Martes, 21 de Enero 2025
México | HISTORIAS DE REPORTERO POR CARLOS LORET DE MOLA

El peor enemigo del PRI

El más eficaz adversario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es el PRI mismo

Por: EL INFORMADOR

El más eficaz adversario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es el PRI mismo. Si alguien tiene capacidad de emparejar la cancha de la sucesión presidencial 2012, que hoy refleja una clara ventaja para el gobernador Enrique Peña, es el propio PRI. Nadie mejor que Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Fidel Herrera, Ulises Ruiz o cualquier alianza entre ellos para bajar al mexiquense del cielo de las preferencias electorales donde ha navegado… y parece que ya han empezado a hacerlo.

Está demostrado que para el PRI perder la unidad casi siempre es perder el poder. Sus escisiones y divisiones fundaron el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y han nutrido al Partido Acción Nacional (PAN). Faltan 844 días para la elección presidencial, y tras la revelación del convenio Peña-Paredes-Nava-Gómez Mont, el PRI a nivel nacional acusa de nuevo sismos que generan fisuras —los primeros se evidenciaron tras su triunfo en los comicios de 2009— que pueden volverse fracturas conforme se caliente más el horno de la sucesión presidencial.

Varios gobernadores priistas han dejado correr que están inconformes con su homólogo del Estado de México, porque todos “apechugaron” aprobando los impuestos del Presidente Calderón, pero ninguno —salvo el mexiquense— sacó contrato firmado por el PAN para evitar alianzas en sus entidades. Beltrones ya endureció el tono contra sus rivales internos Paredes y Peña Nieto porque comprometieron el voto de los senadores que él coordina a cambio de un convenio anti-coaliciones del que, sostiene y acusa, nadie le avisó.

Esta marea alta de la semana pasada dentro del PRI, generada por el pacto escrito para resguardar a Peña de los ataques en alianza electoral, puso sobre la mesa de las discusiones las mismas preguntas que han lanzado quienes quieren la candidatura tricolor para 2012 y no están dispuestos a entregarla tan anticipadamente: ¿Por qué apostarle todas las fichas a Peña Nieto? ¿Qué pasa si sus altos niveles de popularidad no aguantan dos años más? ¿Y si le sacan un escándalo que lo vapulea? ¿Y si por alguna razón no puede llegar bien a la carrera por la sucesión? Y entonces la conclusión: hay que tener un plan B.

En la ruta de diseñar esta alternativa, en la boda del senador Alejandro Moreno cruzaron señales Paredes y Beltrones. De ella salió la petición de dar carpetazo al tema del convenio firmado, porque el “fuego amigo” a nadie convenía. Para reforzar el mensaje fue clave el senador Jesús Murillo, y para hacerlo llegar a los diputados, el coordinador Francisco Rojas.

Pero ahí quedó la grieta, otra fisura en un todavía muy largo y sinuoso camino a 2012, una carrera que a estas alturas se antoja más de resistencia que de velocidad.

Saciamorbos


A los sorprendidos, va un dato: entre 2003 y 2006, Carlos Salinas y sus políticos, empresarios y periodistas afines, entre otros, se encargaron de divulgar que López Obrador era “el candidato favorito” y que su alta popularidad se debía a sus recurrentes apariciones en televisión. La misma cosa, pues, nomás que con distintos emisores.

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