Hace 20 años, la elección presidencial de Estados Unidos (EU) terminó en un proceso judicial que dio la victoria a George W. Bush frente a Al Gore tras 37 días de litigio. En ese entonces, la Suprema Corte le dio el triunfo al republicano. Pese a ese precedente, expertos consideraron que las argucias de Donald Trump no prosperarán en el pleito jurídico después de los comicios en los que se perfila como ganador Joe Biden. En el foro titulado “La elección en EU y su significado”, convocado por Periódicos Asociados en Red (PAR), se analizaron las acusaciones de fraude que ha realizado el mandatario.“Hasta el momento no hay una oleada de acusaciones de las autoridades estatales que señalen un fraude masivo que pueda afectar realmente la elección”, dijo Julia Preston, excorresponsal de The New York Times y ganadora del premio Pulitzer.Trump ha amenazado con llevar a la Suprema Corte la disputa electoral en caso de que resulte perdedor. “Joe Biden no debería declarar injustamente que ha ganado la Presidencia. Yo también podría hacerlo. ¡Los procedimientos legales acaban de empezar!”, advirtió ayer el republicano. Para Sergio García Ríos, académico de Cornell University y jefe de encuestas de Univisión, el acierto que tuvo el equipo de Bush en la elección de 2000 fue haberse enfocado sólo en Florida, a diferencia de “Trump, quien tiene el argumento que en todos lados está mal la elección, y en este momento no puede alegar que todo está mal”.Lila Abed, consultora internacional del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi) coincidió en que Trump quiere hacer “muchas Floridas” para defender sus aspiraciones de quedarse en el poder.“Su estrategia actual se basa en normalizar la idea de un fraude electoral para iniciar la guerra legal en algunos ‘estados bisagra’, en donde los republicanos tienen mayoría, para que si llega a la Suprema Corte tenga un fallo favorable”.El presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, se encomendó a la vía legal como única opción posible para seguir en el poder, mientras su entorno empieza a asumir la derrota.Después de que el candidato demócrata, Joe Biden, le arrebatara la ventaja en Pensilvania y Georgia, dos estados que necesita imperiosamente para lograr la reelección, Trump se resignó a pelear por la presidencia en los tribunales, sin ninguna garantía de éxito.“Seguiremos en este proceso a través de todos los aspectos de la ley. Nunca dejaré de luchar por ustedes y por nuestro país”, dijo Trump el mandatario.Además, confió en que las demandas que su equipo ha interpuesto en varios estados clave, y que por ahora no han tenido un impacto significativo, le permitan recuperar el margen que ha ido perdiendo en esos territorios. “Quizá estas ventajas vuelvan a medida que avanzan nuestros procedimientos legales”, apuntó.Sin embargo, en la sede de su campaña de reelección, el estado de ánimo era sombrío y algunos expresaban frustración por lo que consideraban una estrategia legal poco preparada y sin perspectivas de éxito. “A no ser que haya un caso importante de fraude electoral o algo drástico, esto se acabó y la mayoría de la gente lo sabe”, dijo un alto cargo de la campaña de Trump, que pidió el anonimato.El calendario para resolver litigios es apretado: las autoridades estatales solo tienen hasta el 8 de diciembre para resolver cualquier controversia que pueda surgir sobre la elección de sus compromisarios del Colegio Electoral, antes de que éstos formalicen la selección del presidente el 14 de diciembre.El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos (EU), Joe Biden, reconoció que todavía no es el ganador de los comicios, pero aseguró que los números indican que tendrá una “victoria clara y convincente”.Biden apuntó que ya ganó la mayor cantidad de votos para cualquier candidato presidencial en la historia de ese país. “Un número récord eligió el cambio por encima de más de lo mismo”, señaló. Al dirigirse a sus seguidores, dijo que los partidos políticos pueden ser oponentes, pero no son enemigos. “Dejemos atrás la ira y la satanización”. Y adelantó que se pondrá a trabajar en cuanto se den los resultados finales.El demócrata se encuentra a un paso de ganar la presidencia a medida que la ardua y prolongada labor de contar votos aumenta su ventaja sobre Donald Trump en algunos de los estados decisivos.Una elevada participación, un enorme número de votos por correo y márgenes estrechos entre los dos candidatos han contribuido a la demora para declarar a un ganador. Pero Biden goza de ventajas en Pensilvania, Nevada y Georgia, colocándolo en la mejor posición hasta el momento para llegar a los 270 votos electorales.La atención se centraba de manera más intensa en Pensilvania, donde Biden aventajaba a Trump por más de 20 mil votos, y en Nevada, donde también suma más sufragios que su rival.