Domingo, 17 de Noviembre 2024
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Jalisco

Reportan más enfermos de Parkinson en Jalisco

Uno de los motivos del incremento de la enfermedad es el envejecimiento poblacional

El Informador

La enfermedad de Parkinson va en aumento en Jalisco. Esto se refleja en el Hospital General de Occidente, en el Hospital Civil de Guadalajara y en el Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). 

El Parkinson es un trastorno neurológico crónico mediante el cual las neuronas del cerebro encargadas de producir dopamina comienzan a morir, lo que genera alteraciones en la motricidad. No se tiene alguna cura, solamente tratamientos controlados.

En 2014, la Clínica de Memoria y Trastornos del Movimiento del Hospital General de Occidente atendía a 70 pacientes con la enfermedad, pero este año subió a 300. Thalía Fierros, encargada de ese espacio, afirmó que de un promedio de dos mil 600 pacientes en consultas de medicina geriátrica, el 15% es diagnosticado con enfermedad de Parkinson.

Especialistas aseguran que uno de los motivos del incremento de la enfermedad en Jalisco es el envejecimiento poblacional.

En el caso del Hospital Civil de Guadalajara, la Clínica de Trastornos del Movimiento ha brindado más de siete mil consultas en los últimos cinco años, de las cuales más del 60% corresponden a pacientes con este padecimiento.

Omar Cárdenas Sáenz, especialista en Trastornos del Movimiento en el Hospital Civil, aseguró que la Clínica atiende a 20 pacientes de manera semanal.

Por su parte, el CMNO brinda 13 consultas diarias en la Clínica de Demencias y Patologías Neurodegenerativas de la Unidad Médica de Alta Especialidad, de las cuales al menos dos son pacientes con un diagnóstico reciente de Parkinson.

Sin embargo, no existe un padrón nacional ni estatal de estos enfermos.

Aumentan cirugías para enfermos de Parkinson

A partir de la consolidación en 2014 de la Clínica de Demencias y Patologías Neurodegenerativas de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) en el Centro Médico Nacional de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, se han realizado 90 cirugías de Parkinson mediante la intervención de pacientes para la colocación de neuroestimuladores.

El neurólogo de UMAE Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente, del IMSS Jalisco, Héctor Alberto González Usigli, aseguró que de manera anual se atienden entre 12 y 16 pacientes con enfermedad de Parkinson que cumplen con las características para ser intervenidos.

El especialista explicó que de cada 10 pacientes con un diagnóstico clínico de Parkinson, sólo la mitad podrían ser candidatos a una operación con neuroestimuladores, la cual funciona como un procedimiento de estimulación cerebral profunda, mediante el cual se inhiben los síntomas de la enfermedad y las personas pueden vivir sin estos malestares de 15 a 20 años.

Precisó que dentro de los criterios que se deben cumplir están: tener la enfermedad con cinco años de evolución, presentar síntomas como rigidez, lentitud motora, temblor e inestabilidad postural, con complicaciones motoras de difícil control, contar con pruebas neuropsicológicas y psiquiátricas para descartar que tenga otra enfermedad que sea criterio de exclusión como una depresión profunda.

Explicó que el procedimiento consiste en dos tiempos quirúrgicos: en el primer día el paciente está despierto y se le pone una estructura metálica en la cabeza, el cual permite colocar de manera precisa el estimulador en los núcleos cerebrales profundos.

Añadió que el segundo tiempo se realiza al siguiente día ya con el paciente bajo anestesia general, se le colocan los estimuladores o baterías por debajo de la clavícula. El objetivo es enviar señales eléctricas para modular la función de estas estructuras y reducir los síntomas motores de esta enfermedad.

Posteriormente, la persona permanece 24 horas en observación, es egresado a su domicilio, el aparato permanece apagado durante un mes y después se enciende para regular la respuesta a la estimulación cerebral.

Algunos de los pacientes pueden recibir neuroestimuladores para mejorar su calidad de vida, afirma el médico Alberto González. AP/Archivo

PARA SABER

Identifique la enfermedad

La enfermedad de Parkinson es un trastorno producido por el deterioro y muerte de un tipo de células cerebrales que producen dopamina, molécula que participa en la coordinación y generación de movimientos musculares.

De ahí que uno de los principales síntomas de esta enfermedad esté relacionado con trastornos del movimiento, al ser un proceso crónico, progresivo y degenerativo.

Sin embargo, el diagnóstico del Parkinson debe hacerse de manera clínica, con una serie de estudios que determinen un deterioro de la actividad cerebral. Para ello, el paciente debe haber presentado alguno de los síntomas mencionados más abajo.

