Luego de ocho años de búsqueda, María del Rosario Macías localizó a su hija. Apenas le confirmaron que el cadáver de María Guadalupe Alcalá Macías estuvo durante todo ese mismo tiempo en las instalaciones del Servicio Médico Forense.Su hija desapareció en marzo de 2016 y el cuerpo fue encontrado seis meses después en Tlajomulco de Zúñiga. Desde entonces la buscó y esta semana recibió la noticia de que estaba en las instalaciones de la morgue. Lamenta que no le tomaron muestras de ADN “porque yo no era compatible con ella…”, pero era la única disponible porque sus demás hijos “eran menores de edad” y fueron rechazados.María del Rosario acudió ayer a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas para solicitar apoyo económico, ya que el cadáver no puede ser cremado, solamente enterrado por protocolo, y no puede enfrentar los gastos.Además de pedir a las autoridades que agilicen la identificación de los cuerpos, también exige a la Fiscalía de Jalisco que encuentre a quien le quitó la vida, con la intención de que sea castigado y no se repitan estas historias. “Las mamás sufrimos mucho a raíz de que desaparece un hijo… se nos va la vida. Tenemos que salir día con día a buscarlos. Y salimos con miedo”.Expertas en temas de ciencias forenses y desapariciones señalan que la falta de identificación de cuerpos en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses se debe, por una parte, a la alta criminalidad que se vive en el Estado, a pesar de la creación del Centro de Identificación Humana de Jalisco. Denisse Ayala, académica de la Universidad de Guadalajara e integrante del Comité de Análisis en Materia de Desapariciones, explicó que la violencia que se vive en el Estado es un elemento que “es un foco rojo” y es una de las razones de que Jalisco sea primer lugar en personas desaparecidas (más de 15 mil), además de estar entre los estados con mayor número de asesinatos y fosas clandestinas.Acentuó que las formas de cometer los crímenes dificultan más la identificación: “Las formas homicidas también complican la identificación humana: no es lo mismo identificar un cuerpo completo que un cuerpo seccionado. La forma en que también se cometen los homicidios y las ejecuciones en el estado han transitado por múltiples formas que tienen que ver con un ejercicio de querer exterminar a uno”.Anna Chimiak, especialista del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo, recordó que, si bien el proceso de capacitación del personal del Centro de Identificación Humana de Jalisco arrancó desde hace varios años, se enfocan en la identificación de larga data; es decir, en los cuerpos resguardados con más antigüedad. “Frente a los hallazgos de fosas, cotidianamente no lleva a cabo las acciones de procesamiento de estos cuerpos y los procesos de identificación. (El Centro) ha sido creado con el enfoque basado en los cuerpos de larga data, que son los cuerpos esqueletizados para poder (identificar) desde otras técnicas”.La falta de personal también es otra crítica de especialistas, ya que falta más equipo para acelerar las investigaciones y las identificaciones de los cuerpos.Tan solo en el Centro de Identificación Humana hay mil 318 cuerpos en el Área de Resguardo Temporal, según respondió el organismo a través de Transparencia.Además, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) informó que solo ha logrado la restitución de 47 cuerpos en poco más de dos años de operaciones del nuevo inmueble, representando apenas el 3% de los cadáveres almacenados. Asimismo, colectivos como Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej) afirman que falta personal y equipamiento para que el Centro de Identificación Humana opere mejor.Expertos en materia de seguridad afirman que la crisis forense que vive el estado tiene relación con el incremento de los homicidios, algo que ha contribuido a que Jalisco sea el primer lugar con más desapariciones del país.La coordinadora de Identificación Humana del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) informó, vía Transparencia, que el Centro de Identificación Humana de Jalisco (CIHJ), sólo ha logrado la restitución de 47 cuerpos, esto a dos años del inicio de operaciones del centro.El inmueble, que concluyó sus obras el pasado mes de febrero, cuenta con un Área de Resguardo