En el juicio que enfrenta Joaquín "El Chapo" Guzmán en Estados Unidos se ha acusado al ex presidente Enrique Peña Nieto de recibir sobornos del crimen organizado en más de una ocasión, aunque esas afirmaciones generan dudas al carecer de pruebas que las sostengan. El martes, Alex Cifuentes, un narcotraficante colombiano que fue socio de Guzmán, dijo que el ex mandatario había recibido un soborno de unos 100 millones de dólares, lo que un vocero de Peña Nieto calificó de acusación falsa y difamatoria."Todos estos traficantes presumen 'yo di mucho dinero, yo corrompí al presidente', pero la lógica y el sentido común me dicen que es algo difícil. Simplemente no lo creo", dice a la AFP Mike Vigil, exagente de la DEA.Muchas de estas acusaciones, pese a las primeras planas que acaparan en los periódicos, no tienen sustento legal porque no van acompañadas de pruebas.Cuando un narcotraficante corrompe a un político, suele tener alguna prueba porque es un mecanismo de chantaje que puede necesitar en el futuro, dice Raúl Benítez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.Ese fue el caso de Servando Gómez "La Tuta", ex líder criminal del grupo conocido como "Caballeros Templarios", hoy preso, quien llegó a grabar encuentros con distintos líderes políticos de Michoacán que luego filtraba a los medios.Sin embargo, en el caso de las acusaciones contra Peña Nieto no se ha mostrado prueba alguna."Cien millones de dólares no se pueden esconder, tienen que haber sido entregados de alguna forma, en alguna cuenta o en varias o en propiedades o con joyas, y los narcotraficantes necesitan tener esas pruebas para que funcione", dice Benítez.El testimonio de Cifuentes no es el primero contra Peña Nieto. Al inicio del juicio, el abogado de Joaquín Guzmán, Jeffrey Lichtman, aseguró que el Cártel de Sinaloa pagó cientos de millones de dólares a Peña Nieto y su antecesor Felipe Calderón, lo que ambos negaron rotundamente. En esa ocasión tampoco hubo pruebas.JM