De acuerdo con la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud del Gobierno de España, la enfermedad de Parkinson comienza a presentar síntomas a partir de la pérdida del 60% de las células de dopamina en el cerebro. Los síntomas pueden ser motores y neuropsiquiátricos.

Síntomas motores

Temblor en reposo: El 70 por ciento de los pacientes padecen este síntoma. Se presenta de forma característica antes de iniciar el movimiento, desapareciendo al adoptar una postura o al ejecutar una acción.

Afecta sobre todo a los brazos y con menor frecuencia a las piernas, labios, lengua y mentón, como consecuencia empeora con el cansancio, la ansiedad y los fármacos estimulantes del sistema nervioso. Durante el día varía la intensidad y la amplitud del temblor, reduciéndose o desapareciendo durante el sueño.

Lentitud de movimientos o bradicinesia: Se puede manifestar ya desde las fases iniciales de la enfermedad, especialmente con aquellas actividades que implican movimientos de pequeña amplitud, precisos, y que requieren cierta habilidad, como escribir, coser o afeitarse.

Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, se puede hacer más evidente y aparecer en actividades que requieren una menor precisión como abrocharse un botón o pelar una fruta.

Rigidez o aumento del tono muscular: Consiste en la resistencia ofrecida por brazos y piernas cuando se trata de flexionar o extender dichas extremidades. Al principio esta rigidez puede no ser advertida por la persona afectada, describiéndola como un dolor a nivel del cuello, espalda u hombros, o incluso calambres musculares debidos a la postura estática y flexionada de las articulaciones.

Esta rigidez suele ser más evidente en las zonas más alejadas de brazos y piernas, como muñecas y tobillos, aunque también se observa en zonas intermedias, como codos o rodillas.

Trastornos musculares: Habitualmente aparecen en las fases avanzadas de la enfermedad, aunque pueden aparecer también al inicio; la postura habitual tiende a la flexión del tronco, del cuello y de las cuatro extremidades.

La marcha también se altera, con tendencia involuntaria a irse o caer hacia delante y realizando pasos cortos, en periodos avanzados de la enfermedad, la persona puede presentar bloqueos de la marcha con pasos pequeños sin apenas desplazamiento y con una gran inestabilidad para girar.

Síntomas neuropsiquiátricos

Depresión: La depresión afecta hasta el 65 por ciento de las personas con enfermedad de parkinson y puede preceder a los síntomas típicos de la patología, ello debido a que la dopamina además de ayudar a la motricidad, también funciona como una hormona que regula la emotividad y la afectividad, lo que genera sensaciones placenteras y de relajación.

Demencia: Puede estar presente hasta en el 31 por ciento de las personas con enfermedad de parkinson y se presenta normalmente después del primer año de inicio de los síntomas.

Se manifiesta con pérdida de las funciones de ejecución de órdenes, de aprendizaje, y la fluidez verbal, afecta el desempeño en las actividades de la vida diaria, y junto a la psicosis, es la causa más común de la necesidad de cuidados en el hogar y supervisión de enfermería.

Psicosis: Afecta entre el 20 y el 40 por ciento de los pacientes con medicación antiparkinsoniana, y aunque todos los fármacos antiparkinsonianos pueden producir psicosis, se ha demostrado que existe mayor riesgo de alucinaciones visuales con los medicamentos que simulan la acción de dopamina.

Problemas de sueño: Afectan hasta el 88 por ciento de los casos; los síntomas más comunes son la fragmentación del sueño y el despertar temprano.

Sus causas son diversas, incluyendo nicturia (orinar más durante la noche), dificultad para girarse en la cama (acinesia nocturna), calambres, pesadillas, y dolor (especialmente en el cuello y la espalda).

Los sueños vívidos y las pesadillas pueden ser efectos secundarios del tratamiento antiparkinsoniano. También puede estar asociada con movimientos vigorosos, y a menudo violentos (patadas o puñetazos) que aparecen durante una fase del sueño.

Otros síntomas

Estos padecimientos no siempre se presentan juntos, pero puede darse cualquier combinación de éstos; la asociación de dos o más de estos síntomas se denomina parkinsonismo.

  • Cambios en el tono de voz que se vuelve más débil.
  • Menor expresividad de la cara.
  • Síntomas sensitivos: calambres, hormigueos, e incluso, dolor en alguna extremidad.
  • Trastornos leves del Sistema Nervioso Autónomo: estreñimiento y aumento de la sudoración.
  • Alteraciones cutáneas: aumento de la grasa en la piel, que afecta fundamentalmente la piel de la cara y el cuero cabelludo.
  • Disminución del sentido del olfato.

