Vallejo planea escribir 'El desastre', una obra sin género

GUADALAJARA, JALISCO (26/NOV/2011).- Contento por regresar a la tierra de Juan Rulfo, “donde los muertos hablan”, Fernando Vallejo salió del Salón Juan Rulfo después de recibir el Premio FIL, tomado del brazo de Dulce María Zúñiga, detrás de ella, como abuelo que sale a pasear con sus hijos, ligeramente jorobado, con un traje negro más grande que su tamaño. Sus mocasines avanzaban dos pasos y al tercero se detenía, para atender a amigos y admiradores que se desbordaban en elogios por su “agudo” discurso contra el PRI y contra los partidos.

Entró a la sala de Negocios rápidamente y al salir había un joven de 21 años que le pidió le firmara uno de sus libros. Siguió caminando detrás de Dulce María Zúñiga, advirtiéndole a todos los que lo saludaban que tenía que irse porque a las 13:00 horas tenía programada una rueda de prensa.

Y ahí estaba, frente al micrófono, contento, pero como un “pastelito envenenado”, tal cual lo describió alguna vez Carlos Monsiváis y que Juan Cruz recordó hoy en el discurso de inauguración de la feria más importante de habla hispana. Un pastelito cada que sonreía a la gente, a sus seguidores o a los medios de comunicación a los que “no saludo porque los acabo de ver hace un rato”. Sonrió. Comenzó a contestar preguntas y entonces apareció el pastelillo envenenado que siempre polariza, entre los que lo admiran y los que no soportan sus agudas críticas.

Su primer misil fue, como siempre, a la iglesia Católica y al islamismo, religiones a las que acusa de la barbarie en la que vive en el mundo, “donde sacrificamos a millones de vacas, cerdos… Todo es un desastre, estamos al borde del precipicio”.

Agregó que Calderón es un hombre indigno del puesto que ocupa y que al igual que Fox, se apoderaron de un partido “limpio”, “dejaron impunes el enriquecimiento del PRI”.

A Vallejo le preguntaron sobre lo que relató Juan Cruz en el discurso inaugural, sobre que había  espotricado contra la Feria Internacional del Libro. El colombiano interrumpió la pregunta y dijo, “lo voy a repetir para que quede claro, yo he vivido la mayor parte de mi vida en México, 41 años cumplo en febrero próximo. Cuando dije eso, Colombia era el país invitado de honor, que es el otro país mío, donde pasé mi infancia, y no me invitaron. Entonces, Juan Cruz me hizo una entrevista y me preguntó por eso, y dije que la feria tenía que haberme invitado por partida doble (por México y por Colombia).

Entonces le dije –perdonen la mala palabra-: que se metan su feria por el culo, que yo me meto cosas más interesantes”.

El autor recordó que el que se la hace, se la paga, porque él “nunca, nunca, nunca, nunca ofende a nadie y tampoco me dejo ofender por nadie”.

En la media hora que charló con los medios –de España, Colombia, Argentina, México..-, hablaba inclinado hacia el micrófono, con un mechón ligeramente despeinado, que se movía cada que enfatizaba sus frases sobre su defensa por los animales, sobre política, sobre por qué no le gusta dar entrevistas, sobre la visita del Papa y “los travestidos de santidad” y otros tantos temas que lo desbordan.

Fernando Vallejo adelantó que está escribiendo sobre el filólogo José Cuervo, “un hombre de un alma grande, gran nobleza, uno de los mejores colombianos”, y luego escribirá El desastre, “un libro sin género, porque me he dado cuenta que los géneros literarios son muy estrechos (…) La literatura tiene más de tres mil años y ha dicho muy poco de la realidad, que es muy compleja, no se ha dicho todo y  quiero intentar este libro a ver qué resulta”.

EL INFORMADOR / ALEJANDRA GUILLÉN