Lunes, 25 de Noviembre 2024
Suplementos | Personaje: Alondra de la Parra

Alondra de otros cielos

La ahora ex directora artística de la filarmónica de jalisco es una músico de altos vuelos

Por: EL INFORMADOR

Alondra de la Parra fue directora artística de la Orquesta Filarmónica de Jalisco de marzo de 2011 a enero de 2013.  /

Alondra de la Parra fue directora artística de la Orquesta Filarmónica de Jalisco de marzo de 2011 a enero de 2013. /

GUADALAJARA, JALISCO (27/ENE/2013).- El paso de Alondra de la Parra al frente de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) finalmente fue fugaz, y pareció serlo más por haber llegado a ocupar el cargo con grandes expectativas tras un dilatado periodo en el que la titularidad del puesto se mantuvo vacante y por lo mucho que se afirmó que su recién con-cluida etapa habría de ser larga.

Su contratación llamó la atención en parte por  la figura mediática en la que la joven directora se ha convertido desde hace algunos años, pero en esos casos sucede que se pasan por alto los detalles que pueden resultar más importantes.

Alondra de la Parra nació en 1980 en la ciudad de Nueva York, donde sus padres se encontraban realizando estudios de posgrado. Regresó a México a los dos años de edad y comenzó sus estudios musicales cuando tenía siete años, alentada por un entorno familiar de grandes amantes de la música.

Durante su estancia en Inglaterra para cursar el bachillerato pudo ser asistente de dirección de la orquesta de la escuela y es en este momento cuando decide firmemente a lo que habría de dedicarse, aunque como ella misma ha contado en más de una ocasión, desde los trece años tenía claro que de mayor sería músico.

De vuelta a la Ciudad de México, ingresa en el Centro de Investigación y Estu-dios de la Música (CIEM) para aprender composición. El siguiente paso en su formación fue la obtención de una beca para cursar la Licenciatura en Piano en la Manhattan School of Music y, en su momento, la Maestría en Dirección Orquestal con Kenneth Kiesler.

Los ecos de sus primeras actuaciones en suelo estadounidense cuando contaba con apenas 23 años de edad llegaron hasta México. El crítico Juan Arturo Bren-nan destacó en aquel momento su “temperamento musical fuerte” y la “aproxi-mación seria y estudiosa a las piezas que interpreta”, congratulándose de la sorpresa que representaba el debut de esta joven en un medio eminentemente reducido al género masculino.

Ese mismo 2003, De la Parra emprendía su más ambicioso proyecto: la fundación en Nueva York de una orquesta dedicada a la música latinoamericana. Tras innumerables y complicadas gestiones nació la Orquesta Filarmónica de las Américas (OFA), que obtuvo notoriedad gracias a sus giras internacionales, producciones discográficas, concursos enfocados a jóvenes compositores y programas educativos para niños en edad escolar.

La OFA funcionó hasta el año 2011, cuando se vio obligada a suspender sus actividades debido a la crisis económica mundial.

Pero Alondra de la Parra era ya para entonces una personalidad conocida en el mundo de la música y había tenido la oportunidad de trabajar con diferentes formaciones musicales, como la Dallas Symphony Orchestra, la Russian National Orchestra, la New York City Ballet Orchestra, la Kammerakademie Potsdam y la Tokyo Philharmonic Orchestra, además de haber dirigido en México a la Orquesta Sinfónica de Minería, la Orquesta Sinaloa de las Artes, la Orquesta Sinfónica de Xalapa, la Sinfónica Nacional y la propia Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), por mencionar algunas.

Tras algunas negociaciones, en marzo de 2012, el Patronato de la OFJ, su Comité Técnico y los propios músicos decidieron nombrar a Alondra De la Parra como directora artística de la agrupación, sucediendo así a Héctor Guzmán, quien había dejado el puesto hacía dos años.

Alondra de la Parra dirigió los dos últimos conciertos de la primera temporada de 2012 y trabajó en lo que sería su primera temporada completa a cargo, titulada Iluminando el silencio. Entonces definió como uno de sus principales objetivos  trabajar para el mejoramiento artístico de la formación sinfónica, buscando ponerla en el mapa de las orquestas más destacadas del continente.

Desde el principio fueron notorios los cambios en la manera de operar de la orquesta, llegando a permear incluso en detalles de tipo administrativo, como el cumplimiento de una serie de requisitos para las acreditaciones de prensa o la exigencia de puntualidad y silencio a la concurrencia, por citar sólo un par de ejemplos. Esto hacía evidente que De la Parra se disponía a imprimir su concepto organizacional a toda la institución.

