La lista de alimentos “ahorca” a las cooperativas escolares

GUADALAJARA, JALISCO (24/ENE/2011).- La lista de alimentos cuya venta sí está permitida en las escuelas, está “ahorcando” a las cooperativas, sostienen los prestadores de servicios que se encargan de atenderlas. Y es que el retiro de la mayoría de los alimentos que más gustan a los niños, está provocando una baja en las ventas de las tienditas escolares, refieren algunos afectados, quienes además temen no poder cubrir la cuota diaria que establece cada escuela por el permiso de venta.

Heliodoro Díaz Uribe tiene el contrato de prestación de servicios en la Escuela Secundaria Mixta No. 53, localizada en el Centro de la ciudad. Con recibo en mano, refiere que diariamente tiene que pagar al plantel mil 260 pesos por el permiso de venta de alimentos, por lo que una baja en las ventas pondría en riesgo la permanencia de su tiendita.

Explica que son precisamente los productos que no están incluidos en la lista los que más vendía, como las frituras de maíz y las bebidas azucaradas, por un lado, y los lonches y demás alimentos preparados, por el otro.

Díaz Uribe dice que las nuevas presentaciones de galletas y pastelillos que la industria alimenticia ha comenzado a introducir en las escuelas, contienen porciones más reducidas que no terminan de convencer a los niños.

Esto, aunado el elevado precio de los productos “light” o bajos en calorías, y la introducción de alimentos preparados saludables poco populares como las verduras, provocan que los estudiantes adquieran la llamada comida chatarra en las tienditas aledañas a la escuela, o más cerca aún, con los vendedores ambulantes que se instalan afuera de los planteles: “Si no me lo compran a mí, lo van a comprar allá afuera”.

En la Escuela Secundaria Técnica No. 4 la situación no es distinta. Los alimentos preparados empacados que más se venden no están incluidos en la lista oficial derivada del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA), estrategia contra el sobrepeso y la obesidad  que entró en vigor el pasado 1 de enero. Las frituras de harina de trigo con mucho chile, palomitas de maíz, las salchichas fritas envueltas en tortilla y los pastelitos congelados, se encuentran entre los productos preferidos por los estudiantes.

Alfredo Hernández, trabajador de la cooperativa de dicho plantel, platica que desde el pasado ciclo escolar comenzó a introducir la verdura cocida que actualmente ofrece, pero que ésta casi no gusta. Al igual que el prestador de servicios de la Secundaria Mixta No. 53, comenta que a los adolescentes no les agradan las porciones de las nuevas presentaciones de galletas y pastelillos.

De igual forma, también prevé el hecho de que los estudiantes compren en otro sitio todos aquellos productos que no se pueden vender dentro de la secundaria.

Lo mismo señala María Dolores Núñez, responsable de la cooperativa de la Escuela Primaria Federal Lázaro Cárdenas del Río, ubicada en la Colonia Residencial Poniente, en Zapopan: “Todo esto que ves aquí ya no lo voy a poder vender”, dice mientras dirige la mirada a la mesa donde acomoda algunos de los alimentos que ofrece y prepara ahí mismo, como tortas y tacos de pierna, galletas y demás golosinas.

Reclama que las autoridades sigan permitiendo la instalación de vendedores ambulantes. Relata que es común que los padres de familia compren variedad de comida chatarra en la puerta de la primaria para meterla a la lonchera de los niños. Teme que dicha situación se agrave cuando definitivamente deje de vender los productos que no están contemplados en la lista de alimentos escolares, y que tenga una baja en las ventas que le impida cubrir con los 250 pesos diarios que le cobra el plantel.

Por su parte, Edgar Messina Sánchez, director de los Centros de Atención y Servicio (CAS) de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), instancia encargada de normar las cooperativas escolares, reconoce, tras sus recorridos por distintos planteles de educación básica, la preocupación que tienen los tenderos de que sus negocios no puedan sobrevivir.

“Es una de las situaciones colaterales que veíamos que se pudieran presentar, el que bajara la venta por parte del prestador del servicio”.

Explica que es facultad de cada platel y no de la SEJ, fijar la tarifa de su cooperativa, por lo que la dependencia sólo “recomienda” establecer la cuota según las características socioeconómicas y el número de estudiantes de la escuela.