GUÍA

¿Cómo se trata?

Debido a que la enfermedad de Parkinson va en aumento en los últimos años, existen diversas opciones en el sector público para el diagnóstico y tratamiento de esta patología, por medio del Hospital Civil de Guadalajara, el Hospital General de Occidente Zoquipan y el Centro Médico Nacional de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El Hospital Civil de Guadalajara cuenta con un Servicio de Neurología en donde los pacientes son atendidos por medio de un diagnóstico clínico y, en caso de que se les detecte la enfermedad de Parkinson, son canalizados a la Clínica de Neurocirugía en Trastornos del Movimiento.

En cuanto a las cirugías de Parkinson con neurotransmisores, el médico afirmó que estas sólo se practican en pacientes que han presentado resistencia a medicamentos para el control de la enfermedad. 

En el caso de la Clínica de Memoria y Trastornos de Movimiento en el Hospital General de Occidente, la encargada, Thalia Fierros, refirió que desde su apertura en el año 2010 la clínica presta atención a los pacientes con enfermedad de Parkinson por medio de tratamientos con fármacos que les ayudan a incrementar la dopamina. A la par, apuntó que se les brinda una atención integral por medio de terapias de rehabilitación física, consultas vinculadas a otras disciplinas médicas como la nutrición, psicología y psiquiatría, sin que exista la posibilidad de realizar operaciones quirúrgicas. Debido a que la clínica no cuenta con las adecuaciones físicas ni materiales, los pacientes que pueden ser candidatos a una cirugía son canalizados al Hospital Civil de Guadalajara.

En el Centro Médico Nacional de Occidente del IMSS Jalisco se llevan a cabo diagnósticos clínicos para ser atendidos posteriormente en la Clínica de Demencias y Patologías Neurodegenerativas de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE). Ahí se realizan consultas de seguimiento por medio de una atención multidisciplinaria que permite que el paciente cuente con todas las atenciones para mejorar su calidad de vida. Además, se cuenta con la posibilidad de realizar cirugías de Parkinson por medio de neurotransmisores a pacientes candidatos a la operación.

En el sector privado, el Hospital San Javier cuenta con una Unidad de Movimientos Anormales y Enfermedades Neurodegenerativas en donde se diagnóstica y da seguimiento a pacientes con enfermedad de Parkinson, además también practican cirugías a candidatos a la operación. 

Otras alternativas vienen de la mano de asociaciones civiles como “Plenitud y Demencias”, un equipo multidisciplinario de profesionistas interesados en el bienestar y calidad de vida de las personas con demencia y enfermedades neuronales. Ellos ofrecen terapias y acompañamientos médicos en materia de nutrición, psicología, gerontología, fisioterapia, neuropsicología y psicogerontología.

Juan Manuel Ramírez Sainz valora cada día de vida en compañía de su familia. EL INFORMADOR/P. Mendoza

A 12 años de su diagnóstico, Juan Manuel disfruta la vida 

La enfermedad de Parkinson llegó a la vida de Juan Manuel Ramírez Sainz cuando tenía 71 años de edad. Recuerda que un día le comenzaron a temblar las manos. y a las semanas las alteraciones del movimiento se extendieron a sus piernas. “Yo sentía como que no podía mover bien mi pierna izquierda”.

A 12 años de su diagnóstico, una operación y un recorrido a base de medicamentos y terapias, el investigador jubilado asegura que sin el apoyo de un seguro de gastos médicos y una familia que lo ha respaldado durante la última década, no podría estar en el sitio donde se encuentra, ni siquiera vivo.

“A mí me daba mucho temor porque era darles una preocupación a mis familiares, a mis personas cercanas. Además, todos los médicos nos lo dijeron desde la primera vez: ‘No hay vuelta atrás, es una enfermedad que no es reversible ni curable’”.

Juan Manuel refiere que el primer impedimento que le dio la enfermedad de Parkinson fue la posibilidad de moverse por cuenta propia, sin la ayuda o el acompañamiento de sus seres queridos. El alejarse del volante fue el primer signo de que su condición y un manejo inadecuado de ella podría poner en riesgo su vida y la de quienes lo rodean.

Con una enfermedad de Parkinson que iba escalando, la familia Ramírez optó por realizar una cirugía de Parkinson, procedimiento médico en el que Juan Manuel estuvo despierto con su cráneo abierto y su cerebro siendo intervenido por al menos cuatro horas.

“Estaba atado a una plancha y era consciente de todo. Yo escuchaba hablar a los médicos, ocho doctores en la sala revisando que no fuera a morir porque es una operación complicada, pero parecía mi única esperanza para tener buenos resultados”.