Temporal en la que se conservan hasta mil 318 cadáveres, “dato estadístico independientemente del estado que guardan las personas fallecidas”, según se indicó en la respuesta brindada a este medio.Es decir, sólo se ha restituido 3% de los cuerpos del total almacenado. Esto impacta en la posibilidad de que los cuerpos de personas fallecidas sin identificar que llegan al CIHJ sean restituidos a sus familiares. Un ejemplo es Verónica Gómez Armas, quien desde el 9 de junio de 2022 acude cada 22 días a las instalaciones del Servicio Médico Forense para saber si entre los cadáveres almacenados en el sitio está el de su hijo, Mario Rafael Gómez, a quien apodaban “El Chamuco”.“Aquí llego, me toman mi credencial, me paso (a las instalaciones) y allá ya buscan el nombre de mi hijo y el mío y ya me pasan a ver en la pantalla los cuerpos. El análisis de ADN me lo tomaron desde que empecé a venir. No he visto muchos avances”, reconoció la madre buscadora tras arribar a la sede del Semefo metropolitano.Denisse Ayala, académica de la Universidad de Guadalajara e integrante del Comité de Análisis en Materia de Desapariciones de la casa de estudios, señaló que la violencia en el estado es un elemento que ha propiciado la crisis forense, principalmente por la alta cantidad de homicidios que registra la entidad, siendo uno de los primeros lugares a nivel nacional, así como Jalisco con más desapariciones en todo el país.“El tema de la identificación humana tiene un antecedente que es la crisis forense, y se deriva de que Jalisco tiene una grave crisis de seguridad. La actividad delictiva de alto impacto ha aumentado el número y la tasa de homicidios por habitante. Además, la desaparición de personas se encuentra en un estado de descontrol, esos dos elementos alimentan esta crisis”.El Centro de Identificación Humana de Jalisco (CIHJ) se construyó para atender la crisis forense y el rezago en el almacenamiento de personas fallecidas sin identificar que existe en el Estado. Esto se detonó tras el caso de los llamados “tráileres de la muerte”, ocurrido en septiembre de 2018, cuando dos tráileres con cámaras refrigerantes circularon por las calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara con cientos de cuerpos en su interior. Esto evidenció que la sede del Semefo se encontraba sobrepasada debido a una serie de omisiones y la crisis de violencia.Anna Chimiak, del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), comentó que hay situaciones como recursos judiciales que impiden realizar restituciones de cuerpos. “Ha habido dificultades no sólo de capacidad o recursos forenses, sino también de no poder obtener la autorización para llevar a cabo las exhumaciones controladas”.Denisse Ayala reconoció que las formas de asesinar a las personas, principalmente por los grupos criminales, dificultan la labor de identificación de los cadáveres, ya que muchas veces los cuerpos son localizados incompletos y en segmentos.Colectivos como Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej) acuden constantemente. Guadalupe Aguilar, su presidenta, está todos los martes en la sede desde la desaparición de su hijo, José Luis Arana, ocurrida en 2011. También reclaman la falta de personal y equipamiento con la que cuenta el Centro de Identificación Humana estatal: “Es sólo un edificio, no hay personal, no hay equipo, es una farsa”, señaló el colectivo.Por ello, entre las principales soluciones, el colectivo y el Comité de Análisis en Personas Desaparecidas de la UdeG sugieren mayor contratación de personal para la operación del CIHJ, así como impulsar el equipamiento y aumentar la cantidad de cuerpos de personas fallecidas que son identificadas.Cifras del IJCF indican que, en la sede central ubicada en el municipio de Tlaquepaque, hay un total de 613 cuerpos resguardados y seis mil 682 segmentos anatómicos. En las ocho sedes regionales, hay cerca de 470 cuerpos almacenados y 42 restos óseos, según se detalló vía Transparencia a este medio.El edificio del CIHJ fue inaugurado en febrero, aunque ya estaba operando, tras una inversión de 118 millones de pesos en infraestructura, equipamiento y vehículos. El proyecto fue financiado con recursos estatales, aunque estaba contemplado recibir inversión del Gobierno Federal, la cual finalmente no se concretó.