Jalisco

Crece robo de autos en zonas con ''franeleros''

En las colonias Americana, Libertad, Arcos Vallarta, Providencia y Centro, entre otras, se registra un aumento en delitos contra vehículos 

En los últimos dos años, las principales zonas donde se tiene una alta presencia de “franeleros” o “apartalugares” registran un incremento de robo de vehículos, autopartes y del interior de las unidades. Esto, de acuerdo con la información publicada en la plataforma de Seguridad Map, que reporta las estadísticas de los índices delictivos de los municipios.

Las colonias donde se concentran los delitos y la actividad de los “franeleros”, que no han podido ser regulados o retirados a pesar de que también se tienen instalados parquímetros móviles, son Americana, Libertad, Arcos Vallarta, Providencia y Centro, entre otras.

Por ejemplo, en la colonia Americana, en donde se señala que se tiene la presencia de “viene viene” considerados como agresivos, de 2013 a la fecha se han denunciado 388 robos de autos; sin embargo, este año ha sido en el que más vehículos se han robado, con 93 entre enero y octubre, mientras que durante 2017 se reportaron 65 (en 2016 apenas fueron 38).

El robo de autopartes también ha tenido un crecimiento desde 2017 en esta colonia. En los últimos seis años se han denunciado 118 casos, de los cuales, el año pasado se registraron 33 y en lo que va del actual van 49, mientras que en 2015 se denunciaron sólo dos. El robo a interiores de vehículos también registró un alza el año pasado, con 33.

En el caso de Arcos Vallarta, en este año se han denunciado 49 robos de autos, de un total de 211 desde el año 2013 a la fecha. El actual es el año con más ilícitos.

Durante la pasada administración, la Comisaría de Seguridad reconoció que había “franeleros” dedicados a las actividades ilícitas. “Hemos identificado que (algunos de) los ‘apartalugares’ forman parte de redes criminales y se dedican a estar avisando de la presencia de la Policía… y en algunos puntos venden drogas”, declaró el entonces comisario, Salvador Caro. Pero a la fecha, las autoridades no han anunciado la desarticulación de algunas de las redes, que se estima operan en la ciudad a través de esta actividad.

En la colonia Libertad se han denunciado 60 robos de unidades en el periodo en mención. De enero a octubre de este año se han reportado 15, también la cifra más alta en las últimas tres administraciones.

En la zona Centro se han robado 39 autos en el mismo periodo. En Providencia, mientras en 2013 y 2015 sólo se reportó un robo, en los últimos dos años se han denunciado cuatro y ocho, respectivamente.

En las zonas Centro, Oblatos, Cruz del Sur y Providencia es donde hay más “apartalugares”. EL INFORMADOR/Archivo

Fracasan planes contra los “apartalugares”

José ha llegado hasta los golpes con los “apartalugares” que operan en la zona Centro de Guadalajara, a la altura del templo de San José, donde vive desde que nació. A pesar de que los también conocidos como “franeleros” llegaron a ese punto desde hace alrededor de 10 años, los problemas han escalado porque cada vez se adueñan más del espacio, denuncia el vecino.

La semana pasada, los “viene viene” delimitaron los espacios donde se pueden estacionar los autos, pintando la calle adoquinada. “Están técnicamente muy adueñados de esos espacios. Creo que (la señalización) es para que los carros se acomoden a sus necesidades, para que quepan más carros en esa cuadra. Dividieron los espacios. Como es adoquín no puede haber parquímetros, no puede haber señalamientos de nada (la normativa municipal, lo prohíbe)”.

La multa por señalar en la vía pública espacios para estacionamiento “sin autorización municipal por metro lineal en cordón” es por hasta 779 pesos.

El acaparamiento de lugares se repite en casi todos los sectores de la ciudad. Sin embargo, las colonias con la mayor presencia de gente que se dedica a esta actividad, son la Americana, Libertad, Lafayette, Centro y Providencia, en donde operan alrededor de 150 personas.

Desde hace más de una década, las autoridades de Guadalajara han anunciado acciones para regular a los “viene viene”, pero no lo han logrado.

Durante su paso como regidor tapatío (2001 y 2003), Aristóteles Sandoval, al igual que ediles de otras fracciones, presentaron iniciativas sobre el tema. En esa administración de Fernando Garza, lo que se aprobó fue una multa por apartar lugares por el orden de los 769 pesos como máximo. Este año, fue de hasta dos mil 052 pesos.

Al asumir la alcaldía de Guadalajara, Sandoval anunció que elaboraría un censo para regularlos. Entonces se estimaba que había alrededor de 600 “franeleros” en toda la ciudad. Se pretendía evitar que las personas se quedaran sin un ingreso y que las bandas delincuenciales tomaran el control de la actividad.

Lo mismo sucedió en la pasada administración de Enrique Alfaro. El ahora gobernador también prometió que pondría orden, pues no podían permitir que se adueñaran de la calle amenazando a la gente.

Lo que se hizo fue emprender algunos programas de recuperación de banquetas y espacios públicos, así como la instalación del Parquimóvil. Sin embargo, los “franeleros” continúan en las zonas de mayor concentración, con cobros de entre 20 y 50 pesos.

