La voz del aficionado

Veinte años no es nada, cantaba el tango. No es verdad. Son mucho, y 10, también. Ese tiempo hace de la última victoria del “Tri” en tierras norteamericanas. No era una proeza entonces, entre otras cosas, porque ganábamos con relativa facilidad. Por lo mismo lo del domingo pasado fue hermoso, fue justo y fue necesario. No sé si el mejor equipo ganó el torneo, pero lo ganó defendiendo el orgullo, la vergüenza deportiva. El futbol no da soluciones, pero da alegrías.

Esta semana las cosas que no funcionan seguirán sin funcionar, pero seguramente tendremos todos mejor ánimo para afrontarlas. Parece ingenuo, parece simple, pero es así. Y nuestra imagen internacional es mejor y sólo porque este equipo ha ganado.

Es un victoria merecida, sin duda. La necesitábamos. Ahora viene de nuevo la realidad. Nuestro objetivo fundamental sigue siendo el mismo y no lo hemos conseguido. Un boleto para ir al mundial. Y para ello es necesario ganar el 12 de agosto a los norteamericanos. Puede ser 5-0, o 1-0 con un penal dudoso en el último minuto. Como sea, pero hay que ganar y sumar los tres puntos. Aguirre ya nos dio su lista para ese juego. Tomó como base la Selección campeona de la Copa Oro. Bien hecho. El equipo que Estados Unidos presentará en el Azteca llegará con su aire descarado. México no se puede confiar. No puede estar seguro. Nunca se le ha dado bien jugar contra los vecinos del norte. Algunas de las más sonoras derrotas de la historia reciente del México han producido justamente ante Estados Unidos, aunque nunca en territorio nacional.

Y eso me lleva al pensamiento de que el partido de ese día será una de las últimas oportunidades de Cuauhtémoc para resolvernos el boleto. Lo digo porque viene una nueva época, con nuevos jugadores, pero todavía no está madura y no se sabe si solos podrán llegar al Mundial. Para Aguirre, hoy por hoy, cada vez resultan más necesarios los goles y los pases de Blanco para mantener el crédito de esa Selección. Aguirre se está jugando su futuro a que Blanco y los jóvenes nos saquen adelante. Ser campeones de la Concacaf está excelente y es maravilloso, pero no perdamos de vista el objetivo esencial: Sudáfrica. Contamos con la base de jugadores campeones y contamos con el “Cuau”.