Ana María Olague, de 35 años, fue diagnosticada hace más de un año con cáncer de mama y cáncer de huesos. Tenía una bolita en su seno que había visto normal. Al hospital acudió hasta que empeoró su salud: un día se cayó del camión y el dolor de huesos ya no la dejaba estar en paz, por lo que supo que le pasaba algo grave.Se había quedado sin empleo poco antes de recibir la noticia de su padecimiento y pidió ayuda en distintos hospitales públicos. En diciembre de 2019 recibió sesiones de quimioterapia y radiación para aminorar el dolor que padecía.Sin embargo, su cáncer había avanzado tanto que fue inevitable que los médicos extirparan su seno izquierdo.“Me hicieron la cirugía en el mes de agosto. Una noche antes me puse un sostén y me vi al espejo para ver por última vez cómo me veía con mis dos pechos. Lloré mucho porque no sabía qué iba a pasar después. Pero mi hija, la más grande, se acercó y me dijo que con pecho o sin pecho me iba a seguir queriendo y eso fue lo que me hizo armarme de valor para enfrentarme a lo que venía”, expresó.Después de la operación, Ana María seguía sintiéndose incompleta, pero una tarde personal del Instituto Jalisciense de Cancerología le informó que era una de las candidatas para recibir una de las 100 prótesis donadas por la asociación “Toca compartir” a mujeres del Estado que perdieron sus pechos a causa del cáncer de mama.“Estoy muy agradecida con la donación de prótesis que me hicieron porque con ella volví a tener vida. Me sentía deprimida, porque los encontronazos de la vida han sido muy fuertes y un pecho no deja de ser una parte de ti”, manifestó.“Esta prótesis ahora me hace sentir más segura, me deja abrazar con más confianza, ahora sí se sienten los abrazos".El año pasado se diagnosticaron en Jalisco mil 130 casos más de cáncer de mama y 544 mujeres murieron por esta causa.JL