El reciente hallazgo de un pez remo en Grandview Beach, California, ha reavivado las especulaciones sobre su posible relación con catástrofes naturales. Sin embargo, la ciencia proporciona explicaciones que desmitifican estas creencias populares y amplían nuestro entendimiento sobre este enigmático habitante de las profundidades marinas. El pez remo, conocido científicamente como Regalecus glesne, es uno de los peces óseos más largos del mundo, alcanzando hasta 11 metros de longitud. Habitualmente habita en aguas profundas, entre 200 y 1,000 metros, lo que hace que su avistamiento en playas sea un fenómeno excepcional. El ejemplar fue descubierto por Alison Laferriere, estudiante de doctorado en el Instituto de Oceanografía Scripps, quien notificó al equipo de NOAA Fisheries Service.El pez remo ha sido culturalmente vinculado con eventos apocalípticos y terremotos, especialmente en Japón, donde se le conoce como "mensajero del palacio del dios del mar". Esta creencia proviene de antiguas leyendas que sugieren que su aparición precede desastres naturales, según National Geographic. No obstante, no existen pruebas científicas que respalden este mito. Ben Frable, gerente de la Colección de Vertebrados Marinos de Scripps, explica que los varamientos de este pez pueden estar relacionados con fenómenos naturales como cambios en las condiciones oceánicas, mareas rojas y los ciclos de El Niño y La Niña.El hallazgo del pez remo coincide con un reciente episodio de marea roja y fuertes vientos de Santa Ana. Estas condiciones pueden haber contribuido a que el ejemplar llegara a la orilla. Otros estudios indican que los peces remo podrían sufrir estrés por las fluctuaciones en el nivel de oxígeno o los cambios en las corrientes marinas, lo que los empuja fuera de sus hábitats habituales. Estas hipótesis son investigadas mediante análisis de anatomía, genómica y biología de los ejemplares recuperados, según Ocean Conservancy. El pez remo hallado fue congelado para su preservación y estudio, uniéndose a un ejemplar recuperado en agosto de este mismo año en La Jolla, California.Aunque las leyendas sobre su conexión con desastres son fascinantes, los científicos aseguran que su aparición no está ligada a profecías apocalípticas. En cambio, representa una oportunidad única para ampliar nuestro entendimiento sobre la vida marina y los cambios en el ecosistema. FP