Los taxistas españoles se hallan en pie de guerra y amenazan con volver a colapsar las principales ciudades del país en septiembre si sus demandas contra lo que consideran competencia desleal de compañías como Uber y Cabify no son atendidas por el gobierno.Los choferes españoles están en permanente contacto con taxistas de otros países, entre ellos México, Brasil y Colombia, por lo que advierten que futuras protestas podrían realizarse de manera coordinada a nivel internacional, ya que la injerencia de las plataformas tecnológicas es un fenómeno mundial."Uber y Cabify no pueden practicar el intrusismo y la competencia desleal, no lo vamos a consentir", señala a El Universal Manuel Sánchez, un taxista madrileño que participó activamente en las recientes huelgas del sector.En la primera semana de agosto, los taxistas españoles bloquearon las principales arterias de ciudades como Madrid y Barcelona a fin de presionar al Gobierno para que regule las autorizaciones que se otorgan a los vehículos de transporte con conductor (VTC), que permiten operar a Uber y Cabify.Los taxistas piden que se conceda una licencia VTC por cada 30 de taxi, a fin de reequilibrar el mercado y no resultar perjudicados por la presencia en las calles de los vehículos que trabajan con aplicaciones tecnológicas y que podrían superar los siete mil tan sólo en Madrid, donde circulan unos 15 mil 500 taxis.Entre otras diligencias, los ayuntamientos podrían establecer nuevos requisitos a los VTC, como restringir su circulación y exigir permisos urbanos para operar en las ciudades, lo que limitaría el margen de maniobra de Uber y Cabify que alegan en su defensa que operan dentro de la legalidad y que no buscan arrinconar al taxi."Si no se pueden retirar las licencias, las autoridades tendrán que prohibir la circulación de esos vehículos los días de las semana que sean necesarios a fin de que lleguemos a la proporción de 1 VTC por cada 30 taxis, que es lo que demandamos para defender nuestro trabajo", agrega el taxista madrileño.Sin embargo, el conflicto no tiene fácil solución, ya que los ayuntamientos tendrán que seguir otorgando en los próximos meses las licencias VTC que se solicitaron en la etapa en la que el sector no estaba regulado.El municipio de Madrid estaría obligado a otorgar dos mil 700 nuevas autorizaciones en acatamiento de las sentencias judiciales, lo que incrementaría sustancialmente la flota de vehículos que los taxistas buscan reducir drásticamente en la capital española.Uber, que tuvo muchos problemas para implantarse en España, se acogió finalmente a este tipo de licencias de transporte con conductor para superar las trabas legales, aunque sigue recibiendo en las calles la presión de los taxistas más radicales que buscan intimidar a sus conductores, en ocasiones de forma violenta.Los taxistas españoles disfrutan desde hace años de las ventajas de un mercado único que, según denuncia la competencia, se ha prestado a la especulación, ya que ante la ausencia de controles la licencia para operar un taxi puede alcanzar los 160 mil dólares en un sistema de compraventa que se realiza exclusivamente entre particulares."No me pueden ahora negar el derecho a tener un pequeño capital para mi jubilación", enfatiza Sánchez para defender el monto que se paga por las licencias de taxis.Al contrario que en otras ciudades del mundo, Uber y Cabify no pueden ofrecer en las urbes españolas la ventaja suplementaria de la seguridad, ya que los taxis son de plena confianza en este país, incluso a altas horas de la madrugada.El abaratamiento de las tarifas se perfila como el principal motivo de que muchos usuarios busquen alternativas, ya que una carrera en taxi de Madrid al aeropuerto cuesta como mínimo entre 35 y 45 dólares, mientras que Uber ofrece sus servicios por unos 25 dólares y ocasionalmente compite con precios todavía más reducidos.SA