Miércoles, 04 de Diciembre 2024
Cultura | Los gitanos según Da Vinci, Picasso, Courbet, Watteau, Renoir o Corot.

París rinde homenaje a cultura gitana mediante grandes artistas

La vida gitana, sus misterios y su libertad, que tanto influyeron en la cultura y la civilización occidentales

Por: EFE

Georges de la Tour en ''La Buenaventura'' refleja con picaresca magistral una visión de los gitanos.  /

Georges de la Tour en ''La Buenaventura'' refleja con picaresca magistral una visión de los gitanos. /

PARÍS, FRANCIA (25/SEP/2012).- La exposición "Bohèmes" explora y rinde homenaje a partir de hoy en París a la vida gitana, sus misterios y su libertad, que tanto influyeron en la cultura y la civilización occidentales y que interesaron a artistas como Leonardo Da Vinci, Picasso, Courbet, Watteau, Renoir o Corot.

La muestra, que podrá verse en la fundación Mapfre de Madrid en enero, reúne en el Grand Palais de París 200 obras con las que recorre casi cinco siglos de historia, desde 1420 y la llegada a Europa de los primeros cíngaros, hasta el genocidio gitano perpetrado por los nazis en la primera mitad del siglo XX.

La fecha límite es el año 1937, trágico "momento de condena de un pueblo y de su representación", apenas reconocido en los libros de historia pese a que se estima que ese genocidio, el "Samudaripen", acabó con la vida de más de 600 mil romaníes, subrayó el comisario, Sylvain Amic, que hoy presentó la muestra a la prensa.

Para los nazis, el judío errante, apátrida, era muy similar a los artistas que eligieron la libertad, también amenazados con la exposición de "arte degenerado" de Munich, en 1937, añadió el conservador del Museo Fabre de Montpellier.

Aunque Francia vive en estos momentos una nueva oleada de expulsiones gitanas y la elección del tema es en sí un "acto político", el objetivo es artístico e historiográfico, explicó el comisario.

La investigación ha avanzado y "ahora se sabe que no se puede disociar ya la esencia misma de la vida bohemia de aquellos gitanos que llegaron a la Europa del Oeste", comentó.

La muestra, dijo Amic, refleja la creación de toda una mitología moderna en la que el gitano "termina encarnando una figura de libertad, una especie de lección y de modelo para los artistas".

Así, en la época moderna, en Francia, "inventamos la 'bohème', una vida de bohemia, marginalidad y miseria pero que se convertiría en una especie de arquetipo" para el conjunto de los artistas que convergerían en París, añadió.

La exposición requería "ciertas obras insustituibles" como "La diseuse de bonne aventure" (La buenaventura, 1630), de Georges de la Tour, procedente del Metropolitan de Nueva York, y ha recibido préstamos de numerosos museos y colecciones, entre ellos el Museo Picasso de Barcelona y el de Montserrat, y la Generalitat, que prestó "Erik Satie, bohémien" (1891), de Santiago Rusiñol i Prats.

De Leonardo está el dibujo "Un hombre engañado por los gitanos", pintado hacia 1493, una de las obras más tempranas expuestas, mientras que de Jean-Baptiste Camille Corot el comisario eligió "Zingara au tambour de basque" (1856) y de Picasso el óleo "Au Moulin de la Galette" (1892), entre otras obras.

El catálogo "va mucho más lejos" e incluye tratados sobre música, cine, literatura, para dar "el marco general en el que se sitúa esta exposición" sobre una población que sorprende, intriga y alimenta las más increíbles fantasías, entre ellas la del robo de niños, algo "nunca demostrado" pero protagonista de obras como "La gitanilla", de Cervantes, o "Nôtre-Dame de Paris", de Victor Hugo.

La exposición se propone mostrar "la aportación de esa población a nuestra cultura", que es "antigua y de primer orden" y que fue defendida por Baudelaire, Listz y Courbet, tres artistas fascinados por los gitanos que se atrevieron a romper tabúes, dijo el comisario.

Hoy, cuando "todos cantamos la 'Bohème'" de Aznavour y triunfa la ópera de Puccini -con sala propia en la muestra- es obvio que el pueblo gitano "está muy integrado en nuestro imaginario colectivo y personal. Si reconocemos eso, ya habremos dado un gran paso", consideró.

La escenografía es del director de ópera y escenógrafo canadiense Robert Carsen, que dio a cada sala un color, una forma, una música y un tratamiento completamente diferentes, según el tema abordado.

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