Ford prácticamente se ha enfocado a la fabricación y venta de camionetas y prueba de ello se puede ver en su catálogo de productos en Norteamérica. Con sus honrosas excepciones, la marca del óvalo azul está poniendo toda la carne en el asador para que SUVs como la nueva Escape, sean el tipo de vehículos que puedan ayudarles a seguir ganando o conservando adeptos para esta compañía.La Escape en su versión Titanium da una probadita de lo que es capaz Ford. Más allá de que si el diseño agrada o no —en lo personal sí me gusta por ese aire europeo que llegó para aportar y ser disruptivo con el resto del segmento— estamos ante una camioneta de sabor distinto con respecto a las anteriores generaciones, y esto se nota a partir de unas dimensiones que son 6 centímetros más larga y 4 centímetros más ancha.Las novedades, más allá de las evidentes, vienen de la mano de una importante carga tecnológica y mecánica. En el interior encontramos cosas como el sistema Co-Pilot 360, el cual agrupa una serie de asistencias como el monitoreo constante de objetos, vehículos y peatones alrededor del auto. Además, tiene asistente de estacionamiento y de mantenimiento de carril. A esto, sumamos siete bolsas de aire distribuidas en el habitáculo.En la pantalla “flotante” de 8 pulgadas en la parte superior del tablero se concentra el sistema de info-entretenimiento coronado por el SYNC 3 y la conectividad es posible también mediante Android Auto y Apple CarPlay. Detrás del volante se mantiene la pantalla de 12.3 pulgadas donde podemos ver la información general de la Escape.Por último, entre su larga lista de amenidades, me gustaría destacar el Ford Pass, que no es otra cosa que un sistema que se activa desde una aplicación en tu smartphone y puedes controlar los seguros de las puertas, el encendido del motor y localizar tu Escape.Marca la diferenciaLo que mueve a esta Escape Titanium y me ha gustado mucho, es el motor Ecoboost de cuatro cilindros, 2.0 litros de desplazamiento y 250 HP con 275 libras-pie de torque. La “entrada” del turbo si bien llega desde las primeras revoluciones, el impulso se siente de una manera rápida, ágil, ligera, a partir de las dos mil revoluciones en el tacómetro.Lo anterior, en conjunto a una caja automática de ocho velocidades, regala un desempeño sobresaliente en la ciudad, pero sobre todo en carretera. De acuerdo con los consumos que reporta la computadora, que hay que tomar en cuenta que son meras estimaciones, esta Escape Titanium con su potente motor entrega 8.2 kilómetros por cada litro de gasolina. No está nada mal, pero tampoco espere encontrar las dos decenas de kilómetros por litro que obsequia la Ford Escape Híbrida y que manejamos hace unos días.El resto del conjunto mecánico me parece bien afinado, la dirección es precisa, la suspensión contiene bien la rudeza del camino y transmite donde se está pisando y los frenos también tienen una reacción inmediata, sorprendentemente sin esa percepción esponjosa típica de los autos estadounidenses.En conclusión, lo mejorable en la Escape (en todas sus versiones) es trabajar más en los detalles y terminados interiores. A favor, encontré un manejo mejorado y de esto no hay rastro alguno del pasado; además del amplio espacio y tecnología aplicada al entretenimiento y seguridad. En general, se vuelve una interesante alternativa ante sus grandes rivales de abolengo con bandera japonesa. Por ejemplo, quien se pone al tú por tú es la Mazda CX-5 Signature, que si bien no es tan potente con sus 228 caballos, el precio y los terminados acaban llenándole el ojo a cualquiera, pues cuesta 596 mil 900 pesos. Al final, es una cuestión de gustos. O quieres mejores terminados o quieres la potencia, y esto último, lo encontrarás en la Escape Titanium.MotorTracciónTransmisiónFrenosSuspensiónDirecciónDimensiones (mm)Capacidad
