En favor de la Cruz Roja

Hay mucho trabajo por hacer en una sociedad que se resiste a velar por los demás sin algún interés de por medio. Ya es tiempo de que pongamos mucho mayor énfasis en salvaguardar instituciones que se han caracterizado por su altruismo y eficacia en los momentos más difíciles de la vida, que además a cualquiera nos pueden acontecer en el momento menos esperado.

Está por demás halagar la consabida tarea que ha hecho la Cruz Roja a lo largo de su historia. Hoy más que nunca tenemos que unirnos a su noble encomienda y sumar esfuerzos por facilitar su misión.

En una reciente reunión con algunos de sus dirigentes locales, nos pudimos dar cuenta de la importancia que tiene la prevención de los accidentes automovilísticos, como un compromiso inaplazable en bien de nuestros hijos y desde luego, en una ayuda indirecta a la Cruz Roja, quitando algo de su extensa labor los fines de semana, con tanto joven alcoholizado que insiste en manejar en un estado inconveniente.

Hace también unos días, un joven muy responsable me hacía reflexionar lo absurdo que resulta que la gente le tenga miedo a una inseguridad ocasionada por una “guerra contra el crimen organizado”, o que la gente le tenga tanto miedo a los tiburones en la playa, a los alacranes y a las serpientes, o incluso a un perro bravo y que pueden entrar en pánico en una situación así y, extrañamente, no tienen el más mínimo miedo a manejar a altas velocidades y sobre todo con copas encima. A esto no le tienen respeto, cuando está comprobado que es una de las acciones más peligrosas de la vida.

Si pudiéramos enfrascarnos en una auténtica campaña por disminuir la conducción en estado de ebriedad, mucho más allá de poner alcoholímetros en algunas avenidas los fines de semana (pues acaban por arreglarse con una módica mordida), estaríamos cooperando con la benemérita institución al disminuir su lamentable trabajo, recoger cadáveres de imprudentes conductores y los acompañantes gravemente lesionados.

Necesitamos inyectarle mucha conciencia a la comunidad de la tarea que hace por todos. Y apoyarla con consistencia y esmero mucho más allá de las campañas periódicas que realiza.
La Cruz Roja de Jalisco requiere 90 millones anuales para operar, se necesitan más que unos cuantos altruistas. Queremos miles de comprometidos que pongamos nuestro granito de arena permanentemente.

Empecemos por trabajar juntos por más conductas preventivas que ayuden a disminuir los accidentes. Queremos que las escuelas se comprometan mucho más por este noble propósito y hagamos de cada estudiante un promotor de la prevención de accidentes y un verdadero actor en el apoyo responsable por mantener el crecimiento y la gran obra que realiza la Cruz Roja en todo el mundo.

Somos los padres de familia los que podemos inculcar a nuestros hijos que la salud no es sólo un maravilloso regalo, sino una conquista diaria, y que cuando nos toca tener un accidente inesperado, hay alguien que nos atiende.