Con cargos que ellos no hicieron, Rafael y su primo Óscar perdieron casi medio millón de pesos al ser víctimas de un nuevo fraude bancario.Para Rafael, todo comenzó cuando su tarjeta de crédito anterior se iba a vencer y le llegó la nueva el 23 de septiembre, al día siguiente la activó pero la guardó por seguridad. Cinco días después, le llegaron 12 cargos que sumaban 322 mil 691 pesos.“Llamé al banco porque me empezaron a llegar correos diciendo que hubo autenticación telefónica. Yo no la hice así porque quise cancelar la tarjeta y levantaron una aclaración”, compartió.Unos días después, vio el estado de cuenta y se sorprendió aún más: 53 mil 970 pesos gastados en un supermercado de Avenida Américas, 50 mil 687 en uno en Río Nilo, 30 mil 434 en uno más ubicado en avenida Colón. Así los siguientes, con montos de entre 20 y 50 mil pesos en supermercados y unos más pequeños en restaurantes y gasolineras.“¿Cómo es posible que si yo nunca hago ese tipo de compras no me llamaron para verificar que era yo?”, reclamó al banco en una nueva llamada. La respuesta fue que, al ser con chip y NIP, Rafael debió hacer la compra porque era infalsificable una tarjeta con estas características.“Fueron dos investigaciones y no procedieron. Me resulta complicado pagar todo esto así de la noche a la mañana, no tengo el dinero y, si no hay respuesta ni del banco ni de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) voy a llevarlo con un abogado. Ni remotamente esperaba algo por el estilo y no la puedo cancelar hasta que esté en ceros, así que se van a generar intereses hasta que no acabe el juicio”, lamentó.Óscar, en cambio, ni siquiera abrió el sobre de su nueva tarjeta, la cual es una ampliación de la anterior y le llegó el 29 de septiembre. Al día siguiente hicieron dos compras y un retiro en efectivo: dos compras en una tienda en la Calzada Independencia, una por 74 mil 994 y otra por 87 mil 989 pesos, así como el retiro, en la misma zona, por ocho mil pesos.“Me di cuenta el 7 de octubre, cuando intenté pagar la gasolina y me dijeron que no pasaba. Fui a casa, me metí al portal y vi que estaba sobregirada porque su límite es 180 mil pesos. En el banco me dijeron que harían la investigación”, señaló.Pero la respuesta que obtuvo fue la misma que su primo: al ser con chip y NIP la tarjeta era infalsificable y debió ser él quien hizo las compras. “¿Pero cómo se activó si la tengo en su sobre?”, preguntó sin respuesta.Al no tener respuestas, fue a Condusef el pasado 3 de diciembre donde se dio cuenta de que no era el único, pues en el lugar había al menos seis personas más con el mismo problema.Ahora no paran de llamarle del banco para que pague una deuda que él no hizo y está en riesgo de ir al buró de crédito, incluso lo han amenazado de un despacho de cobranza de ir a su casa a embargarlo.“Vean mi historial, nunca he tenido problema con ningún banco, sólo con ustedes”, les ha repetido hasta el cansancio sin éxito.Ante el nuevo tipo de fraude, la Condusef pidió a las víctimas denunciar para crear antecedente e investigación.JM