A mil días del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, ayer el Ejército del segundo país lanzó por primera vez misiles estadounidenses ATACMS para atacar objetivos militares situados en territorio ruso, específicamente las regiones de Briansk y Kursk. El ataque ucraniano ha ocasionado temor a nivel global ante la posibilidad de que la guerra crezca y se propague a más países, especialmente por la advertencia de Rusia en utilizar armas nucleares contra los países de Occidente que apoyen a Ucrania, en caso de lanzarse misiles en territorio ruso. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que los ataques balísticos son una señal de que Ucrania y Occidente “quieren una escalada en el conflicto”. Añadió que no es posible usar los misiles ATACMS “sin la ayuda de expertos y de instructores de Estados Unidos (EU)”. Vladimir Putin, presidente de Rusia, firmó un decreto que amplía las posibilidades en las cuales su país podría recurrir al uso de armas nucleares. Entre lo más destacado de ese documento, el Kremlin puede utilizar este arsenal contra un país que no lo tenga, pero lo reciba de parte de otra potencia nuclear, como es el caso de Ucrania y el apoyo de EUEn respuesta a este anuncio, el Departamento de Defensa estadounidense o el Pentágono, afirmó que no tiene indicios de que Rusia se esté preparando para utilizar armamento nuclear dentro de Ucrania y consideró que la actualización de la doctrina nuclear de Putin se enmarca en una “retórica irresponsable”. No obstante, el Pentágono también anunció que enviará a su aliado 275 millones de dólares en nuevo armamento. El uso de los misiles ATACMS se dio tras la autorización a Ucrania del presidente estadounidense, Joe Biden, de golpear suelo ruso con armas de largo alcance. José Enrique Aguirre, académico del ITESO, no descartó la posibilidad de que el conflicto escale hasta una hipotética Tercera Guerra Mundial, pero precisó que el poder de devastación de las armas nucleares detiene al mundo de ello. “Después de la Segunda Guerra Mundial las armas nucleares detienen en muchos sentidos los conflictos a gran escala, porque son garantía de la destrucción de la civilización como la conocemos”. Eduardo González, profesor de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey, cree que la guerra se enfriará con la inminente llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien ha expresado sus intenciones de retirar el apoyo económico a Ucrania y a la OTAN.La guerra entre Rusia y Ucrania cumplió mil días siendo el mayor conflicto bélico en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Según estimaciones de la ONU y The Wall Street Journal, más de 12 mil civiles, 200 mil soldados rusos y 80 mil soldados ucranianos han muerto en casi tres años de hostilidades. Una escalada del conflicto podría involucrar a casi todo el planeta. Casi todo Occidente, entre ellos EU, la Unión Europea, los miembros de la OTAN y países como Japón, Corea del Sur o Australia, están del lado de Ucrania. En el bando ruso, destaca la reciente participación de 11 mil soldados de Corea del Norte en el conflicto. La gran interrogante es China, poderosa nación que pese a declararse neutral, es acusada por la OTAN de brindar ayuda tecnológica y militar al Kremlin. Desgaste, bombardeos, violencia, destrucción. Son múltiples los términos que han quedado marcados en los mil días de guerra entre Rusia y Ucrania que se cumplieron ayer y cuyo fin no se avizora en un horizonte próximo.Pero sí que hay un recrudecimiento, más tras el lanzamiento de misiles de largo alcance por parte de Ucrania y la amenaza rusa de utilizar armas nucleares. Con el mundo observando atentamente cada movimiento de ambos bandos, vale la pena recordar en diez momentos cómo se llegó a este punto de máxima tensión, donde dos países, hermanados por una larga historia, se despedazan en el campo de batalla.El 24 de febrero de 2022, tropas rusas atacaron Ucrania e iniciaron un cerco sobre Kiev, tomando rápidamente territorios ucranianos en el norte, el este y en el sur. