Por la escasez de agua potable en diversas zonas de la metrópoli debido a los problemas que enfrenta la presa Calderón (que abastece 14% de la demanda en la ciudad), y ante la tardanza de las unidades que ofrece de forma gratuita el Servicio Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), los tapatíos han tenido que pagar por pipas que les lleven el líquido hasta sus domicilios.Sin embargo, de acuerdo con un sondeo realizado por este medio de comunicación en al menos 12 empresas del ramo, los costos van de los 500 pesos hasta los mil 800. Por ejemplo, Edwing Oliden, uno de los afectados de Jardines de la Paz, en Tlaquepaque, afirmó que en su casa carece del servicio desde hace dos semanas. Llamó al organismo para que lo apoyara. Compartió que la persona que lo atendió le prometió que el problema se resolvería a la brevedad. A la fecha eso todavía no sucede. En ese periodo su familia ya gastó dos mil 500 pesos en dos pipas. Érika García, quien vive en la colonia Nuevo Vergel, en Zapopan, no tiene agua desde el 28 de febrero. El 2 de marzo solicitó una pipa al SIAPA. Le dijeron que tardaría de dos a tres días, pero aún no llega. Su desesperación la llevó a pedir una por lo privado. Desembolsó 700 pesos. Antes del desabasto requirió otra y pagó 400. Este medio buscó una entrevista a la institución para conocer el porqué de los retrasos y el número de reportes ciudadanos, pero no ha sido atendida. A través de un comunicado, el SIAPA indicó que ayer, luego de una manifestación de zapopanos inconformes, llevó pipas a 22 colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). En el programa de tandeos anunciados se contemplan 213 colonias que se ubican principalmente en el Norte y el Oriente de la ciudad. A esas se suman decenas que no formaron parte del plan. Antier, el Gobierno del Estado anunció medidas para ajustar la distribución del agua en la ciudad. No especificó la fecha en la que se restablecerá el suministro, que urge a los ciudadanos afectados.Hace un mes, el agua comenzó a llegar a cuentagotas a la casa de Edwing Oliden, en la colonia Jardines de la Paz, en Tlaquepaque. Y hace dos semanas el servicio se interrumpió por completo. Aunque el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) prometió mandar una pipa para paliar el problema, sólo se quedó en una promesa.Mientras tanto, su familia ya ha gastado dos mil 500 pesos por unidades privadas, que aumentaron su costo de un día a otro. Mario López, académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), resaltó que el problema no es la falta de lluvia en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), sino la manera de distribuir el líquido y de gestionar el ciclo hidrológico.“La gente se está quedando sin agua en medio de una pandemias que depende de la higiene y del agua. Se debieron haber hecho los planes, al menos desde el temporal pasado”, dijo.Agregó que además hay falta de transparencia, pues se tiene que explicar qué decisiones técnicas se tomaron antes de cerrar la llave.“¿Qué se discutió? Nos tienen que decir cuáles fueron sus evaluaciones del año pasado hasta el momento en que deciden cerrar la compuerta. ¿Dónde están los técnicos y los expertos hidráulicos en este momento? ¿Cuál fue su lógica y por qué no se hizo un plan adecuado si vieron que se estaba secando? Si sabían que era un bajo temporal, ¿por qué no se empezaron a tomar medidas desde junio-julio del año pasado?”, cuestionó.