Después de la cirugía, Juan Manuel fue presentando un avance favorable que asegura ha sorprendido a los médicos que lo atienden, pues a sus 83 años, el exacadémico camina con apoyo de una andadera, conserva sin mayores dificultades y disfruta de la vida que tiene.

Juan Manuel afirma que, tras el diagnóstico, la operación, los tratamientos y terapias, cada día que se levanta de la cama es una bendición. El Parkinson cambió su manera de ver la vida, pues ahora ve como un regalo todo lo que come, escucha, huele, siente y vive.

Sin embargo, reconoce que las oportunidades que ha tenido para mantenerse estable son un privilegio y no un factor común.

Afirma que sin un seguro de gastos médicos no habría podido hacerle frente a una enfermedad que, entre medicamentos y terapias, puede significar un gasto de 15 mil pesos mensuales.

“Se necesita que la mirada pública voltee a ver esta enfermedad, que haya más difusión, más programas de apoyo y de diagnóstico, porque muchos compañeros en esta batalla se han ido porque no pueden hacer frente al reto que representa”.

AFECTA A MILLONES EN TODO EL MUNDO

El 11 de abril conmemoran Día Mundial del Parkinson

El 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson, para concienciar a la población acerca de esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en el mundo.

¿Cómo se originó el Día Mundial del Parkinson? En el año 1997, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamó el 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson, debido a que esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de James Parkinson, un neurólogo británico que en 1817 descubrió lo que en aquel tiempo denominó “parálisis agitante” y que hoy conocemos como enfermedad de Parkinson.

El Día Mundial del Parkinson tiene el objetivo de crear conciencia e informar a la población sobre esta enfermedad, con el fin de ayudar a las personas que la padecen, así como implementar acciones para la prevención o el retraso de la aparición de síntomas.

En nuestro país, no hay cifras oficiales de cuántas personas tienen este padecimiento, sin embargo, la Secretaría de Salud prevé una prevalencia entre 40 a 50 casos por cada 100 mil habitantes, cada año.

Además, la OMS estima que la enfermedad de Parkinson podría convertirse en el padecimiento grave más común para el año 2040, debido al aumento de sobrevida y enfermedades degenerativas, por esta razón el Parkinson es considerado como un problema de salud pública.

Esta enfermedad se manifiesta entre la cuarta y sexta década de vida de las personas. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, el 70% de las personas que la padecen tienen más de 65 años, mientras que el 15% tienen 50 años y en menor cantidad, se han registrado casos en personas menores de 40 años, denominado Parkinson juvenil.

A pesar de que continúan las investigaciones sobre este padecimiento, hasta la fecha se desconoce su origen. Sin embargo, se estima que el 15% de los casos intervienen factores hereditarios.

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso, de carácter crónico y progresivo, que se asocia a rigidez muscular, dificultades para andar, temblor y alteraciones en la coordinación de movimientos.

Dentro de esta enfermedad podemos encontrar que el temblor es uno de los síntomas motores del Parkinson y también el más conocido. Sin embargo, existen otros síntomas que en muchas ocasiones son más invalidantes, como son los síntomas no motores. Entre estos destacan los problemas del sueño, la depresión, los trastornos de control de impulsos o los problemas cognitivos.

Crece población mayor de 60 años en Jalisco

Una de las principales condicionantes para el padecimiento de la enfermedad de Parkinson es el aumento de edad, debido al degeneramiento cognitivo natural del ser humano.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señala que la enfermedad suele comenzar a presentarse entre los 50 y los 65 años de edad, con mayor incidencia que en otros grupos etarios.

Actualmente, más de seis millones de personas en el mundo padecen de la enfermedad de Parkinson y se estima una duplicación de los pacientes para el año 2040, debido al incremento en la vejez poblacional.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda del año 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en los últimos 10 años, la población mayor de 60 años en Jalisco aumentó un 2.8%; el 12% de la ciudadanía en el estado, es decir, un millón mil 779 personas, forman parte del grupo etario de la tercera edad.

Este comportamiento poblacional ha ido en aumento durante los últimos 20 años, en comparación con el decremento en la incidencia de personas entre los 0 y 29 años de edad.

En el año 2000, el 7.6% de la población en Jalisco era mayor de 60 años; para el año 2010, la cifra incrementó a 9.2%; y 12% en 2020, con una mayor incidencia de mujeres.

En comparación, el grupo etario de 0 a 17 años disminuyó un 10.5%, pasando de 40.8% de la población en el año 2000 a 30.3 por ciento en el 2020. Entre los 18 y 29 años, la cifra disminuyó.

