La enfermedad renal crónica es uno de los principales problemas de salud pública en el país: se estima que uno de cada 10 mexicanos la padecen (13 millones de personas).Expertos recomiendan hacerse exámenes médicos periódicos, pues cuando se detecta está en etapas graves. Y eso implica la realización de diálisis peritoneal y hemodiálisis para complementar las funciones del órgano. Ante una falla terminal, la única alternativa es el trasplante. Actualmente a nivel estatal hay cinco mil 043 pacientes en espera de un riñón compatible en donación cadavérica. Guillermo García García, miembro de la Junta Académica del Servicio de Nefrología del Hospital Civil Viejo, comentó que en el caso de los adultos este padecimiento está relacionado de forma importante con la diabetes y la hipertensión arterial. Explicó que en los niños las principales causas son las enfermedades congénitas, entre las que sobresalen las malformaciones de las vías urinarias. También son factores de riesgo el bajo peso en menores recién nacidos y el abuso de sustancias analgésicas antiinflamatorias. Existen cinco etapas de la insuficiencia renal. En las primeras tres, las personas no presentan síntomas de deterioro en el órgano. Sin embargo, la mayor parte de los pacientes acude a solicitar atención cuando tiene alta presión arterial, espuma en la orina, cansancio, palidez y mal estado general. Otros síntomas pueden ser malestares gastrointestinales, pérdida del apetito, náuseas al despertar, sabor metálico en la boca, sangrado en las encías y vómito con sangre.La insuficiencia renal crónica terminal representa aproximadamente 10% de las causas de muerte en México, con alrededor de 12 mil decesos por año como causa directa. Esta cifra se eleva a 80 mil si se consideran los casos acompañados por diabetes o hipertensión.El tratamiento de la enfermedad renal crónica en etapas avanzadas implica la realización de la diálisis peritoneal y la hemodiálisis para complementar las funciones del órgano; ante una falla terminal la única alternativa es el trasplante renal.El Centro de Trasplantes de Órganos y Tejidos del Estado de Jalisco informó que durante el año pasado se realizaron 574 trasplantes de riñón, de estos 64 pertenecen a donación cadavérica. La dependencia detalló que, en lo que va del 2023, se han realizado 98 trasplantes de riñón, diez de ellos provenientes de donación cadavérica; con corte hasta el 28 de febrero pasado.El Centro estatal reportó que tienen una campaña permanente, pues la donación cadavérica puede salvar la vida de hasta siete personas en espera de un órgano o tejido.Francisco Javier Monteón Ramos, director del Centro de Trasplantes de Órganos y Tejidos del Estado, dijo que se debe redoblar el trabajo de prevención y manejo de la población vulnerable; subrayó la importancia de fomentar estilos de vida saludable entre la población para prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial; para acotar el riesgo de padecer enfermedad renal crónica.La enfermedad renal crónica o insuficiencia renal crónica es la pérdida gradual de la función renal. La función de los riñones es filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina. Cuando la enfermedad renal crónica alcanza una etapa avanzada, niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y desechos pueden acumularse en el cuerpo.Sobre el tema, Fabiola Martín del Campo, presidente de la Asociación Mexicana de Especialistas en Nutrición Renal, explicó que la calidad de vida de las personas que presentan algún grado de enfermedad renal se puede mejorar entre más temprano se trate al paciente de manera nutricional; destacó que puede prevenirse que la afectación avance aceleradamente.Desde hace poco más de tres años, en el Congreso de Jalisco está pendiente de votarse una reforma para agilizar los trámites de una donación de órganos. Se pretende que para la donación de un órgano no sea necesaria la autorización de un tercero y que sean las personas que decidan no ser donadoras las que deban especificarlo expresamente o de lo contrario se considerarían viables.TESTIMONIORafael no sabía que estaba mal del riñón hasta que comenzó a retener niveles de líquidos, electrolitos y desechos en su cuerpo que lo obligaron a caer de urgencia al hospital.Fue a finales de febrero pasado cuando tuvo que ir al hospital donde le diagnosticaron insuficiencia renal crónica.