Selin Hernández es originario de Honduras. Tiene 29 años, tres meses caminando desde su país y 22 días en Jalisco. Huyó porque no pudo pagar “renta” a las pandillas y estaba amenazado de muerte. Dejó a su esposa e hijos en busca de una mejor vida.Él es una de las más de 300 mil historias de las que habló el martes la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, al referirse al incremento histórico en la cifra de migrantes ilegales que entraron a México con el mismo fin, sólo en tres meses.El aumento es grande. De hecho, es una oleada sin precedente, pues de acuerdo con el “Prontuario sobre Movilidad y Migración Internacional en la Frontera Sur de México”, entre 2016 y 2017 fueron 103 mil 690 los migrantes del Triángulo Norte Centroamericano (Honduras, Guatemala y El Salvador) los que atravesaron el país.Es decir, que sólo entre febrero y abril de 2019 el flujo migrante fue de tres mil 333 personas diarias; 24 veces más en relación con los 137 que promedian los indicadores oficiales del Consejo Nacional de Población (Conapo) en su prontuario, publicado en 2018.Selin, como miles de hondureños más, busca el “sueño americano” en Estados Unidos. Pero mientras eso ocurre requiere refugio y trabajo en México para traer a su familia. “Aunque aquí hay violencia, me han dado mucho apoyo y mi familia va a estar mejor”, afirma.Según Elizabeth Prado, académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), cerca de la mitad de los migrantes escapa de la violencia de sus países, donde opera un sistema de extorsión, reclutamiento forzado a pandillas, violencia criminal, desempleo, pobreza y, en términos generales, “un Estado que no te protege”.Para llegar de Chiapas a Tamaulipas (la ruta del Golfo) hay que caminar, por carretera, mil 828 kilómetros: la mitad de los tres mil 886 que se hacen del mismo punto hasta Tijuana (la ruta del Pacífico). Sin embargo, quienes cruzan hacia Estados Unidos prefieren caminar el doble que enfrentarse a la violencia que hay en la ruta corta.“A raíz de la guerra contra el narco en México, la ruta del Golfo se ha hecho mucho más peligrosa por la presencia de grupos que han sido acusados de perpetrar masacres y secuestros. Es una ruta más peligrosa que la del Occidente del país”, señaló la académica del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Elizabeth Prado.Alejandra Güitron, investigadora de la organización FM4 Paso Libre, coincide en que hechos como la masacre de San Fernando provocaron que quienes transitan por el país hacia Estados Unidos tomaran rutas más largas. Esto dio origen a un aumento de aforo en el Estado.Selin Hernández, un hondureño quien hace tres meses salió de su país, explicó que, en un inicio, el trayecto corto era su opción, pero al final tomó el del Pacífico por los comentarios de otros migrantes, quienes le dieron mala fama al camino del Golfo.La llegada de recursos provenientes de familiares que viven en Estados Unidos es una de las principales fuentes de ingresos para los países del Triángulo Norte Centroamericano.El Banco Central de Honduras reportó que, en el primer trimestre del año, recibieron mil 185 millones de dólares (MDD), cifra 109 millones mayor al año pasado. En El Salvador sumaron mil 297 MDD, presentando un crecimiento de 5.9% y en Guatemala recibieron dos mil 205 MDD.Ante este fenómeno, la dependencia de las remesas incrementó. En El Salvador y Honduras representan 17% y 18% de su Producto Interno Bruto (PIB), respectivamente. En Guatemala constituye 10.9 por ciento.El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha documentado que al menos 49% de los salvadoreños que viven en suelo estadounidense envían regularmente recursos a su país de origen. En el caso de los hondureños y guatemaltecos es aproximadamente 44 por ciento.Las condiciones sociales, económicas y laborales de países como Honduras, Guatemala y El Salvador han provocado que miles de personas provenientes de esos países busquen el “sueño americano”. Pero para lograrlo, deben atravesar un país en guerra.Y aun así, en los últimos meses, desde la llegada de las caravanas migrantes a México, decenas de ellos optaron por quedarse en este país, pues México, afirmaron entonces, les representa mejores condiciones.Tienen razón, pues pese al incremento de homicidios que registra el país, la situación es menos grave que en el Triángulo Norte de Centroamérica.En México la tasa de homicidios dolosos es de 22.5 por cada 100 mil habitantes, pero en Guatemala llega a 26.1 y en Honduras a 42.8. El peor escenario es el de El Salvador, que llega a 60 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con InSight Crime, fundación dedicada al análisis de la seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica y El Caribe.Mauricio Pineda, coordinador de la organización FM4, dijo que el motivo principal por el que se da esa migración es la violencia estructural que hay. Por ejemplo, los conflictos entre pandillas y los relacionados con las maras, que suelen cobrar derecho de piso, extorsionar o incluso secuestrar a sus víctimas. “Si no te integras a la Mara te amenazan con matarte o matar a tu familia”.Pese a ello, la inseguridad durante su paso por México creció a causa del crimen organizado, que también busca reclutarlos y enfilarlos en sus operaciones.En marzo pasado, en Tamaulipas, hombres armados a bordo de cuatro vehículos privaron de la libertad a 19 migrantes, quienes viajaban en un autobús de pasajeros. Cuatro días después fueron rescatados tras un operativo montado por autoridades federales y estatales.Otro factor, dijo Pineda, es la inestabilidad económica. En México, cuatro de cada 10 personas se encuentran en condición de pobreza, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), pero en Guatemala se encuentran en las mismas condiciones siete de cada 10, mientras que en Honduras son ocho. El Salvador está a la par de México, según el Prontuario presentado en 2018.LA VOZ DEL EXPERTOIgnacio Román Morales (investigador del ITESO)La creciente inseguridad, el vacío de autoridad y la alta concentración de la riqueza en pocas manos, son algunos factores que mantienen en malas condiciones a las economías de Guatemala, El Salvador y Honduras.Según el economista, los problemas en las estructuras de Gobierno allí han alentado la violencia y la merma de los sectores productivos.“Lo más importante ha sido el creciente vacío de poder y, ligado a esto, la corrupción con niveles escandalosos. Hay un problema de reparto de la riqueza muy grave en estos tres países. El problema no es tanto de generación de riqueza, sino de su reparto”, explicó.Agentes estadounidenses rescataron en Texas a un pequeño inmigrante de tres años abandonado por “coyotes”. Tenía su nombre y un número de teléfono escrito en sus zapatos.La Patrulla Fronteriza informó que el pequeño fue descubierto solo y llorando por agentes que intentaron interceptar a un grupo de inmigrantes que se dispersó entre la vegetación.Los agentes intentaron localizar a los padres del pequeño, quien, según la información oficial, “no habla lo suficientemente bien como para comunicarse”, pero no fue posible.Incluso, los intentos posteriores de localizar a la familia desde la estación de la Patrulla Fronteriza fueron infructuosos.El chico fue llevado a un hospital local, donde, tras ser sometido a una evaluación médica, se determinó que está en “buenas condiciones”. Un agente de la Patrulla Fronteriza en Fort Brown le compró ropa y otros agentes de la CPB lo entretuvieron con películas y juegos.El menor fue llevado al Centro de Procesamiento Centralizado, donde permanecerá bajo cuidado de los trabajadores del lugar, y quedará luego bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos, según el protocolo de aprehensión de niños no acompañados.EFE