El rescate de los 10 mineros que están atrapados desde hace tres días en una mina de Sabinas, Coahuila, se ha visto obstaculizado por las inundaciones en los pozos del área del accidente.Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, dijo que es “indispensable reducir el nivel del espejo del agua en la zona del incidente para estar en condiciones de permitir el ingreso seguro del personal especializado en búsqueda y rescate”.Pese a las labores de extracción, sólo se ha logrado bajar de 34 a 30 metros de profundidad el agua de los pozos.Ante esa situación, el equipo a cargo de la emergencia decidió, por recomendación de especialistas, realizar dos perforaciones en el área donde está la mina y “colocar una cortina para evitar que siga llegando más agua a los pozos”, indicó el subsecretario de la Secretaría de la Defensa Nacional, Agustín Rádiala Suástegui.En lo que logran bombear el agua, un equipo de buzos se prepara para ingresar. La Fiscalía de Coahuila solicitó a familiares señas particulares de los trabajadores atrapados para poder identificarlos, pero sin aclarar si hay avances en el rescate. Luis Armando Ontiveros volvió a preguntarse si vale la pena jugarse la vida en las minas de carbón luego del accidente en Sabinas, Coahuila, donde 10 colegas permanecen atrapados. Pero debe hacerlo para que sus hijos estudien y no tengan que seguir sus pasos.“Cuando está todo bien, no piensas en el peligro. Pero ya pasan las cosas y piensas en dejarlo, en buscar otro trabajo”, reconoce Luis Armando cerca del socavón donde rescatistas luchan por sacar vivos a los obreros atrapados desde el pasado miércoles.Él mismo sobrevivió a un hecho similar, cuando un socavón de 60 metros de profundidad colapsó al resultar inundado repentinamente. Cinco obreros lograron escapar.Luis Armando tiene un sueldo mensual equivalente a unos 500 dólares en promedio, poco más de 10 mil pesos. Aunque familiares mantienen la fe en que sus seres queridos sean rescatados con vida, las esperanzas de otros se desvanecen.“Si algo le pasara, que espero en Dios que no, mi papá no lo va a resistir”, dice María Guadalupe Cabriales, refiriéndose a su hermano Mario Alberto, uno de los atrapados. “Él (su papá Antonio) tiene la esperanza, pero a la vez cree que ya no va a salir”, añade sobre las expresiones del señor de 81 años, quien también trabajó en minas y le enseñó el oficio a Mario Alberto.AFP A solicitud de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Gestión Integral del Agua envió una bomba sumergible de 100 caballos de fuerza que tiene la capacidad de bombear 30 litros de agua por segundo y así reforzar los trabajos de extracción del agua que inunda la mina. El equipo se transportó vía aérea. Rescatistas se encuentran en el área a la espera de que se pueda ingresar a los pozos, de unos 60 metros de profundidad, para iniciar con el rescate de los mineros atrapados desde el miércoles.