“Hasta ahora, yo nunca había padecido de enfermedades de nada, no había sufrido de eso hasta que me dijeron que traía un problema”, explicó.Aunque reconoce que la enfermedad renal crónica no tiene cura, sabe que con el tratamiento médico que le dieron le puede ayudar a controlar los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar la progresión de la enfermedad.“Me he sentido muy bien, no me duele nada, me está funcionando bien, me estoy tomando todos los medicamentos que me dieron”, añadió.Rafael explicó que inicialmente le dieron medicamentos porque pensaron que era algo leve ya que solamente sospechaban que estaba reteniendo líquidos.Como enfermo renal crónico, Rafael deberá mantener cuidados por el resto de su vida y acudir periódicamente al doctor.“Ahorita ya estoy orinando bien y me siento bien, voy a ir con el doctor a que me chequee, me atiende un nefrólogo, un internista y así me están controlando”, concluyó.Katherine es una niña de 16 años que desde los tres años fue diagnosticada con el síndrome nefrótico, una enfermedad que produce que el cuerpo elimine demasiadas proteínas en la orina.Los síntomas incluyen hinchazón alrededor de los ojos, en los pies y los tobillos, orina espumosa y aumento de peso debido a la retención de líquidos.Además del riñón, la enfermedad le afectó el corazón y pulmones; así mismo le dañó sus manos y extremidades, pues es difícil caminar.Desde niña es atendida en el Centro Médico del IMSS donde le realizan diálisis.“La diálisis le ha funcionado muy bien, tuvo tres años de hemodiálisis y después tuvo una infección en el catéter y ya le comenzaron a hacer diálisis”, explicó su madre.Debido a su padecimiento, tampoco se ha podido desarrollar de manera normal, ya que actualmente es talla 10 cuando debería ser talla grande.Desde hace tres años ella se mantiene estable gracias a las diálisis.Los doctores nos dicen que así vamos a seguir hasta que llegue su trasplante.“Llevamos seis años y pasó lo del COVID y eso se atrasó, luego sufrió de presión alta y tampoco se podía, cada vez que le hablan ha estado delicada. La última vez le hablaron en septiembre del año pasado, pero por buscarle una arteria le perforaron un pulmón y en vez de trasplante se tuvo que curar primero lo del pulmón”, añadió.Katherine asegura que desde que le hacen las diálisis su salud ha mejorado.“Desde que empecé con la diálisis empecé a mejorar, ya no me he sentido tan mal”, pero urge el trasplante.A Marco Antonio Arriaga le trasplantaron el riñón hace tres años, pero no ha podido evolucionar de manera satisfactoria por el medicamento.Fue en marzo del año pasado cuando comenzó con problemas de rechazo crónico porque el medicamento que le dieron no le funcionaba.Los niveles de tacrolimus no subían, estaban en dos, y así pasó todo enero, febrero y marzo. Le subieron la dosis y no subían los niveles en sangre. En mayo le hicieron una biopsia y confirmaron el rechazo y comenzó con ascitis abdominal.En junio le pusieron tratamiento para el rechazo en el IMSS, pero los niveles de tacrolimus estaban en 4 y así se mantuvo hasta septiembre. A finales de septiembre le cambiaron de marca y sus niveles comenzaron a subir hasta llegar a 8.En febrero le cambiaron nuevamente a la marca RAAM, y los niveles de tacrolimus volvieron a bajar a 3.3 de casi 8 que tenía. “Obviamente el rechazo sigue, el rechazo no ha parado. Por mucho tratamiento que los doctores me quieran dar, si los niveles de tacrolimus no son los ideales y no están bien, no va a servir de nada”, afirmó.Para el paciente, el medicamento de la marca RAAM es el problema, ya que no suben los niveles de sangre. “Yo me imagino que tendrá menos concentración de las sales activas de los niveles normales. Si fuera el cuerpo, con cualquier marca me pasaría, solamente con la de RAAM y el IMSS me suministra todo el medicamento”.Marco Antonio Arriaga, a la edad de 30 años, comenzó con insuficiencia renal. Estuvo ocho meses en tratamiento de