Estás por llegar al momento en el que sueles hacer ejercicio, sin embargo, se ha interpuesto el hambre, ¿Qué es mejor? ¿Saciar el vacío y ejercitarte después, arriesgándote a tener un problema estomacal? ¿O atreverte a realizar tu rutina con menor energía a disposición? Dependiendo del experto alimenticio al que te acerques, la respuesta puede ser una u otra.Para la mayoría de las personas, ingerir una comida rica en carbohidratos y proteínas, de dos a cuatro horas anteriores otorgará energía suficiente para que puedan desempeñar su ejercicio. El tiempo es suficiente para que el cuerpo haga la digestión y puedas evitar nausea, vómito o reflujo.No obstante, si no puedes dejar el estómago vacío, quizá lo mejor sea que ingieras alimentos con buena cantidad de proteínas como salmón, pollo o tofu; un carbohidrato complejo como arroz, avena o papa y algo de grasas saludables como el aguacate, huevos o nueces. Las recomendaciones fueron realizadas por la Dra. Córdova Vallejos del instituto Johns Hopkins.Un pequeño snack 30 minutos antes de ejercitarse puede ser excelente para recibir un empujón energético que te permita realizar un ejercicio de alta demanda, especialmente si tu rutina durará más de 90 minutos. Esto podría realizarse con una pieza de fruta.Cuando termines el ejercicio, intenta consumir entre 20 y 40 gramos de proteína en las próximas dos horas para ayudar a crecer el músculo y poder recuperarte de la actividad física, rápidamente. Podría ser una lata de atún, una pieza de pollo o tres huevos.Para elegir si tomarás uno de los caminos, los expertos recomiendan escuchar a tu cuerpo y estar consciente del ejercicio que realizarás. Por ejemplo, si tu rutina es de yoga o saldrás a una caminata, probablemente no necesites comer antes. Si has probado comer antes, pero siempre resulta contraproducente, invierte el orden de las acciones.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de Whatsapp * * *OB