Su primera temporada como directora artística de la Filarmónica de Jalisco (el segundo ciclo de conciertos de 2012) significó para la orquesta un contraste en cuanto a la programación musical que se venía diseñando en la época de Héctor Guzmán. Se abordaron obras serias, complicadas en muchos casos, contándose con la presencia de solistas de gran talla –muchos de ellos talentos nuevos– que permitieron a la OFJ mostrarse renovada.

Destacada resultó la interpretación que la directora hizo de la Segunda sinfonía de Mahler y de la Quinta sinfonía de Shostakovich,  incluidas en los dos últimos programas de la segunda temporada de 2012 de la OFJ.

La respuesta del público fue quizá el signo más notorio de esta nueva etapa: los llenos se sucedieron a lo largo de la temporada sin necesidad de hipotecar el sentido artístico de la música que se presentaba. Y si bien una copiosa asistencia no tiene por qué ser sinónimo de calidad, podría pensarse que los resultados brindarían tranquilidad a las partes involucradas en ofrecer su apoyo directo al nuevo proyecto.

La segunda temporada a cargo de De la Parra (el tercer ciclo de conciertos de 2012, titulado igual que el anterior, Iluminando el silencio), aunque diseñada bajo el mismo concepto, se desarrolló  con una menor participación de la directora, ya que debido a sus múltiples compromisos sólo pudo llevar la batuta de tres de los siete programas contemplados. Eso sí, la calidad de los directores huéspedes no podía ser reprochada.

Sin embargo, de manera más bien sorpresiva, Alondra De la Parra anunció el pasado miércoles que en vista del final de su contrato y ante los compromisos que se le presentaban durante 2013, daba por terminada su relación con la OFJ, optando así por una salida prudente.

Su anticipada partida deja en el aire las propuestas planteadas por ella misma en torno a la realización de giras, grabaciones, montajes de óperas, cursos, concursos y mejoras salariales, entre otros proyectos.

Hay que señalar que el ciclo de Alondra de la Parra como directora artística de la Filarmónica de Jalisco es junto con los de Eduardo Mata (1965-1966) y el primer periodo de José Guadalupe Flores (1986-1987) el más corto en los poco más de 90 años de historia de la agrupación.

Los tres periodos duraron un año, pero la brevedad  de cada uno tuvo motivos muy distintos: el jovencísimo Mata (dirigió a la entonces Sinfónica de Guadalaja-ra a su 23 años de edad) tuvo que ceder al reclamo que de su precoz genialidad hacían en la que sería la Orquesta Filarmónica de la UNAM, mientras que Flores aprovechó la oferta que se le extendió para dirigir la Orquesta Sinfónica de Xalapa, Veracruz, puesto que así podría vivir en la misma ciudad que su familia, aunque eso sí, en 1990 regresó para llevar la batuta de la OFJ por espacio de cinco años.

Ahora, sin compás de espera de por medio, Alondra de la Parra se ha trasladado a Alemania para atender los compromisos que le mantendrán ocupada durante los próximos meses en Leipzig, Berlín y Múnich,  donde la próxima semana dirigirá al Bach Collegium Orchestra. Su estancia en el país germano concluirá a mediados de junio, cuando está previsto que conduzca a la Prague Philharmonia, aunque a finales de mayo ya tiene dos fechas reservadas con la Orquestra Sinfonica do Estado de Sao Paulo, en Brasil.

“A mis amigos tapatíos, audiencia tan querida, tan cálida, les agradezco cada momento que me dieron y el apoyo que siempre sentí de su parte”, escribió Alondra de la Parra apenas ayer en su cuenta de Twitter. Ha quedado así cerra-do su ciclo tapatío y da inicio para ella uno de muchos más de los que segura-mente habremos de escuchar.

PARA SABER


Nacida en Nueva York en 1980, De la Parra se mudó a la ciudad de México a los dos años. Inició sus estudios de piano a los siete y de chelo a los trece. Hizo la licenciatura en la Manhattan School of Music de Nueva York y la  Maestría en Dirección Orquestal bajo la tutela de  Kenneth Kiesler.  En 2003 fundó en la ciudad de Nueva York, la Orquesta Filarmónica de las Américas, que cerró en 2011.

Frecuentemente invitada como directora huésped, ha dirigido en Estados Unidos y Europa. Fue directora artística de la Orquesta Filarmónica de Jalisco de marzo de 2011 a enero de 2013.

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