Internacional
Pueblo haitiano entregó a sus hijos a misioneros bautistas
A los padres les habían asegurados que podrían ir a visitar a sus hijos en República Dominicana
En una muestra de la miseria de una nación que ya era la más pobre del continente aun antes de un terremoto el 12 de enero, muchos padres en Callebas dicen que no saben qué harán si tienen que recibir nuevamente a sus hijos.
"Estoy viviendo en una carpa con un amigo'', dijo Laurentius Lelly, un técnico de computadoras de 27 años que entregó a sus dos hijos de 4 y 6 años. "Mi principal preocupación es que si regresan los niños no pueda ser capaz de alimentarlos''.
Los estadounidenses debían comparecer el jueves ante un fiscal que decidirá si entablar cargos contra ellos o dejarlos en libertad, dijo la ministra de comunicaciones Marie-Laurence Jocelyn Lassegue.
Las versiones que los padres contaron el miércoles en este pueblo a media hora de la capital contradicen las afirmaciones del líder del grupo bautista de que los niños procedían de orfanatos o que fueron entregados por familiares lejanos.
Los 10 misioneros, en su mayoría de Idaho, fueron arrestados la semana pasada cuando intentaban hacer ingresar a 33 niños haitianos a la República Dominicana sin la documentación requerida, según las autoridades haitianas.
En medio de una pila de escombros en lo que solían ser sus casas, y en los refugios improvisados de estaño y planchas de plástico que las reemplazaron, el pueblo de Callebas contó cómo entregó a sus niños.
Todo empezó la semana pasada cuando un trabajador de un orfanato local, que habla inglés y que actuó en nombre de los bautistas, reunió a los 500 pobladores del pueblo en una cancha de fútbol y les presentó el ofrecimiento de aquéllos.
Isaac Adrien, de 20 años, dijo a sus vecinos que los misioneros educarían a sus hijos en la vecina República Dominicana, según dijeron los residentes. Agregaron que les aseguraron que podrían visitar allí a los niños.
Muchos padres aceptaron enseguida.
"No fueron más chicos sólo porque el autobús estaba lleno'', afirmó Melanie Augustin, una mujer de 58 años que entregó a su hija adoptiva Jovin, de 10 años, a los estadounidenses.
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