Meses antes de dejar la alcaldía, Alfaro reconoció que regular esa actividad tomaría tiempo, sobre todo, por el tema de derechos humanos. La actual administración de Ismael del Toro aún no tiene un plan para atender el fenómeno; sin embargo, el coordinador de Gestión Integral de la Ciudad, Luis Eduardo de la Mora, dijo que se elaborará una política pública. “Una combinación de Parquimóvil, censarlos, ofrecerles otras opciones dentro de la cartera laboral que pudiera haber. Creo que tendría que ser una política más amplia que solamente llegar y decir: ‘Los vamos a quitar’”.

LA VOZ DEL EXPERTO

Atienden fenómeno de manera superficial

Augusto Chacón Benavides (coordinador del Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos).

Para el coordinador de Jalisco Cómo Vamos, las autoridades municipales han atendido el fenómeno de los “apartalugares” de manera superficial. Aunque hay personas que trabajan de buena fe y para ganarse unos pesos, hay quienes forman parte de redes en las que incluso pueden estar involucrados problemas de corrupción.

“También son parte de ese dominio territorial que hemos venido perdiendo. No son pocos los casos en los que son agresivos, o es más bien una extorsión o les da uno para cuidar el coche y quién sabe qué sucede…”.

Los alcaldes, explica, han tenido “buena voluntad”, pero al parecer, las acciones han partido de un diagnóstico superficial. ¿Por qué? ¿Quién controla los ‘apartalugares’? ¿A qué se debe el fenómeno? ¿Qué autoridades son parte de este juego? Y a partir de poder responder esto, sabremos qué es lo que hay que hacer. No sólo empujarlos y correrlos un día, para que el siguiente estén ahí”.

Agrega que en este asunto hay involucrados temas económicos, de seguridad pública, inclusive de justicia social, “que no se atienden adecuadamente y, al final de cuentas, ahí están presentes sin que al parecer exista remedio”. Por ello, considera que se debe analizar qué otros fenómenos sociales suceden alrededor de donde están los “apartalugares” para conocer cómo está la seguridad pública en esas áreas, y qué otros fenómenos se presentan en éstos.

Desde la gestión tapatía 2001-2003 sigue en promesa frenar esta actividad. EL INFORMADOR/Archivo

Intentaron regularlos, pero ya no regresaron

A pesar de que las calles de Moscú, La Paz y Libertad en la colonia Americana están reguladas por parquímetros móviles, en éstas operan “apartalugares”, que cobran 30 pesos por estacionarse en alguno de los espacios disponibles.

La zona es atractiva, ya que por ésta se ubica el mercado México, bares, restaurantes y, durante esta temporada, el festival de Navidad “Sueño Mágico”.

Carmen es una de las personas que desde hace cerca de una década se encarga de cobrar por estacionar vehículos en este sector. Sin embargo, cuando se le cuestiona sobre el tema, responde que no hay una cuota, que reciben lo que la gente quiera darles.

“No cobramos, es lo que nos den. A mí el presidente de colonos me dio un permiso. Nada más a unos cuantos (nos permitió operar en la zona), a los que tiene confianza y que conoce, los que sí cuidamos. Nosotros nos quedamos hasta que se va el último carro”.

Mientras Carmen conversaba el pasado jueves por la noche sobre la actividad, el resto de sus compañeros seguía estacionando vehículos. El estacionamiento continuaba sin importar que tres empleados de Movilidad del Ayuntamiento caminaran a tan sólo unos metros sobre avenida La Paz, pero por la cera de enfrente, de Poniente a Oriente, para supervisar el pago a través del Parquimóvil.

La señora reconoce que las autoridades intentaron regularizarlos, pero ya no regresaron, “una vez sí nos apuntaron en una lista. Hace como medio año. Sí nos apuntaron a todos, que querían regularizar, que querían ver. Tomaron todos los datos, dónde vive uno, que sea confiable y todo eso…”.

Comenta que incluso le solicitaron una carta de no antecedentes penales para prestar el servicio y que los policías la dejaran trabajar en esas cuadras, “que porque yo sí cuidaba. Yo cuidaba un pedazo y el policía me dijo: ‘Usted me va a cuidar aquí, porque yo veo que usted sí cuida’, porque había un muchacho que nada más cobraba y se iba”.

Aclara que nunca le han ofrecido alternativas para tener otro trabajo de manera formal, ni les han dado un chaleco para operar en la zona.

Sin embargo, hay algunos “viene viene” que portan chalecos viales. Incluso, esa noche, uno de los “cuidacoches” traía un chaleco con el nombre de la colonia Lafayette. Cuando se le cuestionó si formaba parte de un grupo regularizado por los vecinos, respondió que no: “Es por parte de nosotros nada más, para que nos identifique el señor”.

Cuando se le intentó seguir cuestionando, dijo que él no sabía nada, que se le preguntara a la otra muchacha que estaba estacionando vehículos. Después agregó que era su hermana y lo invitó a trabajar ahí, porque, en realidad, él opera en la zona de San Juan de Dios, pero añadió que también tenía muy poco tiempo como “viene viene”. Su hermana tampoco quiso hablar, contestó que Carmen tal vez podría responder.

