Tras la coronación del domingo ante León en la Final del futbol mexicano, la euforia y el éxtasis del mundo Atlas continuaron ayer en las calles, pero ahora con los jugadores entregados de lleno a su Fiel afición rojinegra.Antes de la fiesta y el vínculo entre los Zorros y La Fiel, el equipo acudió a dar gracias a la Catedral Metropolitana de Guadalajara, sin acceso a aficionados. Los futbolistas fueron los encargados de leer la palabra de Dios, así como llevar las ofrendas al altar.Finalizada la misa, el dueño de los Zorros, Alejandro Irarragorri, se colocó hasta el frente del autobús junto con Julio César Furch y el trofeo de campeón y así comenzó el recorrido por calles y avenidas de la ciudad, saliendo del Centro tapatío hasta llegar a la Glorieta de los Niños Héroes.El escenario puesto en la también llamada Glorieta de las y los desaparecidos aguardaba la llegada de los monarcas, mientras la música, los gritos y el gran ambiente iban en aumento.Al filo de las 17:00 horas, el autobús destapado hizo su aparición y la locura pasional de la gente aumentó en altos niveles de fervor por sus ídolos.Todos querían inmortalizar el momento. Los fanáticos desde abajo, apuntando con celulares al autobús descubierto, y algunos jugadores también para alimentar sus redes.Nadie dejó de cantar al ritmo del Murguero, de “Atlas campeón” y de “Arriba el Atlas”.Cerca de las 18:30 horas, el equipo dejó el estrado y las cumbias villeras aparecieron, haciendo que los miles y miles de presentes perdieran la compostura e incluso invadieran la zona destinada a los fotógrafos.Quizá los 70 años sin festejar un campeonato despertaron una nueva euforia atlista.El festejo era lo esperado y no defraudó. Decenas de miles de aficionados se dieron cita en la caravana que partió desde la Catedral Metropolitana de Guadalajara y hasta la Glorieta de los Niños Héroes para celebrar a los campeones.Al ritmo de “el que no brinque es chiva”, “olé, olé, campeón, campeón”, “cómo no te voy a querer” y entonando la canción de El Murguero, la afición, enfundada en su playera rojinegra, esperaba ansiosa por la llegada de sus nuevos ídolos, los que hicieron que experimentaran un sentimiento hasta este momento desconocido.A las 17:00 horas el equipo hizo su aparición por la avenida Niños Héroes y la algarabía se desató, y es que “se viene el Atlas, campeón”, fue lo que sonó a todo volumen.El señor Sergio González Velasco, con una notable cara de satisfacción de ver a su equipo campeón, platicó que encontrarse en dicha posición “es una cosa muy esplendorosa, porque a pesar de todo el tiempo que sufrimos, somos gente honesta, gente de mucha fe y no porque no tengamos muchos campeonatos eso nos entristezca; eso no importa, lo realmente importante es que estamos viviendo un gran momento”, dijo.En momento de euforia, el director técnico Diego Cocca prometió que el título conseguido el domingo no será el único en esta nueva era, sino que es el comienzo de algo importante de la mano de Grupo Orlegi.“Para nosotros era muy importante contar con todos ustedes, tenemos un grupo muy comprometido, los necesitamos, los queremos adentro de la cancha (estadio) siempre, porque esto recién empieza y vamos por más”, dijo un eufórico y disfónico Diego Martín Cocca, con el trofeo de campeón en brazos.Quien andaba extasiado, era el presidente del consejo directivo de Grupo Orlegi, Alejandro Irarragorri, quien en compañía de su esposa y del alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, celebraron con su lema de “Ganar Sirviendo”.No era para menos, pues en tan solo cinco torneos al frente de la institución logró lo que no se había podido conseguir desde 1951.MQ