Ni la proximidad de un cuartel de la Guardia Nacional disuadió a los delincuentes de desmantelar las escuelas primarias Francisco Martín del Campo y Mariano Aldama. Ambas están a 300 metros de su base, ubicada en el fraccionamiento Chulavista, en Tlajomulco. Esta última, por cierto, está muy bien resguardada.Desde que se suspendieron las clases presenciales comenzaron los robos. Los ladrones trozaron la malla que delimitaba los planteles para entrar desde la avenida Granada y, sin que aparentemente nadie se percatara, robaron puertas, arrancaron retretes, lavabos, tuberías e instalaciones eléctricas, demolieron bardas y hasta saquearon las direcciones para llevarse las banderas de México.“El cuartel está aquí enseguida. Es ilógico que (los oficiales) no se percaten; a lo mejor tienen otras cosas importantes, pero es ilógico que no se dieran cuenta”, lamentó Fabiola García Contreras, madre de dos estudiantes de la escuela Mariano Aldama.“Imagínese: lo que queremos es que los niños regresen y estos rateros nos dejan las escuelas así. No se vale”. El director les informó que, aunque se ordene el reinicio de clases presenciales, tardarán un tiempo para la reconstrucción.María Mercedes, una de las maestras, apoyó en pintar el plantel. “Nos dicen que para que regresen los niños se necesitan muchos arreglos. Hasta se llevaron las bancas, no sé para qué les han de servir”.El secretario de Educación en el Estado, Carlos Flores, estimó que son más de 300 escuelas en esta condición. “Se ha comprado el suministro para sustituir todo lo robado”.El Artículo 6 de la Ley de la Guardia Nacional establece entre sus fines “salvaguardar los bienes y recursos de la Nación”; y el Artículo 7 señala que para materializar dichos fines deberá “prevenir la comisión de delitos y faltas administrativas”.