Presenta FCE el libro 'El cuaderno de las pesadillas'

CIUDAD DE MÉXICO (16/JUN/2012).- La incesante lluvia que esta tarde cayó sobre la Ciudad de México propició que un centenar de personas, entre niños y adultos, llegara abrigada a la librería Rosario Castellanos, del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde se presentó el libro "El cuaderno de las pesadillas".

El FCE obsequió a los asistentes la actuación del cuentacuentos Raúl Pérez Buendía, quien narró esa obra infantil de Ricardo Chávez Castañeda, quien al término de la presentación tuvo paciencia y gusto suficientes para firmar uno o más de sus ejemplares a todo chiquillo, papá o mamá que se lo pidiera.

El libro, que cuenta también con un texto e ilustraciones de Israel Barrón, incluye sugerentes e inquietantes ilustraciones, y es un muestrario de aquellas historias que no se cuentan. "Historias que no necesitan papel o palabras para existir, porque son aterradores relatos sin voz, ni boca".

Sin embargo, dijo el cuentacuentos, quien lo sabe porque ya leyó el libro, "son historias que nacen en nosotros cuando cerramos los ojos". El público en general escuchó atento cada palabra, cada frase del narrador del libro inscrito en la colección "Especiales de A la orilla del viento, línea infantil del FCE.

"El cuaderno de las pesadillas" es, conforme al cuentacuentos, una triste y aterradora colección de malos sueños. Son las noches que sufren las niñas y los niños pequeños desde el día en que sus padres les dijeron "Nos tenemos que separar para saber estas historias, porque ya están aquí, en este libro", aseguró.

Si las niñas y los niños no las cuentan a nadie es porque han descubierto que hay historias que no se pueden relatar con ninguna de las palabras que conocen. Por eso callan y se limitan a mirar con ojos redondeados de temor, coincidieron el autor, el cuentacuentos y algunos papás esta tarde de lluvia fría.

Los mayores, es decir, los adultos y los hermanos grandes, hemos nombrado "pesadillas" a éstas que parecen historias, y hemos decidido que no suceden en el mundo real. Son "malos sueños", les decimos a nuestros hijos pequeños o a nuestros hermanitas y a nuestros hermanitos, consideró el autor de la obra.

Abundó en sus declaraciones al apuntar que suele decírseles: "Abre los ojos, sólo abre los ojos" Lo malo es que ellas y ellos ahora saben que debajo de los párpados, los ojos siempre están abiertos. Saben también que se puede sufrir una pesadilla aunque no sea de noche y no estén acostados en su cama.... ¡Ay mamá!