diálisis y luego le hicieron el trasplante. “Yo me di cuenta cuando ya estaba en etapa terminal, empecé con vómitos, depresión alta, con muchos síntomas que nunca relacionas con la insuficiencia renal hasta que vas al médico y te hacen estudios, te das cuenta de que lo tienes”.Actualmente, le realizan análisis para ver cómo está funcionando su riñón. Si el rechazo no se detiene, perderá el riñón trasplantado. “Este mes me cambiaron otra vez el lunes pasado, y siempre esperamos 10 días para hacer estudios, y yo espero para la siguiente semana para hacerme estudios de laboratorio para ver cómo estoy”, explicó.El entrevistado reconoce que no es un problema de los doctores o de su condición de salud. “La doctora que me atiende en el IMSS es muy buena y ha hecho todo lo posible para salvar mi riñón, pero de nada sirve que ella haga hasta lo imposible si el medicamento es de mala calidad”, concluyó Marco Antonio Arriaga.CLAVESEl jefe del Servicio de Nefrología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara Fray Antonio Alcalde, Jonathan Chávez, refirió que en las instalaciones del nosocomio se cuenta con la capacidad para atender a 500 pacientes entre diálisis y hemodiálisis.Explicó que se cuenta con 24 máquinas para la realización de hemodiálisis en cinco turnos por día, con una capacidad de atención de 250 pacientes de manera rotatoria, con terapias que se reciben cada tercer día.En el caso de la diálisis peritoneal, el Antiguo Hospital Civil cuenta con un programa de diálisis peritoneal mediante el cual brinda el equipo necesario a los pacientes renales para que lleven sus terapias en casa sin necesidad de intervención médica externa.Para la hemodiálisis se cuenta con una lista de espera de alrededor de 20 pacientes, mientras que para la diálisis peritoneal se cuenta con el equipo para intervenir a quien lo solicite.En el caso de los servicios de trasplante de riñón, el nefrólogo apuntó que también se ofrece este servicio acorde a la disponibilidad de órganos por parte de donadores. Comentó que del grueso de donantes, 80% proviene de pacientes vivos y 20% de origen cadavérico.La SSJ ofrece 250 tratamientosEl jefe de Nefrología del Hospital General de Occidente Zoquipan, Héctor García Bejarano, precisó que por parte de la Secretaría de Salud de Jalisco se da atención a 250 pacientes renales con tratamientos de hemodiálisis, con una lista de espera de 150 personas.Explicó que la dependencia invierte 230 mil pesos por cada paciente al que se le da atención con terapias de hemodiálisis, mientras que, aseguró, presupuestalmente no les es posible brindar equipos para la realización de diálisis peritoneal a los enfermos en necesidad, debido a los costos de los equipos por un estimado de 250 mil pesos por paciente.Además, refirió que un gran porcentaje de la población que acude a los servicios de salud de la SSJ no cuenta con los servicios básicos en sus hogares, como lo es el agua potable, para poder realizar el procedimiento en su hogar sin que puedan tener riesgos de infecciones.Puntualizó que por parte de la Secretaría de Salud Jalisco no se realizan trasplantes de riñón, por lo que los pacientes en necesidad son canalizados al Hospital Civil de Guadalajara.IMSS ofrece prevención y trasplantes El jefe de la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social en Jalisco, Alfonso Cueto Manzano, afirmó que el IMSS brinda la cobertura total a los pacientes renales, desde la prevención por medio de consultas nutricionales, hasta el trasplante de riñón en caso de ser necesario.Expuso que todos los derechohabientes, con especial énfasis en pacientes con enfermedades como obesidad, diabetes mellitus e hipertensión, son atendidos en las Unidades de Medicina Familiar (UMF), donde se les brindan las acciones preventivas como dietas y recomendaciones de actividad física.En cuanto a las terapias de sustitución de la función renal, como la diálisis y la hemodiálisis, estas se realizan en hospitales de segundo y tercer nivel. El IMSS Jalisco no cuenta con la cifra de pacientes que atienden con enfermedad renal crónica.En el caso de los trasplantes, se informó que en lo que va de 2023 se han realizado 43 