Con sus regalos, añadió, reconocen ser deudores afortunados del acontecer, estando dispuestos a don de la caridad.Al hablar en representación del arzobispo Norberto Rivera, el prelado mencionó a los Reyes Magos, quienes más allá de las ilusiones que genera entre los niños, fungen como los enviados a venerar la alegría del Niño Dios."La presencia de los magos en la fiesta navideña hace ver que toda ciencia y toda políticas; toda búsqueda y toda estrategia humana están llamadas a encontrarse con el Rey de reyes", indicó.Durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el sacerdote manifestó que los estudios científicos nos han llevado prácticamente a conocer el origen de la vida.Ante los feligreses expresó que cada vez estamos más convencidos del vínculo genético que nos hermana, pese a la variedad de culturas y formas de sustento de las relaciones sociales, uniéndonos un hilo común donde somos partícipes de una misma realidad.Dijo que los planteamientos filosóficos más serios nos ayudan a reconocer la idéntica dignidad de cada persona humana, sean hombres y mujeres, niños, adultos o ancianos.Expresó su entusiasmo por el avance que en muchos ámbitos se ha logrado en nuestro conocimiento de la realidad y nuestra capacidad de transformarla, destacando la admirable condición humana.