído del barrio, de los más populares, hay que reconocer que hay un grupo —y no menor— que se identifica con este tipo de personajes.
Ahora bien, “Juanito” representa una serie de cuestiones de nuestro sistema político electoral, expresa la decadencia y la descomposición de los partidos, el fenómeno “Juanito” es el fruto de la incapacidad y la incompetencia de nuestros actores políticos para procesar y resolver de una manera adecuada las demandas ciudadanas, en este caso puntual (de Iztapalapa) con respecto a quién va a tomar el cargo de elección popular de la delegación con más habitantes del Distrito Federal.
—Él asegura que es muy famoso, ¿diría usted que tiene futuro?
—No, es claro que “Juanito” era un perfecto desconocido hasta esa tarde en la que López Obrador lo presentó en la plaza pública de Iztapalapa.
Hay que ver por qué las televisoras tienen tanto interés de explotar su imagen; creo que más allá del entretenimiento que significa, también hay un elemento que tiene que ver con intereses políticos, ya que ha sido una vía excelente para golpear al movimiento lopezobradporista.
“Juanito” es un instrumento, una pieza que utilizan varios actores para disputarse un espacio político. No soy psicólogo, pero creo que tiene delirios de grandeza y presenta una pérdida absoluta de su realidad, está siendo utilizado de una manera desvergonzada.
Yo no le veo ningún futuro, no creo que haya la posibilidad de que se mantenga como delegado. Lo lamentable de todo esto es que es un artículo desechable y él no se da cuenta de eso. (Sergio Cázares)
Francisco Aceves,
profesor investigador de la UdeG.
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