Tapatíos disfrutan eclipse
Observaron el fenómeno astronómico en diversos puntos de la capital de Jalisco; la curiosidad y maravilla fue la principal reacción de personas que lo vieron por primera vez
Ayer desde temprano, tapatíos hicieron fila para ingresar al Instituto de Astronomía y Meteorología para observar el eclipse anular que se vio parcialmente en la ciudad.
Aficionados a la Astronomía y personal de la Universidad de Guadalajara prestaron telescopios y gafas especiales para que las familias pudieran ver el llamado “anillo de fuego”. Una de ellas fue Citlali, de cinco años de edad. “Se veía la luna, una mordidita, y el sol era una naranja”, narró la niña.
Su padre Mauricio Priego contó que desde hace varios días le explicaron a la menor lo que era un eclipse. “Tuvimos que aclararle que lo que estaba viendo era el sol… y la mordidita era la luna”, explicó el padre, quien tiene en la mira el eclipse que habrá el próximo año. “Mérida está muy lejos, pero el del próximo año se podrá ver completo en Mazatlán”, así que viajará a esa ciudad para vivirlo de cerca.
Por otra parte, el abogado Hugo Enrique Sánchez prestó su telescopio para que otras personas pudieran ver el fenómeno. “Desde hace muchos años tengo afición a la Astronomía. Con mi dinero compré el equipo y me enteré del evento, entonces me ofrecí como voluntario para traerles el telescopio, porque imaginé que vendría mucha gente”.
La maestra Lourdes de la Peña acudió al Instituto y compartió con los asistentes otra forma segura que le enseñó su padre para ver los eclipses. “Es un vidrio de soldar. Le puse nada más el cartón para que sea más fácil de manejarlo”.
Afuera del Instituto, la gente estaba emocionada. “La gente está muy participativa, los niños, los alumnos… todos con la intención de verlo de forma segura”, compartió una empleada de la Universidad de Guadalajara.
Sorprende eclipse a los paseantes en el Centro
Un fenómeno natural como un eclipse solar, ya sea parcial o total es pocas veces visible en la ciudad de Guadalajara. Por ello, el registrado ayer es un acontecimiento que quedará para el recuerdo de los tapatíos.
Desde distintos puntos, se pudo observar el fenómeno que alcanzó su punto máximo a las 10:59 horas. Para algunas personas, como el pequeño Kike, de 5 años, es la primera vez que pueden disfrutar de un evento similar.
“Se veía el sol, pero no estaba redondo y era naranja, no amarillo como diario se ve”, dijo mientras usaba unas gafas especiales para ver el eclipse.
Su mamá, Sonia, le comentó que no debe ver directamente el sol porque le puede hacer daño; ambas fueron al Planetario Lunaria donde les explicaron qué deben hacer y qué no cuando hay un eclipse.
“Nos dijeron qué tipos de gafas usar, cuánto tiempo había que estar mirando. Estuvo padre porque no me había tocado ver uno, el de hace años cuando se oscureció, yo estaba muy pequeño”.
Ricardo, estudiante, mencionó que fue al Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara a ver el eclipse, ahí pudo ver parte del fenómeno con ayuda de los telescopios que instalaron los trabajadores del lugar.
“Nos ayudaron los de Astronomía porque me comentaron que tenía que usar aparatos especiales para que no me dañaran la vista. Me gustó porque no había tenido oportunidad de ver uno y dicen que en muchos años habrá otro así que aprovechamos”.
Hubo personas mayores que apenas se dieron cuenta de que hubo un eclipse.
“¡Uy! Casi ni se vio. En el de 1991 sí se oscureció toda la ciudad”, rememoró la señora Nalle, quien disfrutó del eclipse solar total ocurrido el 14 de julio de 1991.
¿Se acuerda del otro eclipse de los 90?, se le pregunta: “Sí, se hizo de noche y salimos a ver qué estaba pasando porque había mucho ruido de pájaros allá en mi casa y pues nos dimos cuenta que estaba ya de noche. Éste no fue igual, como que el color de la luz no fue el mismo, pero no anocheció”, dijo la señora Nalle, de 61 años.
Los jóvenes se asombran con la astronomía
Para el investigador Durruty Jesús de Alba Martínez, la respuesta que hubo de la población para conocer y ver el eclipse anular de sol, fue satisfactoria y demostró que “los chamacos curiosos” que acudieron a la sede del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara son “los científicos del mañana”.
Así que expresiones como “wow” y otras más “fuertes” que se escucharon luego de verlo, significa que niños y jóvenes redescubrieron la capacidad de asombro.
“Se había perdido totalmente, porque prefieren la tecnología, y no, hay qué ser parte del evento, y eso es redescubrir la capacidad de asombro”, consideró el investigador que traía consigo un globo terráqueo y un palito con una bolita blanca pinchada que simulaba ser la luna para explicar en cualquier punto de la sede del Instituto qué fenómeno se vivió este sábado.
En Guadalajara, el eclipse anular de sol inició a las 9:31:10 horas; su punto máximo lo alcanzó a las 10:59:49 y terminó a las 12:37:21 horas. Se cubrió el 62.37% del sol, detalló Durruty Jesús de Alba Martínez.
Informó que en total se colocaron 12 telescopios, todos propiedad de miembros de la Sociedad Astronómica Guadalajara, a la que se invitó como parte de la difusión de este tipo de eventos. También hubo “destacamentos” en Campeche y en el municipio de Atemajac de Brizuela, Jalisco. “El hecho de andar cazando los eclipses vale la pena, es un fenómeno muy interesante”.
Luego de recordar que hace tres años fue la última vez que Guadalajara observó un acontecimiento similar, el experto dijo que los equipos que se utilizaron entre la población fueron “seguros para la vista” y reiteró que el 8 de abril del próximo año habrá otro eclipse y se podrá ver en Mazatlán, Durango, Torreón y Saltillo.
América mira al cielo por eclipse
Millones de pobladores de América alzaron sus miradas al cielo para apreciar el eclipse solar anular, que produjo un efecto llamado “anillo de fuego” debido a que la Luna no alcanza a cubrir de forma total el sol.
Poco después de las 8:00 hora local, la Luna empezó a cubrir el sol en la localidad de Eugene, en Oregón, Estados Unidos, según mostró la transmisión de la NASA.
Según la NASA, una hora después de emerger en Oregón, el eclipse parcial empezó a verse en forma de una galleta mordida en localidades como Kerrville (Texas) y Albuquerque (Nuevo México).
A partir de ese momento, el fenómeno pudo observarse también durante el día en la mexicana península de Yucatán, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Panamá y Venezuela, entre otros.
En total, el eclipse duró alrededor de 351 minutos, algo menos de seis horas.
EFE