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Drew Brees rompió un récord de ensueño

El quarterback de Nueva Orleans estableció el lunes una nueva marca de más yardas en una sola temporada, la cual duró más de un cuarto de siglo

NUEVA ORLEANS, ESTADOS UNIDOS (28/DIC/2011).- Si por Drew Brees fuera, metería a todos los nombres de cada uno de los integrantes que forman parte de la organización de los Santos de Nueva Orleáns en la lista en la que desde el lunes aparece como el mejor de todos los tiempos: el quarterback con más yardas lanzadas (5,087) en una temporada, incluyendo a los dueños del equipo Tom y Rita Benson.

Drew Brees es todo pundonor, es todo calidad, es todo corazón, pero sobre todo es un gran líder, y su liderazgo lo lleva a tener un espíritu competitivo, que se basa en repartir crédito a los que colaboran de una u otra forma para ganar batallas semana a semana.

Después de que logró superar la marca en el último partido del Lunes por la Noche de la temporada 2011-2012, de más yardas conseguidas en una sola campaña, y que pertenecía al ex mariscal de los Delfines de Miami, Dan Marino (5,084) impuesta en 1984, el coach de los Santos en su discurso habitual tras cada partido, le cedió en ocasión especial la palabra a un emotivo Drew Brees. Era su momento, era su día, era su logro, y el mérito para dirigirse a sus compañeros era más que meritorio.

“Hace dos años estuvimos muy cerca de esto (romper el récord de Marino), y para ser muy honesto con ustedes yo pensé en aquel entonces que nunca tendríamos la oportunidad de volver a estar tan cerca, pero creo que subestimé la oportunidad que se nos podría presentar de nueva cuenta gracias a los jugadores que están en este cuarto”, se dirigió Brees en sus primeras palabras.

Y es que Brees ya había amenazado el récord de Marino en 2008, al conseguir 5,069 yardas, lo que los convierte a él y a Marino en los únicos quarterbacks en lanzar para 5,000 yardas en una temporada.

“Y lo digo con toda sinceridad y cuan genuino como pueda ser, porque verdaderamente lo siento de esa manera: tal vez sea un nombre el que entra en el libro de los récords, pero todo esto se trata de ustedes, y no sólo estoy hablando de jugadores, estoy hablando de entrenadores que se parten el lomo, quedándose trabajando hasta altas horas de la noche, alejados de sus familias, elaborando planes de juego para que vayamos afuera y tengamos éxito, juguemos bien y aparezcan nuestros nombres en los periódicos. Estoy hablando de todos en el edificio, en los escritorios, nuestro staff, el señor Benson (Tom), la señora Benson (Rita) y hasta los managers de nuestro equipamiento de juego”.

Si alguien tenía conciencia de que todo se basa en un solo jugador, y que la estrella de un equipo de futbol americano es el quarterback, Drew Brees, con su épico y emotivo discurso en el vestidor de los Santos de Nueva Orleáns en la noche mágica (en la que por cierto vencieron a los Halcones de Atlanta 45-16), le abre los ojos a aficionados, medios de comunicación, columnistas, críticos especialistas, e incluso hasta entrenadores y dueños de equipos, de que basar el plan de juego de cualquier equipo en una sola figura es un error y no siempre los conducirá al éxito, como lo probó esta misma temporada Indianápolis después de que su quarterback titular indiscutible, Peyton Manning se perdió la temporada completa tras ser operado de una seria lesión de cuello.

Drew Brees suda compañerismo, y despide en cada poro una gran humildad.

“Estoy muy orgulloso de ustedes, y sé que esto es un escalón más hacia nuestra meta final, pero lo que realmente para nosotros es que en el futuro cuando recordemos estos momentos, es que uno de nuestra defensa diga, ‘yo estuve en ese equipo, yo fui parte de eso, yo hice jugadas ese año que ayudaron a ese tipo para que tuviera la oportunidad que tuvo’ o que digan ‘yo fui un liniero ofensivo que le bloqueó para ese tipo, yo fui un receptor que atrapó pases, yo fui un corredor que atrapó pelotas, corrió, creo oportunidades de avance, yo fui un entrenador en ese equipo’. Quiero que todos estén orgullosos de este logro, porque todo se trata de ustedes y no de una sola persona”.

Brees arrancó el partido contra Atlanta con 4,780 yardas, a 305 yardas de imponer la marca. Ha lanzado para 300 yardas o más en 12 partidos en esta temporada, también récord de la Liga, y aún falta un partido por jugarse.

Minutos después de que Brees rompió el récord, Marino lo felicitó a través de la red social Twitter.

“Felicidades a @drewbrees. Gran labor por un jugador especial”, escribió Marino.

Extrañamente, Brees tuvo solamente un pase de una yarda durante un lapso de más de 18 minutos. Sabedores de que el quarterback estaba cerca del récord, los aficionados empezaron a corear “Drewwww” cada vez que ingresaba al campo.

Finalmente les dio lo que deseaban una vez que Atlanta no logró convertir en cuarta jugada en su propia yarda 33. Eso dio a Brees, que para entonces necesitaba tan sólo 30 yardas para igualar la marca, el espacio necesario para buscarla y lograrla. Y con un pase de anotación de siete yardas que atrapó Robert Meachem, los 26 años que duró el récord de Marino, se esfumaron.

“No puedo decirles cuánto los amo ( a sus compañeros de equipo), no hubiera querido estar con nadie más que con ustedes en este viaje”, se dirigió por último Drew Brees a sus compañeros en el vestidor.

La última parada ideal para Drew Brees en este viaje sería: 5 de febrero, Super Bowl 46.
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