Lucía compró amlodipina en un puesto del tianguis El Baratillo, un medicamento utilizado para combatir la presión arterial alta. Ante el desabasto en los hospitales públicos, pagó 50 pesos por una caja con 10 tabletas, pero a los pocos días comenzó a sentir dolores en el pecho y la sensación de que le faltaba aire, por lo que acudió a una clínica particular en la que descubrió que su cuerpo tuvo una reacción adversa a la medicina. “Fui con el doctor y me dijo que los ingredientes no eran los verdaderos que tienen las cajas de las farmacias certificadas. Imprimieron una etiqueta y la pegaron en la caja que compré… entonces consumí otra cosa. Desde entonces ya no compro allí, el doctor me contestó que muchas de estas pastillas están caducas o son otra cosa”.Tras un recorrido, se comprobó que en El Baratillo hay cuatro puestos de venta irregular de medicinas, ubicados entre las calles de Puerto Melaque, Juan Zavala, Chimborazo y San Mateo. Venden fármacos apócrifos o caducos, así como muestras médicas que están prohibidas para la venta. Héctor Raúl Pérez Gómez, secretario de Salud en Jalisco, respondió que desde la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios alistan la aplicación de operativos durante la nueva administración en los tianguis y otros puntos de venta, como El Santuario, para incautar medicina irregular. “Haremos una vigilancia muy estrecha. Lo que pretendemos hacer es fortalecer la vigilancia contra esos escenarios clandestinos, no sólo El Baratillo, sino en otras zonas donde se venden fármacos de manera irregular. No vamos a permitir este tipo de escenarios”. Exhortó a la población a acudir sólo a los establecimientos autorizados y buscar los mejores precios. En las pasadas administraciones estatales y federales jamás se aplicó un operativo en El Baratillo y otros tianguis para inhibir la venta de fármacos irregulares. Abigail es otra víctima. “A mi hijo le compré una aspirina. Pagué 10 pesos y uno piensa que no puede pasar nada, pero no. Nunca le bajó el dolor de cabeza. Lo llevé a un consultorio de una farmacia privada y me dijeron que las pastillas estaban caducas o pasaron mucho tiempo en el Sol. Afortunadamente no pasó a mayores. Jamás compraré en el tianguis”.Además de El Baratillo, en los tianguis del Sol (sobre Nicolás Copérnico en Zapopan) y en Polanco (entre las calles Longinos Cadena y Manuel Mena en Guadalajara), también se venden medicamentos pirata y con cajas en malas condiciones; incluso, con tachaduras en la información del producto.“El problema es que son medicamentos falsos, más allá de las fechas de caducidad. Esto es muy peligroso”, advierte Alejandro Lugo, integrante de distintos comités de trasplantes en hospitales privados.Armando también compró tesalón para la tos. En farmacias certificadas tiene un costo promedio de 150 pesos, pero en El Baratillo las encontró en 70. A los pocos días presentó vómitos: “Las dejé de tomar porque me cayeron mal”.Ligia García, académica de la Universidad Panamericana, lamenta: “Si existe demanda es porque también hay impunidad. Es una mafia completamente establecida que no ha sido desmantelada. Se tiene que atajar de dos formas: por un lado, las autoridades ejerciendo la ley. Y por el otro, que el sector salud tenga más recursos para solventar la demanda de medicinas”. CT