El mal de Parkinson es un trastorno neurológico crónico mediante el cual las neuronas del cerebro encargadas de producir dopamina comienzan a morir, lo que genera alteraciones en la motricidad. AP/Archivo

SABER MÁS

¿Se puede prevenir? 

  • En la enfermedad de Parkinson, algunas células nerviosas del cerebro se descomponen o mueren progresivamente. Muchos de los síntomas obedecen a una pérdida de las neuronas que producen dopamina, un tipo de neurotransmisor del cerebro.
  • Si bien se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, la Secretaría de Salud de México identifica varios factores que parecen influir, como los siguientes:
  • Genes: Se han identificado mutaciones genéticas específicas que pueden causar la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, son poco comunes, salvo algunos casos en que muchos miembros de la familia tienen enfermedad de Parkinson. Se estima que el 15 por ciento de los casos a nivel país están relacionados con herencias genéticas.
  • Desencadenantes ambientales: La exposición a ciertas toxinas o factores ambientales puede aumentar el riesgo de tener la enfermedad de Parkinson en el futuro, pero el riesgo es relativamente menor.
  • En las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, el rostro puede tener una expresión leve o nula, es posible que los brazos no se balanceen al caminar, el habla puede volverse suave o incomprensible.
  • El tratamiento para los pacientes de Parkinson es personalizado e incluye rehabilitación física. Aunque no hay cura para esta enfermedad, los medicamentos sí mejoran la calidad de vida del paciente y ayudan a que los diferentes signos de este padecimiento puedan ser controlados.
  • Un diagnóstico y tratamiento tempranos son clave para hacer más lento su avance. La información y la erradicación de prejuicios pueden mejorar la vida de los pacientes y el entorno familiar.
  • Si una persona mayor de 50 años de edad presenta alteraciones al caminar o para mantener una postura corporal adecuada, temblores, incluso en estado de reposo, así como si sus movimientos en la vida diaria se vuelven poco precisos, es importante que acuda a revisión médica porque podría tener la enfermedad de Parkinson.
  • El neurólogo adscrito a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional de Occidente, Guadalajara, Jalisco del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Héctor Alberto González Usigli, recomendó a la población estar alerta a los síntomas ya mencionados para obtener ayuda médica oportuna, mejorando así la calidad de vida del paciente ante una condición que no tiene cura.

A NIVEL NACIONAL

Aumentan casos por envejecimiento poblacional

En México no existen cifras exactas de cuántas personas padecen Parkinson. Sin embargo, para el año 2020, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía estimó una prevalencia de 50 casos nuevos por cada 100 mil habitantes al año. A nivel mundial, se calcula que cuatro o cinco millones de personas mayores de 50 años pueden padecer esta enfermedad.

El profesor investigador del Departamento de Neurociencias del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, Rodrigo Ramos Zúñiga, señaló que la incidencia anual de pacientes con Parkinson ha ido en aumento en los últimos años debido al incremento proporcional del envejecimiento de la población en el país.

Explicó que para el año 2014, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía informó de una incidencia de 8.2 casos por 100 mil habitantes, mientras que para el año 2018 la cifra aumentó a 10.8 casos por 100 mil habitantes.

“Estamos hablando de que aunque no se tengan cifras certeras, con el aumento de la edad y la esperanza de vida, con las últimas actualizaciones médicas, podríamos decir que para este 2023, la incidencia debe de andar en 15 casos por 100 mil habitantes”.

El académico precisó que Jalisco no se encuentra en el listado de los estados con mayor incidencia de la enfermedad de Parkinson a nivel nacional, pero comentó que debido a factores de envejecimiento y medioambientales, la cifra de pacientes va en incremento.

En 2020, la Revista Salud Pública de México presentó un informe denominado “Incidencia y distribución geográfica de la enfermedad de Parkinson en México”, en donde se puntualizó que las entidades federativas con mayor incidencia de la enfermedad de Parkinson por 100 mil habitantes son Sinaloa (27.6), Colima (23.5) y Durango (20).

En este informe se precisó que en 2014, Jalisco presentaba una incidencia de entre 3.22 y 4.22 casos por 100 mil habitantes, mientras que para 2018 la cifra iba en aumento, con una incidencia de entre 11.74 y 15.81 casos por 100 mil habitantes, más del triple de casos en un periodo de cuatro años.

Los estados con mayor concentración de la enfermedad de Parkinson fueron los de las regiones noroeste y occidente del país, a lo que se le denominó el cinturón de Parkinson.