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, apareció en un video en el que desmentía rumores sobre su huida y proclamaba su intención de resistir.Después de más de un mes de asedio, y al no haber logrado tomar el aeropuerto de Gostómel para hacer llegar en avión batallones adicionales, las fuerzas rusas comenzaron a retirarse el 29 de marzo de los alrededores de la capital ucraniana. Tres días después, el Ejército ucraniano recuperaba el control de toda la región de Kiev. El Gobierno ucraniano había sobrevivido al intento ruso de derrocarlo por la fuerza.El 1 de abril, cuando las tropas ucranianas entraron en Bucha, una ciudad dormitorio cercana a Kiev, descubrieron los cadáveres de 458 personas que habían sido enterradas por los ocupantes rusos en fosas comunes. Una parte de estos muertos habían sido ejecutados. El descubrimiento de las matanzas fue presentado por Rusia como una operación ucraniana de falsa bandera. La masacre es todavía el episodio más representativo de las atrocidades rusas en esta guerra.El 17 de mayo de 2022, después de un dramático asedio de casi tres meses, la tropas ucranianas que se habían atrincherado en la acería de Azovstal de Mariúpol se rendían a las fuerzas rusas, que completaban así la toma de la ciudad. El sitio de la planta y el asedio a Mariúpol dejaron imágenes apocalípticas que conmovieron al mundo. Miles de personas murieron en la toma rusa de la ciudad, entre ellas los civiles que perdieron la vida en el bombardeo del 16 de marzo contra el Teatro de Mariúpol donde se refugiaban.El 3 de julio de 2022, Rusia completaba la toma de la región ucraniana de Lugansk con la caída en sus manos de la ciudad de Lisichansk. Una semana antes había tomado Sievierodonetsk, el otro gran bastión ucraniano en Lugansk.El 11 de noviembre de 2022 las tropas ucranianas liberaron la ciudad de Jersón. Las escenas de júbilo de la población recibiendo a su Ejército emocionaron a millones de personas. Ese mismo otoño las fuerzas ucranianas retomaron también el control de los territorios conquistados por Rusia en la región nororiental de Járkov. El foco del frente pasó a finales de 2023 a la ciudad de Bajmut, en la región oriental de Donetsk. A lo largo de casi un año, y con el grupo de mercenarios Wagner como punta de lanza, Rusia llevó a cabo una ofensiva implacable sobre la ciudad que concluyó el 21 de mayo de 2023 con la captura de sus ruinas.En junio de 2023 Ucrania comenzó una segunda contraofensiva dirigida hacia el sur que tenía como objetivo llegar al mar de Azov. La solidez de las fortificaciones rusas y la falta de superioridad aérea ucraniana frustró los planes de Kiev. La contraofensiva se apagó en otoño sin lograr los resultados esperados.Al tiempo que moría la contraofensiva ucraniana, Rusia recuperaba la iniciativa y comenzaba la ofensiva centrada en el este, que todavía perdura. Lentamente, y a un elevado coste de bajas que está consiguiendo suplir, el Ejército ruso empezó a ganar terreno en el otoño de 2023.El 6 de agosto de 2024 Ucrania lanzó una ambiciosa operación transfronteriza para conquistar parte del territorio de la región rusa de Kursk. Los objetivos eran abortar los planes rusos de abrir un nuevo frente desde Kursk penetrando en la región ucraniana de Sumi y distraer a las fuerzas rusas de su ofensiva en el este.El primero de ellos se cumplió, pero no el segundo. Rusia no ha expulsado a las tropas de Kiev de Kursk, pero -pese a haber tenido que desplegar a decenas de miles de soldados para intentar conseguirlo-, sigue ganando terreno en Ucrania. En noviembre de este año, unos 11 mil soldados norcoreanos se incorporaron a las tropas rusas que tratan de expulsar a los ucranianos de Kursk.La participación de estos soldados norcoreanos es lo que, según medios estadounidenses, inclinó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a autorizar a los ucranianos el uso de los misiles ATACMS, de un alcance de 300 kilómetros, en territorio ruso, más concretamente en Kursk.Las amenazas de Moscú no se han hecho esperar: Rusia dice que este permiso echa “leña al fuego” al conflicto, empeorará el futuro de Ucrania y advirtió contra Estados Unidos por su posible utilización en suelo ruso. Además, el presidente Vladimir Putin, firmó un decreto que autoriza el uso del arma nuclear para responder cualquier ataque convencional que amenace la soberanía rusa.Con información de EFE El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, afirmó que no ve relación entre una “hipotética guerra nuclear” y la decisión de Estados Unidos de que Ucrania pueda utilizar los misiles de largo alcance que le ha proporcionado contra objetivos en territorio ruso y calificó como irresponsable la postura de Moscú.El jefe de la diplomacia comunitaria recordó que “no es la primera vez que amenazan con una escalada nuclear, que es algo completamente irresponsable”.“Rusia se adscribió al principio de que una guerra nuclear nunca puede ganarse y por ello nunca debe librarse, y cualquier llamamiento a una guerra nuclear es una irresponsabilidad, hay que llamarlo como lo que es”, indicó.