cirugías de trasplante de riñón en el Hospital de Especialidades.PARA SABEREl Instituto Nacional de Salud Pública estimó que 6.2 millones de personas en México padecen de enfermedad renal crónica derivado de la diabetes mellitus, sin que tengan conocimiento de ello. De ellos, la Secretaría de Salud reportó que el siete por ciento de los pacientes se encuentran en Jalisco, que en su mayoría se atienden en instituciones públicas como el Antiguo Hospital Civil de Guadalajara Fray Antonio Alcalde, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Hospital General de Occidente Zoquipan de la Secretaría de Salud de Jalisco.Si bien existen otras opciones de carácter privado, los servicios de salud que ofrecen las entidades públicas van desde diálisis, hemodiálisis y trasplante de riñón sin costo para la ciudadanía.La Secretaría de Salud Jalisco no cuenta con un registro de pacientes que hayan fallecido derivado de complicaciones por enfermedad renal crónica tras el padecimiento por COVID-19.La dependencia informó que no se tiene una tasa de mortalidad definida debido a que la enfermedad renal crónica puede derivar de enfermedades como la diabetes mellitus, obesidad o hipertensión.En el caso de estas comorbilidades en pacientes fallecidos por COVID-19, el Gobierno de México en conjunto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) reportó, al corte del 10 de marzo, que en Jalisco 20 mil 146 personas murieron por complicaciones derivadas del virus SARS-CoV-2.De ellos, se precisó que el 51.20 por ciento de las defunciones se originaron en pacientes con hipertensión.Mientras que 40.17 por ciento en pacientes con diabetes y 23.27 por ciento padecía de obesidad.Por su parte, 11.56 por ciento padecían de tabaquismo.De los fallecidos, el 38.34 por ciento eran mujeres, y el 61.66 por ciento eran hombres. Los grupos etarios con mayor incidencia de muertes fueron entre los 60 y los 79 años de edad.LA VOZ DE LOS EXPERTOSAlfonso Cueto Manzano, jefe de la Unidad de Investigación Médica de Enfermedades Renales del IMSS.El jefe de la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, doctor Alfonso Cueto Manzano, advirtió que el consumo de medicamentos sin prescripción médica es una práctica que no debe llevarse a cabo, ya que puede ocasionar enfermedades renales.“Una de las condiciones para prevenir la aparición o el avance del daño renal es evitar el uso de nefrotóxicos, entre los que se encuentran algunos medicamentos que se consiguen muy fácilmente en las farmacias e incluso en la tienda de la esquina”, comentó.Algunos fármacos de fácil acceso que pueden resultar muy dañinos si se utilizan sin ninguna guía médica, continuó, son los llamados analgésicos antiinflamatorios (medicamentos para disminuir el dolor y la hinchazón). No importa la marca, el daño se puede producir si se consumen por tiempos prolongados o en dosis muy altas.Cueto Manzano subrayó la importancia de detectar una enfermedad renal en etapas tempranas. Comentó que esto hace posible disminuir el avance del daño siempre que los pacientes adquieran hábitos más saludables, evitando por un lado la automedicación, y por otro practicando más actividad física, balanceando la alimentación e hidratándose con agua simple, además de tomar los fármacos que prescriba el médico.Añadió que la automedicación no solo se da en adultos que buscan aliviar dolores comunes, como los de cabeza, sino que los padres suelen medicar a sus hijos en el hogar con fármacos que muchas veces no necesitan. Un ejemplo son los antibióticos cuando el dolor de garganta o el flujo nasal se deben a una infección viral.El especialista exhortó a tener mayor conciencia sobre la enfermedad renal. Recordó que el sobrepeso y la obesidad son detonantes de enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Estos hábitos junto con el tabaquismo y el colesterol elevado, también condicionan la aparición o el avance de la enfermedad renal.El jefe de la Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) subrayó que los derechohabientes deben acudir a sus revisiones médicas en las Unidades de Medicina Familiar al menos una vez al año. Debido a que la enfermedad renal crónica no