En secundaria y dentro de la Zona Metropolitana de Guadalajara, la cuota recomendada es de un peso diario por cada alumno inscrito en la escuela; en primaria ésta oscila entre los 50 y 80 centavos; y en preescolar es de 50 centavos promedio, detalla Messina Sánchez.

“Quien decide al interior es la comisión de CAS de cada escuela”, insiste.

Sostiene que el contrato de todas las cooperativas se renueva cada ciclo escolar y que al principio del presente ciclo, todos los prestadores de servicios estuvieron de acuerdo con la cuota establecida por cada plantel, y la mayoría firmó una carta en la que se comprometió a cumplir con los lineamientos que se pudieran emitir por parte de las secretarías de Salud y Educación. “Es decir, de alguna manera ellos ya tenían conocimiento que venían disposiciones fuertes y de alguna manera así se comprometieron”.

Aunque reconoce que no existe un tope para la cuota, Messina Sánchez asegura: “No hay escuela que cobre dos o tres pesos por alumno, no lo tenemos registrado nosotros”.

No obstante, adelanta que a partir del próximo ciclo, la comisión de los CAS analizará las inconformidades que ahora plantean los tenderos para evaluar la posibilidad de reducir las cuotas, “pero hoy por hoy tienen un contrato y se tienen que sujetar a eso”.

Refiere que durante lo que resta del presente mes y durante todo febrero, la dependencia citará a la comisión de los CAS y a los encargados de las cooperativas de todas las escuelas de la Entidad para brindarles capacitación y tratar las inconformidades.

Reitera que hasta el mes de marzo continuarán las visitas, asesoría y supervisión en las 336 escuelas públicas y privadas de educación básica de la zona metropolitana, que contemplan la evaluación de la primera etapa del Programa de Acción en el Contexto Escolar previsto en el ANSA.

NUMERALIA

La lista permite la venta diaria de:

13 tipos de bebidas azucaradas (sólo en secundaria).
3 tipos de leche baja en grasa.
66 tipos de yogurt y alimentos lácteos fermentados.
18 tipos de jugos de frutas y verduras envasados.
47 de néctares.
12 presentaciones de bebidas de soya.
26 variedades de oleaginosas y leguminosas secas, como los cacahuates y las semillas de calabaza y girasol.

La lista también permite la venta, una vez a la semana, de:

94 tipos de botanas de harina de trigo, papa y maíz.
361 tipos de galletas, pastelillos, confites y postres.

Para más información, consulte la lista completa en: http://www.insp.mx/alimentosescolares/alimentos_permitidos.php#irabajo

Prevén afectaciones para 240 empresas alimentarias

Demandan incentivos

Por las nuevas disposiciones federales para regular la venta de comida chatarra en las escuelas, por lo menos 240 empresas alimentarias, micro y pequeñas, saldrían del mercado escolar al carecer del capital necesario para cambiar tanto el proceso de elaboración de los productos como los empaques, señala el presidente de la Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco (CIAJ), Eliseo Zuno Guzmán.

Con la entrada en vigor de la lista de alimentos permitidos, las empresas deben modificar sus procesos de elaboración del producto, como por ejemplo que ahora los pastelillos y galletas sean horneados, además de que los empaques deberán cambiar su información y los alimentos sus porciones.

La reconversión en los procesos de fabricación y empaque les representa inversiones que pueden ir desde los 10 mil hasta un millón de pesos, cantidades que no pueden solventar las empresas, principalmente las micro.

En Jalisco existen ocho mil empresas dedicadas al sector alimenticio; de éstas, 15% participa en el mercado escolar, esto equivale a mil 200 compañías, de las cuales, 20% ve amenazada su presencia en los planteles escolares de nivel básico.

“Esas (las 240 empresas) a lo mejor lo que va a pasar no es que van a quebrar, van a salirse de las escuelas y a ver cómo les va si logran compensar la venta”.

Los industriales alimenticios acatan las nuevas disposiciones y por ello solicitan respuesta por parte de la Secretaría de Hacienda para darles incentivos, apoyos económicos que les puedan solventar la reconversión.

“Nos tienen que dar incentivos económicos como una disminución de impuestos o compensación para todo ese dinero que se va invertir en adecuar las líneas”.