Óscar Robles quiso experimentar con los opioides, por lo que decidió consumir fentanilo. El habitante de la Ciudad de México, quien tiene 38 años, cuenta que tuvo acceso a la sustancia en julio de este año debido a que su mamá tenía cáncer terminal. Aunque remarca que no se la recetaron fácilmente, sino que fue el último recurso que los médicos tuvieron para ayudarle a paliar el dolor."Así pude tener acceso, de otra forma hubiera sido imposible y no lo hubiera hecho porque sé que es fácil que se pueda adulterar. Con esa confianza empecé a experimentar, fue por curiosidad".Robles detalla que investigó que la dosis "peligrosa" era de 800 microgramos, por lo que empezó con 50. "El primer día noté el efecto de euforia, te sube mucho la energía, te pones contento y feliz, pero dura solamente 30 minutos. Se va diluyendo y hay que volver a consumir. El efecto recreativo se va muy rápido".Al siguiente día consumió la misma cantidad, pero ya no le hizo efecto, por lo que duplicó la dosis… aunque la energía le duró solamente una hora."Al tercer día los 100 microgramos ya no me hacían ningún efecto, entonces pasé como a 250 o 300 microgramos. El efecto era igual, se me pasaba muy rápido, en el cuarto día comencé a notar cambios en mi cuerpo", relata.Explica que a partir del cuarto día notó modificaciones en su respiración, ya que en algunos momentos respiraba muy profundo y en otros de manera agitada. Además, dice que sentía como si le oprimieran la caja torácica."En apenas cinco días llegué a los 800 microgramos y me asusté mucho, me acostumbré muy rápido, ya no me daba el efecto recreativo pero sí los negativos. Mi respiración era cada vez más extraña".Debido a que sintió que su cuerpo le pedía más, y porque ya estaba al límite de llegar a una dosis letal, cumplió una semana y Óscar Robles prefirió no volver a probar la sustancia."Al día siguiente que la dejé sufrí un ataque de ansiedad. Fue horrible, no se lo deseo a nadie, sientes que no puedes estar dentro de tu cuerpo, que te quieres salir, siento que eso da espacio a que, por ejemplo, te quieras aventar por una ventana para querer terminar con el sufrimiento de la ansiedad que te da".Recuerda que la sensación lo asustó mucho, por lo que no podía dormir, vomitaba, tenía náuseas y mucha desesperación."Durante tres días estuve con esas sensaciones de ansiedad. El primer y segundo día me costaron mucho trabajo, era una sensación que me sobrepasaba, pensé que no lo iba a aguantar, pensé en pedir ayuda y decirles a los médicos que lo consumí porque se estaba saliendo de mis manos".Óscar Robles reflexiona que el fentanilo es una sustancia que cuando se usa en el área médica, por ejemplo, como anestesia para operaciones no causa ese efecto de adicción. Pero opina que cuando se receta para que sea tomado con cierta periodicidad, debe ser solamente en casos muy especiales.En el caso de su madre, cuenta que fue la última opción porque otros medicamentos ya no la ayudaban. Remarca que los médicos no la recetan a la primera ni de forma sencilla."Si mi mamá no hubiera tenido una enfermedad terminal, no lo hubiera aceptado. Solamente para enfermos que tienen un tiempo de vida limitado porque los dolores llegan a ser horribles"."Nunca lo volvería a consumir, ni lo recomendaría. Es una sustancia sumamente adictiva, no es una droga para usarse de forma recreativa, y si están en esa situación recomiendo que busquen ayuda lo antes posible, la adicción avanza muy rápido y así de rápido puedes morir", reflexiona Óscar Robles sobre su experiencia con el fentanilo.En su caso, señala que le asustó que su cuerpo se acostumbrara a la sustancia casi inmediatamente, y para tener el mismo efecto tuvo que aumentar la dosis de manera rápida."No es una sustancia que está hecha para ser recreativa, es para el dolor y el tiempo de la euforia son sólo 30 minutos, y es volver a consumir. Eso hace que tu cuerpo tenga más sustancia, vi esa facilidad con la que uno puede morir. Además, es muy fácil que sea adulterada y si se llega a mezclar con otras drogas, creo que uno puede morir fácilmente por una sobredosis".Entre 2019 y 2021 murieron 58 mexicanos a causa de sobredosis por fentanilo en hospitales de Baja California, Coahuila de Zaragoza, Michoacán, Sonora, Sinaloa, Morelos y Puebla. Además de casos registrados de personas que fallecieron en sus hogares en Chihuahua, Colima y Guanajuato, según información que la Comisión Nacional contra las Adicciones otorgó por Transparencia sobre resultados de muertes por esta droga, clasificada en el consumo de opiáceos. Pese a que se pidió la cifra actualizada hasta 2023, ésta no se brindó.Por otra parte, en Estados Unidos (EU) la mortalidad relacionada con el fentanilo va en ascenso, al pasar de 70 mil fallecimientos en 2021, a alrededor de 79 mil en 2022, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).OF