suele dar síntomas en etapas tempranas.Ignacio Díaz Padilla, presidente del Capítulo Jalisco de la Fundación Renal Bicentenario México“Las personas con enfermedades del riñón son vulnerables, están desprotegidas, no hay programas de atención ni de educación, la gente no sabe que padece hasta que ya es muy tarde”, lamenta el nefrólogo e internista Ignacio Díaz Padilla, presidente del Capítulo Jalisco de la Fundación Renal Bicentenario México.Asegura que la elección de su especialidad fue sencilla tras su paso por los servicios de medicina interna, pues día a día eran decenas los pacientes con padecimientos renales crónicos que llegaban a las camillas de atención en el área de urgencias, “el inicio de una epidemia silenciosa”.A ello se le sumó la enfermedad de uno de los miembros de su familia, quien tuvo que pasar por varias sesiones de diálisis hasta que consiguió un trasplante de riñón. El convivir y enfrentarse diariamente a la enfermedad renal crónica lo impulsó a trabajar en la prevención y el reconocimiento del padecimiento con la Fundación Renal Bicentenario México.Al inicio como voluntario y ahora como presidente, con el cambio de sede de las oficinas de la Fundación del estado de Hidalgo a Jalisco, ante la necesidad de tratamientos y apoyos por parte de los pacientes renales jaliscienses, se comenzó a desarrollar un programa de trasplante que se pretende implementar este año 2023.La idea del Capítulo Jalisco de la Fundación Renal Bicentenario México es realizar un censo que permita reconocer a los pacientes con enfermedad renal crónica en el Estado que cuenten con un posible donador de riñón para un trasplante, y brindar las facilidades para realizar la cirugía.Se pretende llegar a 100 personas durante este 2023, con el arranque de la campaña denominada “Mes del Riñón”, con la cual se pretende, además de conmemorar el Día Internacional del Riñón, el pasado 9 de marzo, detectar y prevenir enfermedades renales.Del 13 al 31 de marzo, la Fundación Renal Bicentenario México y Diálico estarán aplicando 500 pruebas de proteínas en orina y un número igual de consultas nefrológicas y de nutrición, con especialistas en medicina renal y nutritiva, totalmente gratis para el sector de la población más vulnerable y de escasos recursos.Las pruebas y consultas se llevarán a cabo en las instalaciones de Diálico, ubicado en la calle Mar del Sur 2014 en su cruce con avenida Circunvalación Jorge Álvarez del Castillo, en la colonia Lomas del Country, en un horario de 10:00 a 15:00 horas.DÍA MUNDIAL DEL RIÑÓNEn el Día Mundial del Riñón se promueve el acceso asequible y equitativo a la educación sanitaria, la atención en salud y la prevención de las enfermedades renales. Desde el año 2006 se celebra el Día Mundial del Riñón, efeméride que fue instaurada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN, por sus siglas en inglés) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF, por sus siglas en inglés).Se trata de una campaña de concientización global cuyo objetivo es informar sobre la importancia de nuestros riñones y reducir el impacto de la enfermedad renal y sus problemas de salud asociados en todo el mundo. De acuerdo con la Secretaría de Salud del Gobierno federal de México, es muy importante la salud renal ya que los riñones tienen una función básica para nuestro cuerpo: filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina.La enfermedad renal crónica del riñón, también llamada insuficiencia renal crónica, describe la pérdida gradual de la función renal. Cuando la enfermedad renal crónica alcanza una etapa avanzada, niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y los desechos pueden acumularse en el cuerpo.Los signos y síntomas de la enfermedad renal crónica se desarrollan con el paso del tiempo y el daño renal suele avanzar lentamente, y puede incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, disminución de la agudeza mental, espasmos musculares y calambres.Los signos y síntomas son a menudo no específicos, lo que significa que también pueden ser causados por otras enfermedades. Dependiendo de la causa subyacente, algunos tipos de enfermedad renal pueden ser tratados.