La Vuelta a América es el viaje de motociclismo más ambicioso de la historia: recorrer en motocicleta 20 países del continente americano en nueve meses, lo que significa una extensión aproximada de 90 mil kilómetros lineales. Hoy, dos nómadas sobre ruedas hicieron escala en Guadalajara.Ernesto Acevedo es el único que emprenderá toda la travesía, acompañado intermitentemente por uno o dos compañeros, como Víctor Bernal, quien rueda con él por México y ambos están en Guadalajara."Compartimos la pasión de andar en motocicleta pero sobre todo la pasión de ser hombres libres. La motocicleta es un vehículo para ser más libres y para ser mejores personas", dijo Acevedo en una charla que ofeció por la noche.El proyecto fue emprendido por el colectivo Motoquest MX, formado por cinco pilotos que se dedican a hacer rutas temáticas, como recorrer las ciudades por las que se efectuó la lucha de la Independencia o la Revolución.La Vuelta a América ya concluyó su primera etapa por Norteamérica, y está actualmente en el capítulo México, que tocará varias ciudades del país. Después viajarán por Centroamérica y por el Cono Sur.En algunas ciudades sólo dormirán una noche. En otras se quedarán algunos días. A veces recorrerán 500 kilómetros en un jornada, a veces mil. En Canadá tuvieron que cuidarse de los osos, en Manhattan del caos vial. Hay algunos puntos que cruzarán en avión o en barco. Será un desafío físico y mental que pondrá al límite a vehículos y conductores.El proyecto tendrá un costo aproximado de tres millones y medio de pesos. Las motocicletas son patrocinadas por BMW, así como los servicios mecánicos que requieran, y cuentan con otro apoyo de cámaras especiales para documentar su viaje.Aunque ya se han hecho algunos trayectos de Alaska a La Patagonia, éste es el único que involucra el contorno del litoral latinoamericano. Por eso, cuando lo terminen, ostentarán el título del viaje contiguo más largo de la historia del motociclismo.Encontrarse con Dios en los bosques canadienses"Cuando entrás a Yukon, en Canadá, hay una advertencia que dice que a partir de ese punto, no hay servicios de emergencia. Es una sensación de que vas tú solo con tu alma."Es un periodo de muchísima soledad que te induce a reflexionar sobre muchísimas cosas. Reflexionas a veces sobre cosas muy relevantes pero también sobre cosas insignificantes. Tienes tiempo para todo, porque vas a pasar 14 horas en la motocicleta."Cuando vas en esos periodos, empieza tu ser a estar en una situación de catarsis, de meditación, y poco a poco te empiezas a sentir que estás en armonía con el universo. Reconoces tu pequeñez, la pequeñez de la humanidad."Eso te lleva a un proceso de meditación, de muchísima humildad, porque estás a la mano de Dios. Sabíamos que si algo fallaba, podría ser el último día de nuestras vidas".Ernesto Acevedo, motociclistaEL INFORMADOR / BRENDA RAMOS