Carmen asegura que la mayoría de sus clientes le tienen confianza, “me parece bien eso, que te tomen los datos, que sepan donde vives”. Asegura que nunca “ha pasado nada” durante el tiempo que ha cuidado carros.

Cuando se le cuestionó alrededor de cuánto gana por estacionar vehículos, respondió: “Hay días buenos y malos”.

Reportan “ola” de ilícitos

Desde hace varios años, José y sus vecinos tienen problemas con los “franeleros” que operan en torno a las calles San Felipe, Alcalde, Liceo y Reforma. Debido a que las casas en las que viven son antiguas y no tienen cochera, deben dejar sus vehículos en en la vía pública, la cual se encuentra controlada por los “viene viene”.

“Hemos tenido problemas con ellos porque a fuerzas quieren que les des dinero. Yo les digo: ‘No tengo por qué darte dinero, porque aquí vivo de toda la vida…’. Pero total que se ponen en plan agresivo, ya me tocó ponerle unos ‘catorrazos’ a dos de los que están ahí”.

De mala gana, añade, les quita los botes que ponen para apartar los lugares, “y todo lo demás que (colocan), para poder estacionarme”.

Señala que las personas que apartan los lugares en esta zona no dan confianza, “uno de ellos fuma mariguana, el otro se droga un poco más fuerte, pero bueno, cosas de ese tipo. Y están prácticamente afuera de una escuela y los policías no hacen nada. Y ni lo van a hacer. Ya es mucho tiempo el que les han dado”.

Agrega que hace más de medio año se desataron los robos de autopartes,  “últimamente se vino una ola de robo de autopartes muy gruesa. No son ellos, pero también pueden ser el contacto de ellos porque, en lo particular, a mí ya me robaron dos veces la computadora de mi coche. Cada rato hay ‘cristaleados’ en esa zona, de día o de noche”.

A pesar de que las autoridades reportan las estadísticas en la plataforma de Seguridad Map, ésta es una de las zonas donde no se tiene la información correspondiente a este año y sólo se reporta hasta 2017, cuando se iniciaron dos averiguaciones previas o carpetas de investigación por este delito.

Sin embargo, José destaca que prácticamente todos los vecinos de la cuadra han padecido un robo o intento de robo de autopartes, “y, si no, a algunos les han quebrado el vidrio para robarles el estéreo, pero no han podido. Ya van varios. Es un cáncer del que no se han podido librar. Enrique Alfaro prometió que se iban a eliminar los ‘franeleros’, pero a algunos ya hasta les dieron identificaciones”.

Además del templo de San José y la Casa de los Perros que se ubican en esta zona, también hay una escuela en donde hace unos días se metieron a robar.

Empleados y vecinos de las zonas donde operan los franeleros tienen problemas para ocupar un espacio que en teoría es público. EL INFORMADOR/Archivo

Se adueñan de la zona del Consulado

María trabaja en uno de los negocios ubicados sobre avenida La Paz, por donde está el Consulado Americano, justo el perímetro de cuatro cuadras donde no se encuentra instalado el Parquimóvil. Esto provoca un mayor control de los “franeleros” en la zona.

La joven comenzó a trabajar en este año en ese sector. Sin embargo, sus compañeros ya le habían advertido que todo el tiempo hay problemas con los “viene viene”.

“Ellos están apartando lugares desde muy temprano y, pues es calle, no estacionamiento ni nada. No nos permiten estacionarnos porque lógicamente no le damos la cuota que ellos piden. Piden 20 pesos… si uno viene a trabajar no le va a dar la cuota”.

Recuerda que los primeros días en que comenzó a trabajar se estacionaba en los espacios que se encontraban disponibles frente al negocio donde labora. Sin embargo, cuando se percataron que acudía a trabajar y no les daba dinero, comenzaron a poner los conos, “o no te dejan estacionar, o te dicen de cosas”.

Si intenta estacionarse en esos espacios, destaca, comienzan los comentarios de los cuida coches, “‘a ver si no le pasa algo un día’. Sí te da miedo meterte en algo así. Es molesto porque, pues de repente pasan infraccionando, porque en la zona también hay líneas amarillas, pero a ellos nadie les dice nada. Pasan los tránsitos, los ven y no hay problema”.

Acentúa que en una ocasión le “poncharon las llantas” a una joven y tuvo que acudir su hermano para defenderla.

Por ello, dice, prefiere que esté el Parquimóvil para no darle dinero a estas personas, aunque esto no garantiza que se retirarán.

“Son como cuatro ‘viene viene’, pero el que los mueve o el que organiza, lo he visto que trae un camionetón. Ganan más que cualquier persona que trabaje (de manera formal), simplemente por estacionar carros en la calle”.

Destaca que en esta zona hay mucho movimiento de vehículos porque está el Consulado, “creo que cada hora se rotan unas tres veces. En toda la calle deben ser unos 25 autos”.

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