Aurelio González es director de la Unidad Asistencial para Personas Indigentes (UAPI), un albergue del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS) único, no sólo en Guadalajara, sino en toda Latinoamérica por sus características.La UAPI es un sitio en donde personas en situación de calle encuentran un techo, pues trata de volverse un hogar para un grupo particularmente vulnerable: aquellas personas quienes, además de no tener hogar, padecen alguna deficiencia física o en sus procesos mentales.Desde hace 10 años, Aurelio ha trabajado de cerca con las personas que residen en la UAPI, proyecto que, desde 2016 y con la gestión de María Luisa Urrea al frente del IJAS, ha buscado fortalecerse con alianzas con el sector privado para poder mejorar sus instalaciones, las cuales han ofrecido un lugar seguro para las personas que necesitan de un techo desde hace más de cinco décadas. La UAPI está en funcionamiento desde 1966. ¿Cómo ha evolucionado el centro desde entonces? Anteriormente no todos a quienes damos albergue tenían trastornos mentales. Hoy en día así es. También había una población mucho más pequeña que ha ido aumentando a través de los años, al mismo tiempo que lo han hecho sus necesidades, porque algunos de ellos también padecen otras enfermedades o su salud se va deteriorando con el paso del tiempo. Entonces, el centro ha pasado de ser solo un lugar donde ellos podían dormir, a ser también un área de cuidados integrales.¿Qué población hay en el centro actualmente?Son 265 personas, de las cuales son 196 son hombres y 64 mujeres. Tenemos capacidad para 40 más. Hay personas que llevan décadas aquí. Tenemos una persona que está aquí desde 1987. Hay que mencionar que no es un requisito que se padezca de una discapacidad para entrar aquí. Hay gente que está bien de sus facultades que puede entrar y salir de las instalaciones, aunque son muy pocas las personas que tenemos en ese estado.Lo que sí es un requisito es que se sometan a una investigación en Trabajo Social: que no tengan familiares, que no tengan un hogar y que acepten voluntariamente estar aquí. De la misma manera, vigilamos que no haya consumo de drogas ni alcohol.Tenemos personas de diferentes municipios, de diferentes estados, el objetivo de investigarlos es con el fin de que puedan ser reintegrados con sus familias si las tienen, dado que hay casos en los que se trata de personas desaparecidas que tienen seres queridos que los están buscando. No obstante, estos no son todos los casos. De los 134 ingresos que hemos tenido este año, 25 fueron abandonados aquí, en las puertas de la Unidad. Además, 32 fueron recogidos por las brigadas nocturnas que nosotros realizamos.¿Qué problemas mentales son más comunes en los residentes?Esquizofrenia y epilepsia. El ambiente hostil de las calles, el uso de drogas y alcohol, la mala alimentación y el abandono se mezclan y propician que estas personas desarrollen esta clase de problemas. Asimismo, también muchos tienen atrofio muscular, lo cual les hace un daño muy importante.¿Cómo es la vida diaria dentro de la Unidad?Tenemos diferentes grupos de voluntarios que vienen a realizar diferentes actividades: clases de actividad física, cuentacuentos, salir a paseos. Hay días para bañar a los hombres y otro para las mujeres. Desafortunadamente no nos da el tiempo para poderlos asear a todos todos los días. Hay un horario para levantarse, para alimentos (desayuno, comida, cena y un par de refrigerios en la mañana y en la tarde). Si es un día de Sol tienen horas para salir al patio. A los inquilinos les gusta mucho estar en el Sol, acostados en el suelo.Hemos puesto mucha atención en darles acondicionamiento físico. Además de que es importante enseñarles a vestirse, a ir por su ropa, a asearse.Además de las actividades mencionadas y de ofrecer un techo, ¿qué otros servicios ofrece la UAPI?Tenemos atención psicológica, dental, nutricional. Les damos la atención necesaria a cada uno de ellos. La mayoría de las personas que aquí viven necesita algún medicamento, ya sea para ansiedad, para estrés. Todos están diagnosticados; tenemos los expedientes clínicos de cada uno de ellos.¿Con cuántas personas cuentan entre su personal?Realmente contamos con pocas manos. Hay 64 personas de planta en nuestros tres turnos. Necesitaríamos incrementar la cantidad de personas para poder atender mejor a los residentes. Además, tenemos más de 80 voluntarios y más de 20 prestadores de servicio social.¿A cuánto asciende su presupuesto?La UAPI tiene un presupuesto aproximado de 25 millones de pesos anuales. Esto es para alimentos y otras cosas. Durante esta gestión hemos tratado de conseguir diferentes donativos para poder mejorar las instalaciones y poder mejorar la calidad de vida de los usuarios. En 2017 renovamos la cocina para hacerla industrial. Se hicieron mejoras a la lavandería, la ropería. Renovamos el almacén de farmacia, alimentos y toda el área administrativa. Recibimos donaciones económicas o en especie que hemos concentrado en renovar las instalaciones. El edificio tiene casi 60 años, por lo que han sido necesarios ciertos trabajos.La verdad es que, para poder dar una atención aún más adecuada necesitaríamos ampliar nuestro personal, pero para eso también es necesario tener más recursos. Calculamos que para funcionar de forma óptima necesitaríamos, mínimo, el doble del presupuesto actual¿Consideran que la capacidad del UAPI y de otros albergues en la ZMG es suficiente para tratar el tema de gente en situación de calle en la ciudad?No. Hay otra institución en el Ayuntamiento de Guadalajara que hace un gran trabajo: Cadipsi. Ellos nos derivan muchísimas personas que no pueden atender ahí. El trabajo del IJAS con esta unidad es arduo, pero la situación rebasa la capacidad de las instituciones. La indigencia es un problema serio que ha crecido y que debe verse de manera transversal y que acata tanto al Gobierno estatal como municipal, así como a la ciudadanía. Hay recordar que aquí no estamos trabajando con números, sino con gente.