Muchas veces nos hemos hecho la pregunta sobre cómo podemos ayudar al medioambiente. Una de las propuestas es la economía circular, que es un sistema que buscar aprovechar los recursos para reducir, reciclar y reutilizar todo aquello que se desecha y darle una segunda vida.“La economía circular permite aprovechar los recursos para darles otra vida y devolverlos al mercado con una forma nueva. Este innovador modelo, aboga por los materiales biodegradables y que la fabricación de los productos sea lo menos invasiva posible, con el fin de que no contaminen.El objetivo final es que, cuando haya que desecharlos porque no se puedan reutilizar, se reciclen de una manera respetuosa con el medioambiente”, describe la fundación BBVA.En ese sentido, el objetivo de las empresas que adoptan esta filosofía es luchar contra el calentamiento global y el cambio climático, reducir la dependencia de las materias primas a favor de los productos reutilizados y producir la menor cantidad posible de desechos.Para conseguirlo se necesitan aplicar nuevas estrategias empresariales, pensar el modelo de negocio, establecer políticas de ahorro de energía, reciclar y evitar la contaminación, entre otras medidas.Sobre el papel que juega el plástico, un enfoque de esa ideología pretende reducir en la mayor medida posible la producción y el uso de plásticos innecesarios.“Para aquellos productos plásticos que se necesitan y no cuentan con una opción ambientalmente más sostenible o de menor impacto, se debe optar por un producto reusable, reciclable o compostable.Una alternativa para reducir el uso de plásticos es a través de la sustitución del material por otros con menor impacto ambiental y que puedan ser recirculados”, remarca el Fondo Mundial para la Naturaleza.Además, destaca que la transformación a una economía circular del plástico debe estar acompañada de otras medidas urgentes.“Una de ellas consiste en mejorar los sistemas de recolección de basuras, especialmente, en los países de ingresos bajos y medios, que aún cuentan con grandes deficiencias.También es necesario aumentar la capacidad para reaprovechar el plástico que ya está circulando en el sistema y asegurar la correcta disposición de aquellos desechos que, a pesar de los esfuerzos, no fueron reciclados, esto con el fin de que no lleguen al ambiente”.Pedro Ortega Gudiño, investigador del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explica que con el plástico se pueden identificar oportunidades con muchos objetos.Por ejemplo, las llantas no se pueden reprocesar de la misma forma, pero buscando estrategias para producir materiales compuestos o mezclas que puedan ser utilizadas en otras aplicaciones.“Todas las personas utilizan un polímero sintético para poder transportarse. Hay que encontrar alternativas de reciclaje a través de mezclas, nos da la oportunidad de tener una alternativa a productos que pueden ser contaminantes. Pero hay que invertir tiempo y dinero. La industria se da cuenta que puede haber futuro, quizá no inmediato, pero que hay que estimar que va a tener que evolucionar la forma en que operan las empresas”.