Cultura | Carisma, liderazgo y elegancia Zapata construyó su imagen a través de la fotografía El caudillo del Sur es uno de los personajes de la Revolución Mexicana más retratados de la época Por: EL INFORMADOR 27 de junio de 2010 - 01:27 hs Emiliano Zapata era buen charro, pulcro, enamorado, siempre vestido de trajes adornados de plata. ESPECIAL / GUADALAJARA, JALISCO (27/JUN/2010).- En marzo de 1911, la prensa nacional se movilizó a Morelos para atestiguar la rebelión popular campesina que era encabezada por el general Emiliano Zapata, quien con esto mostró su entero apoyo al Plan de San Luis, promulgado por Francisco I. Madero. Los fotógrafos que cubrían las insurrecciones en México, en esa fecha concentrados en lo que sería el inicio del fenómeno zapatista, comenzaron a construir uno de los iconos libertarios más importantes de la Revolución Mexicana. Las imágenes realizadas por cientos de fotógrafos del levantamiento armado permiten otra lectura sobre los procesos históricos y los caudillos que protagonizaron las revueltas sucedidas entre 1910 y 1921. El año 1914 fue prolífico para fotógrafos como Abraham Lupercio, Agustín V. Casasola, Alberto Garduño y José María Cuellar, quienes permanecieron cerca del caudillo morelense y dieron cuenta del encuentro que éste tuvo con Pancho Villa, cuando nombra a su Estado Mayor en Chilapa, Guerrero; y de otros momentos memorables, en los que figura elegantemente vestido con fusil en mano o montado a caballo. “Son fotografías más bien con un sentido y valor estético que documental. Zapata fue en muchas ocasiones capturado por la lente en retratos de busto en las que se aprecia su mirada apacible y no aquella desconfiada de imágenes anteriores. Aunque éstas tengan un valor estético primordialmente, permiten ese acercamiento íntimo, personal con uno de los principales caudillos de la Revolución Mexicana y fueron precisamente esos retratos los que definitivamente contribuyeron a la construcción de un icono revolucionario”, señala Ariel Arnal, investigador de la Universidad Iberoamericana. Algunas fotografías de Emiliano Zapata permanecieron inéditas hasta después de su muerte (10 de abril de 1919), como en la que aparece custodiado por su Estado Mayor, teniendo como escenario el Hotel Álvarez en Chilapa, Guerrero. Hasta 1934 se supo de la existencia de esta imagen tomada por Armando Salmerón. Salmerón incluso invitaba a Zapata a su estudio fotográfico y le pedía de qué manera fuera vestido, si con un traje de charro civil, sólo portando su revólver o con un traje de gala o combate, su caballo o monturas elegantes. “A Zapata le gustaba vestir bien, pero no sólo eso, gastaba bien en sesiones fotográficas y con los mejores retratistas de la época, dígase Antonio Garduño, Armando Salmerón, Heliodoro J. Gutiérrez y Aurelio Escobar, entre otros que usaban importantes rollos de película en el caudillo. Muchas veces, estas sesiones que duraban hasta cuatro horas eran por iniciativa de los fotógrafos o el mismo Zapata invitaba a alguno a los banquetes que preparaba para su comitiva, a recorridos a caballo de las calles donde sería el siguiente combate y a tomar retratos de sus prisioneros, entre los que se encontraban oficiales, jefes y comandantes del ‘mal gobierno’”, expone Arnal, también autor de Arte y Letras. Fotografías que conforman el epílogo del jefe revolucionario fueron las que se tomaron de su cadáver con la lente en manos de J. Mora, un personaje cercano a Venustiano Carranza, quien ordenó registrar el cuerpo ensangrentado de Zapata y dejar constancia de su muerte. Construcción del icono Prácticamente son estas imágenes las que contribuyeron a construir un icono de los campesinos revolucionarios, que con su carisma, liderazgo y gentileza a sus 31 años de edad se ganó la idolatría de un gremio que luchaba por la usurpación de las tierras de labranza de la comunidad, que estaban en manos de grandes hacendados. También las artes plásticas abordaron al general Zapata. Por citar sólo a algunos de los artistas más conocidos se encuentran Arnold Belkin y José Guadalupe Posada. Otro personaje fue Lorenzo Guerrero, quien realizó un grabado basándose en un retrato obra de Alberto Garduño; Alfredo Zalce por su parte concibió un fresco y Gabriel Fernández Ledezma un grabado a partir de una imagen realizada en el estudio fotográfico de Armando Salmerón. Federico Navarrete, historiador y uno de los grandes estudiosos del movimiento revolucionario de 1910, concluye que “el caudillo dejó de ser tan sólo un héroe rural y se universalizó a través de las prácticas agraristas y nacionalistas, y a través también de los expositores más influyentes de la época: artistas plásticos”. PERFIL Emiliano Zapata era buen charro, pulcro, enamorado, siempre vestido de trajes adornados de plata, con sombrero ancho y fino, gazné, anillos y un buen caballo. Desde la infancia fue campesino, donde tuvo oportunidad de conocer los arduos problemas del campo. Se crió en una humilde familia campesina, teniendo que trabajar como peón y aparcero, y recibió una pobre educación escolar. Defensor de los derechos de su pueblo con respecto a la tierra, reclutó un ejército de peones, una buena parte de indígenas de los pueblos y de las haciendas de Morelos, para unirse en 1910 a la Revolución Mexicana de Francisco Ignacio Madero. Pero luego Zapata perdió la confianza en Madero, quien asumió la presidencia en 1911, y se declaró en su contra, creando su propio programa de reforma agraria conocido como el Plan de Ayala. Mediante éste se pretendía redistribuir la tierra entre los campesinos. Así comenzó su actividad revolucionaria, que lo llevó hasta la muerte. Temas Artes Visuales Bicentenario Independencia Lee También Celebra la Navidad en escena: Obras y Planes Teatrales en Guadalajara Ferran Adrià dialogará sobre ciencia e innovación en torno a la revolución culinaria Realizan homenaje a Silvia Pinal en Bellas Artes Descubre las arquitecturas que alimentan al mundo Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones