La captura de Cristian Fernando Gutiérrez Ochoa, alias ‘El Guacho’, uno de los líderes del Cártel Nueva Generación (CNG) y yerno de su máximo dirigente, Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, ha vuelto a exponer una estrategia común entre los narcotraficantes mexicanos: fingir muertes para evadir a las autoridades.El 19 de noviembre, Gutiérrez Ochoa fue arrestado en Riverside, California, donde vivía en una mansión financiada con recursos ilícitos. Es señalado por traficar cerca de 40 toneladas de metanfetamina y dos toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, además de estar vinculado al secuestro de dos marinos mexicanos en 2021, como represalia por la detención de Rosalinda González Valencia, esposa de “El Mencho”.Según el Departamento de Justicia de EU, Gutiérrez Ochoa fingió su muerte con la ayuda de “El Mencho”, quien difundió rumores de que lo había matado por mentirle, lo que permitió que el capo se infiltrara en EU bajo una identidad falsa. Ahora enfrenta cargos por tráfico de drogas y lavado de dinero. Este no es el único caso de narcotraficantes que simulan su muerte para seguir operando en las sombras. A lo largo de los años, varios líderes del crimen organizado mexicano han recurrido a esta táctica. Algunos de los casos más notorios son los de Nazario Moreno, Heriberto Lazcano y Amado Carrillo Fuentes.Nazario Moreno, alias “El Chayo” o “El Más Loco”, fue fundador de La Familia Michoacana. En 2010, el gobierno mexicano anunció que había muerto en un enfrentamiento en Michoacán, pero no presentó pruebas concluyentes. A pesar de los rumores de su muerte, Moreno siguió operando, e incluso fortaleció el Cártel de los Caballeros Templarios. En 2014, finalmente fue abatido en un operativo militar, y esta vez sí confirmaron su muerte mediante pruebas forenses. eHeriberto Lazcano, alias “El Lazca”, líder de Los Zetas, fue reportado muerto en 2007, 2011 y finalmente en 2012, cuando la Marina de México aseguró haberlo abatido en Coahuila. Aunque se presentaron pruebas forenses, su cuerpo fue rápidamente robado de la funeraria, lo que alimentó teorías de que “El Lazca” no había muerto. Las autoridades nunca pudieron confirmar su fallecimiento de manera concluyente. Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, fue uno de los narcotraficantes más poderosos de México. En 1997, después de una cirugía estética para cambiar su rostro, se informó que murió por complicaciones. Sin embargo, las pruebas forenses no fueron concluyentes, y comenzaron a circular teorías de que su muerte fue un montaje para escapar de las autoridades.Algunas versiones aseguran que Carrillo Fuentes continúa vivo, residenciado en algún lugar de Sudamérica, protegido por su fortuna y sus leales. Estos casos ilustran cómo los narcotraficantes recurren a simular sus muertes como una estrategia para evadir la justicia o continuar operando sin ser detectados. En el mundo del crimen organizado, la verdad detrás de la muerte rara vez es clara.EE
