En un mundo donde la política ha estado tradicionalmente dominada por hombres, la creciente participación de mujeres en puestos de liderazgo está cambiando el panorama político y social de muchos países. Más allá de la igualdad de género, la presencia femenina en el poder aporta ventajas psicoemocionales que son muy importantes para el progreso.Ahora, con el ingreso de la Dra. Claudia Sheinbaum a la presidencia de México, iremos constatando algunos cambios en la forma de ejercer el poder. Por principio, las mujeres líderes suelen tener una mayor capacidad para la empatía y la intuición, lo que les permite tomar decisiones mejor informadas e inclusivas. Esta habilidad para entender y conectarse con los demás es fundamental en la política, donde la capacidad de resolver conflictos y encontrar soluciones requiere una mayor comprensión de las necesidades y perspectivas de todos los involucrados.A diferencia de la política tradicional, asociada con la competencia y la agresividad, las mujeres tienden a favorecer la colaboración y el consenso. Esto promueve un liderazgo más inclusivo, donde más voces son escuchadas y valoradas.La perspectiva femenina enfatiza el cuidado y la responsabilidad hacia los demás, especialmente con políticas sociales. Las mujeres líderes se enfocan en crear un entorno más justo y equitativo, donde todos tengan acceso a oportunidades y recursos. Esto se refleja en políticas que promueven la educación, la salud y la protección social, lo que precisamente ya ha subrayado la Dra. Sheinbaum.Otro cambio que puede venir es un incremento en la flexibilidad y adaptabilidad en la resolución de conflictos. Se facilitará intervenir en situaciones complejas y encontrar soluciones innovadoras, como es el caso de la inseguridad y el crimen organizado. También habrá mayor adaptabilidad y sensibilidad para comprender los conflictos de fondo.Las mujeres líderes fomentan una cultura más abierta y honesta, pues tienden a aborrecer la mentira. Esperan que las personas digan la verdad, lo que promueve un ambiente de mayor certeza y transparencia.Ahora, desde la presidencia, habrá un nuevo aroma en el ejercicio del poder, con sustanciales aportaciones en el ámbito psicoemocional y con esa aguda inteligencia que en general poseen las mujeres, aunada a la intuición, la empatía, la colaboración, el cuidado, la responsabilidad, la flexibilidad y la autenticidad, que son solo algunas de las cualidades que las mujeres líderes aportan a la política. Un paso que traerá muchos beneficios a todos los mexicanos.Sin embargo, a pesar de los posibles avances, las mujeres siguen enfrentando desafíos únicos en su camino hacia el poder, como el sexismo, que combinado con un resentimiento ancestral por tantos abusos y sometimiento masculino, puede desatar un sentimiento de rencor, venganza o desquite. También deben superar las dificultades para equilibrar su vida personal con la profesional y no quedarse sin el apoyo familiar y social. Deben cuidarse de no sentirse mal por las críticas infundadas.Para compensarlo, se necesita fomentar más las redes de apoyo y estar cerca de gente positiva. Es importante aprender a manejar los conflictos y las intrigas de las propias mujeres, establecer límites claros y no descuidar la vida personal. Además, no deben dejar de aprender y escuchar a las personas más capaces y talentosas.Un gran desafío será enfrentar al mundo masculino, ya sin el poder que poseían, pues tratarán de recuperarlo.
