Martes, 26 de Noviembre 2024
Cultura | Por: Antonio Ortuño

El mundo alucinante

Los libros del año (II)

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (24/DIC/2011).- Para hablar de los mejores libros extranjeros que llegaron a nuestras estanterías en 2011 hace falta valor. Primero, porque el precio de los volúmenes importados se ha triplicado y tales importaciones, por tanto, han comenzado a desaparecer de las mesas de novedades. Segundo, porque novedades espléndidas de España, Argentina, Perú o Colombia no llegan a México ni por error, debido a las insuficiencias en la distribución de los sellos latinoamericanos, o por las curiosas políticas de ciertas grandes editoriales, que no llevan a sus autores más allá de donde puedan leerlos sus vecinos. Y tercero, porque mucho de lo más interesante publicado en el planeta durante el 2011 no será traducido sino en años venideros, ya que la crisis por la que atraviesa la economía española (el mercado peninsular es el principal de la lengua desde hace años) ha ralentizado la velocidad con la que muchos títulos son volcados a nuestro idioma. Es decir que a menos que uno tenga suscripción a publicaciones como The New Yorker o Livres Hebdo, una cuenta corriente en Amazon.com y liquidez para costearla, va a resultar complicado hacer un balance. Dicho esto, intentaré hacer sugerencias de lectura divididas en dos grupos. Uno que contiene títulos originalmente escritos en español y un segundo con algunas de las principales traducciones.

En el primero, destacaría Los enamoramientos (Alfaguara), de Javier Marías, prosista incomparable que, tras el logro altísimo de su anterior trilogía narrativa (Tu rostro mañana), aún muestra arrestos como para ofrecer otra novela plena de sutileza y humor. También debe resaltarse a CM No récord, del colombiano Juan Álvarez (Alfaguara), algo así como esa novela sobre una banda de rock que todo escritor joven en América Latina dice que va a intentar y ninguno (hasta ahora y que yo sepa) conseguía. Y no puede ignorarse a Marcos Giralt Torrente, quien obtuvo el premio Ribera del Duero de relato con El final del amor (Páginas de Espuma), un ejercicio de virtuosismo en el relato a la manera clásica, emotivo e irreprochable; a Alberto Barrera Tyszka, quien con Rating (Anagrama) ha escrito una novela divertidísima sobre los usos y costumbres de la televisión, y a Paul Viejo, quien con Los ensimismados (Páginas de Espuma) ha escrito una de las colecciones de relato más inquietantes en muchos años.

Finalmente, en cuanto a traducciones, allí están el genial Philip Roth, con Némesis (Mondadori); el no menos indiscutible Rubem Fonseca, con su autobiográfica José (Cal y Arena) y ese pope de las letras rusas que es Vladimir Sorokin con Hielo (Alfaguara). Pero hay demasiadas tradiciones y libros sin leer y resulta imposible ser terminante.

Por último el mejor libro del año, en cualquier categoría, es para mí A la vista, de Daniel Sada (Anagrama). El último libro publicado en vida por él y, como siempre, una delicia verbal y narrativa. Urge leerlo.

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