Tras la reja de una tienda de abarrotes de la Colonia Oblatos, una serie de luces ilumina la pantalla de una máquina tragamonedas. Basta un peso en la ranura para que éstas giren alrededor de las imágenes, entre las que hay que elegir y así apostar en cuál de ellas se detendrá. El “premio mayor” en esta ocasión es de 600 pesos.Los decomisos de la Fiscalía General de la República (FGR) en Guadalajara no acabaron con las máquinas tragamonedas, pues éstas siguen operando. A pesar de que a inicios de mes fueron destruidos cerca de 200 aparatos, aún hay zonas en donde funcionan a plena luz del día y a la vista de todos, instaladas en negocios que retan a la autoridad federal.El pasado 9 de mayo, la FGR y el Ayuntamiento tapatío destruyeron 194 máquinas decomisadas de las colonias Heliodoro Hernández Loza, Lomas del Paraíso, Rancho Nuevo, Santa Cecilia, Oblatos, San Isidro, Ferrocarril, San Antonio, San Andrés, La Loma, San Marcos Poniente, El Carmen y la zona del Zoológico.Sin embargo, tras un recorrido realizado por este medio en tres de ellas se contabilizaron al menos 14 dispositivos, colocados en la entrada de establecimientos como tiendas de abarrotes o dulcerías, e incluso hasta en las puertas de algunas viviendas.Una de ellas funciona en una tienda de abarrotes de la calle Volcán Misti, en la zona del Zoológico. El dueño aseguró que gana alrededor de cinco mil pesos al mes. “Alcanzo a pagar lo que sale de luz de los refrigeradores “, dijo. El tendero reconoció que la máquina es ilegal y que, de serle asegurada, tendría que pagar una multa de 10 mil pesos.
