Un reciente estudio mostró que las altas temperaturas de la superficie del mar contribuyeron a la intensificación de la tormenta Daniel y la convirtieron en el ciclón más mortífero registrado jamás en el Mediterráneo, según ha informado la Universitat de les Illes Balears (UIB) en un comunicado.La tormenta Daniel, formada a partir de un sistema de baja presión el 4 de septiembre de 2023, evolucionó rápidamente en el corazón del Mediterráneo hasta convertirse en un 'medicane', un ciclón mediterráneo con características tropicales.Durante su trayectoria, dejó precipitaciones sin precedentes: en Grecia se acumularon más de 700 mm (litros de agua por metros cuadrado) en apenas 18 horas, mientras que en Libia se registraron 414 mm en un solo día en Al-Bayda.El estudio identifica las temperaturas elevadas del mar, con anomalías de hasta 5,5 °C por encima de la media histórica en algunas zonas, como el factor principal que intensificó la tormenta. Para entender el impacto de las altas temperaturas del Mediterráneo en la tormenta Daniel, los científicos utilizaron un modelo climático avanzado llamado 'Weather Research and Forecasting' (WRF) que permitió simular dos escenarios: uno con las condiciones reales de 2023 y otro en el que se eliminó el efecto del calentamiento de la superficie del mar.Entre los hallazgos más importantes del estudio destaca que las altas temperaturas del mar añadieron más humedad al aire y generaron lluvias que nunca se habían visto. Además, los investigadores confirmaron que el calentamiento global fue un factor determinante en las temperaturas extremas del Mediterráneo, dado que intensificó tanto la fuerza como los daños de la tormenta. Daniel Argüeso Barriga, uno de los autores del estudio comentó que “Sin unas temperaturas del mar tan altas, la tormenta Daniel no habría generado las lluvias tan extraordinariamente intensas”. El Mediterráneo ha experimentado un aumento sostenido de temperatura en los últimos años, con récords consecutivos durante los meses cálidos de 2022 y 2023. Este calentamiento intensifica las tormentas tropicalizadas como Daniel y amplifica otros fenómenos extremos como olas de calor e intensas precipitaciones en la Europa central.Los investigadores han destacado la "urgencia" de mejorar los modelos climáticos para incluir interacciones aire-mar en tiempo real y validarlos con datos de alta resolución; y de incrementar la cooperación internacional para compartir datos meteorológicos y mejorar la previsión y respuesta a eventos extremos.Advierten de que, a medida que las temperaturas del Mediterráneo sigan subiendo a causa del cambio climático, es probable que la región experimente tormentas más intensas. En este contexto, la región enfrenta retos significativos para adaptarse a ese nuevo paradigma climático.Por ello, invertir en sistemas de alerta temprana, infraestructura resiliente y políticas climáticas basadas en la ciencia será clave para mitigar los impactos de estos eventos, según concluye el estudio.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *EA