Domingo, 06 de Octubre 2024

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Afligidos

Por: EL INFORMADOR

Afligidos por lo que pueda suceder en su intento por llenar la bolsa del mandado, millones de consumidores asisten a los centros de abasto para enfrentar la escalada de precios que sacude al país, mientras escuchan en radio y televisión el bombardeo propagandístico que ofrece bienestar a plenitud. Se escucha además la convocatoria a millones de mexicanos que pueden decidirse a salir a las calles en busca del paraíso prometido en 2006 por un candidato que ofreció: “Un México para vivir mejor”.
 
En efecto, el Presidente del empleo ha visto cómo la tasa de desocupación no cede, se ha quedado tan tranquilo ante la incumplida promesa de la reducción de tarifas eléctricas, ni ha chistado ante el aumento cotidiano de los combustibles, y finalmente ofreció “Un México seguro” y el crimen organizado se desenvuelve como en su casa, y no seguimos con el recuento por no deprimirnos más.
La creciente inflación carcome el de por sí enclenque ingreso de millones de mexicanos que de plano ya no ven por dónde, mientras la Secretaría de Hacienda asegura: “El proceso de apertura de la economía se ha traducido en una reducción considerable de la pobreza en todas sus acepciones y en una mejora en la distribución del ingreso”.

Es tal la dinámica del país, que de una crisis salta a otra sin consideración ni margen de reposo: de la relativa al empleo, se brincó a la de falta de crecimiento; de allí a la de la inseguridad, para velozmente pasar a la de los altos precios de los alimentos, de la inflación en general, etcétera, etcétera, sin medianamente resolver alguna de las etapas. Rápidamente el país ya regresó a la crisis no resuelta de la inseguridad y el avance del crimen organizado.

El monitoreo permanente de la FAO sobre el alza de los precios de los alimentos indica que no obstante el crecimiento de la oferta de productos, el alza se mantiene, con el consecuente deterioro de los estratos sociales más débiles. Para el caso mexicano, explica que los sectores socioeconómicos más bajos destinan 46% de su ingreso a la compra de alimentos, mientras los más ricos sólo 18.6%, lo que representa el mayor rango de diferencia entre ambos extremos en América Latina.

Por otra parte, está presente la molestia que es consenso generalizado de que los gastos propagandísticos de los tres niveles de Gobierno debieran invertirse mejor en establecer las bases de una genuina profesionalización de los cuerpos de seguridad, que además de proporcionarles formación profesional, recibieran mejor retribución por su trabajo.

Una revisión al sistema que imparte la justicia no estaría de más, porque todos sabemos que siempre se emite el fallo a favor del que más tiene. En fin, la andanada de marchas anunciadas contribuirá más al malestar social. Porque lo que importa no es si las marchas son de derecha o de izquierda, el caso es que son manifestaciones de malestar social que no se pueden soslayar.

MARTHA GONZÁLEZ ESCOBAR / Divulgadora científica. UdeG.
Correo electrónico: marthaggonzalez@yahoo.com.mx

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