Un cálido destino entre el frío

FAGARAS, RUMANIA (28/DIC/2011).- Cuesta trabajo dejar de pensar en las historias de vampiros rumanos cuando se habla de Rumania, sin embargo, este país donde todavía se fabrica el añorado Renault R12 bajo la marca Dacia (Que era el nombre original de este territorio) tiene muchos atractivos más y todos ellos dignos de opacar a la sangrienta figura de Vlad Teple.

Subiendo a las montañas de Fagaras, a unos 300 kilómetros al noroeste de Bucarest, se encuentra una original construcción hecha enteramente de hielo: Un hotel de diez habitaciones, todas ellas equipadas con cama king size, mobiliario y hasta esculturas que, por hacerse en hielo y reelaborarse continuamente, se puede decir que son totalmente exclusivas: el próximo inquilino no tendrá la misma decoración en su cuarto.

Se trata del hotel Balea Lac. Un punto que combina el frío del hielo con la calidez rumana, para hacer un lugar único.

Por supuesto: las frazadas, almohadas y toda la ropa de cama es no solo normal, sino hasta cálida, dado que el termómetro por lo regular se mantiene entre los dos y los menos dos grados centígrados; buen clima, considerando el blanco paisaje que le rodea. Por supuesto, es a su riesgo sentarse en las sillas de hielo, ahí no hay cojines que le salven si no trae ropa que proporcione un buen aislamiento.

Y vaya que necesitará un guardarropa bien abullonado: En el bar, en el restaurante, en la recepción, en cualquier lugar, todo lo que encontrará para sentarse es hielo; las paredes donde se recargue serán del mismo frío material y las bebidas frías en el bar se las servirán en vasos igualmente gélidos. ¿Atractivo? Indudablemente. No cualquiera puede presumir de haberse hospedado en un sitio tan original.

Como valor agregado, nadie le dirá nada si marca los muebles con una navaja o deja su autógrafo en la pared, al fin y al cabo, basta con un poco de agua o con raspar el sitio para que cualquier huella se borre.

La anécdota va mas allá; afortunadamente podemos decir que nadie altera la blanca apariencia de pisos, muebles y paredes. Por meros 45.75 dólares por día por persona, el hospedaje suena atractivo tratándose de un hotel de esta categoría, los paseos por el exhuberante paisaje circundante, las costumbres del lugar o simplemente tomarse una bebida caliente enmedio de este entorno congelado, son alicientes por si mismos.

La atención es acorde a la alta categoría del hotel y los vampiros no ponen en peligro a ninguno de los turistas, por si alguien quisiera objetar este punto.

Tampoco hay vampiros de última generación, ahora que les han encontrado el atractivo físico las últimas películas... vaya, no se trata de eso, se trata de vivir una aventura única y dar rienda suelta a la imaginación, disfrutando de una construcción tan original que será la envidia de sus amigos cuando les muestre fotos de su hospedaje en un lugar único.

Cuando se busca originalidad y aventura, Rumania seguramente da de que hablar.